viernes 22 noviembre 2024
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El Señor del Rescate y la Virgen de la Piedad se quedan en casa y reciben al pueblo

Los jóvenes cofrades crecen a pasos agigantados. Los noveles cofrades trinitarios se rompían en lágrimas al ver salir a sus directivos de la reunión que decidía no procesionar este Martes Santo en Antequera.

No hizo falta escucharles lo que a continuación comunicaron por medio de su hermano mayor Francisco Peláez, porque viendo sus rostros, sabían que se quedarían en casa también en esta Semana Santa. Así lo decidió la Cofradía del Rescate tras esperar la evolución del paso de la lluvia por la ciudad.

Tras la misa de mediodía, las últimas horas fueron esperanzadoras, con cambios en las malas previsiones. A la hora del desfile, se decide aplazarlo de las 18,30 a las 19 horas, como se hizo, pero llovió durante el trayecto y lo que se había adelantado en optimismo, se vino abajo.

Se empezó la marcha con 7 grados, ¡es Martes Santo! Se notó el frío de la madrugada previa que dejó nieve en El Torcal y la bajada de las temperaturas fue más que notable.

Nueva espera dentro del templo, tras la que hubo antes del cortejo por las calles anunciando la esperada procesión. A las 20 horas, nueva reunión de la Junta Directiva y tras recibir los últimos partes que daban nuevas lloviznas en la siguiente hora y tras recordar lo que les pasó hace dos años, deciden por unanimidad suspender la procesión.

Eran las 20,18 horas y el silencio se convierte en abrazos, llantos y despedidas. Se sabía que iba a ser muy complicado, pero ese gran grupo de jóvenes cofrades que arriman el hombro con fuerza, querían salir, pero no pudo ser.

Se había preparado un submarino para la Virgen de la Piedad y al final no llegaron a tiempo las nuevas escultoras de bronce para el Señor del Rescate, realizadas por Ángel Sarmiento.

Se mandó abrir las puertas y la plaza que aplaude al poder ver a la Virgen de la Piedad en la entrada del templo, pero sabían ya que no iba a poder ser. En segundos, se inundó el templo del pueblo que quería ver de cerca los dos tronos.

Así estuvo hasta las 22 horas para que nadie se pudiera quedar sin verlo. Mientras, padres, madres, abrazando a sus hijos para explicarles que les queda toda una vida por delante para poder disfrutar del Señor del Rescate y de la Virgen de la Piedad el Martes Santo en la calle.

Es duro no salir, pero más ver cómo se vienen abajo los pequeños que con tanto esmero han trabajado y soñado la llegada del día esperado de la procesión. Como dijo el trinitario Antonio Jiménez o el directivo Julio Matas, hay que sobreponerse y pensar ya para trabajar duro para el 2025, con un año por delante para sentir a los titulares en casa visita a La Trinidad.



 

 

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