Y llegó a su trono en la Cruz Blanca. El Señor del Rescate abre las puertas de la Semana Santa de Antequera de 2024 con su solemne entronización en la noche del sábado 23 de marzo.
Con las luces apagadas y las velas de los tronos, la gente fue entrando a La Trinidad. A las 21 horas en punto el cortejo de la Cofradía del Rescate con luz en cirios que parte de la nave lateral y entra por la puerta principal de la iglesia.
Un cruz parroquial abría la comitiva, seguido del alcalde Manuel Barón, el hermano mayor Francisco Peláez, así como el teniente de alcalde Alberto Arana y los concejales José Medina Galeote y María Sierras. Junto a ellos, directivos, devotos y cerraba el trinitario Antonio Jiménez.
Es uno de los actos más recientes de nuestra Semana Santa, pero es ya el inicio y un fijo. Sólo hay que preguntar la hora, se sabe que es el sábado previo por la noche. Tras la oración hecha canción de Javier Subires o las saetas, este año la cofradía apostó por la Coral María Inmaculada.
Un acierto porque no quieren que se caiga en la monotonía, cada año ofrecen un acompañamiento diferente. Interpretaron «Sepulto Domino» de Tomás Luis de Victoria y «Oh rostro lacerado» de Johan Sebastian Bach.
Y esta vez, muy solemne y emotivo. Su rostro, su Rescate, fue lo más deslumbrante. En cada mirada de los presentes, un gracias, una petición, alumbrados por las velas.
El trinitario Antonio Jiménez presidió la celebración, con lecturas, Evangelio, unas palabras y la solemne subida. Cuatro devotos subían al trono para tirar de las cuerdas que deslizaron suavemente al Señor a su trono.
De fondo, el acompañamiento musical de la Coral María Inmaculada. Desde el coro alto, sin presencia física, sentir su música angelical deslumbrada que eran ellos. Y entre el silencio del templo, el ruido de la maquinaria artesanal que eleva al Rescate.
Se terminó rezando la Salve a la Virgen de la Piedad, que aguarda ya en su palio para el Martes Santo. Fue el primer gran acto de devoción en Antequera.
