Hace escasas fechas, concretamente el pasado 7 de abril, celebramos el Día Internacional de la Salud, por encargo de la OMS, la organización que, a nivel mundial, se ocupa de vigilar las cuestiones relacionadas con nuestro estado de salud, salud digamos física.
Anoten también este día, 10 de octubre, que creo que debe ir tomando una relevancia cada vez más especial, y digo más especial porque celebramos el Día Internacional de la Salud Mental, y ésta si que debemos cuidarla especialmente, para gozar de SALUD con mayúsculas, porque en una buena salud mental es más fácil construir una buena salud física.
No se engañen y no se precipiten en la interpretación de esas ultimas mías palabras en el texto, la salud mental no es tan difícil de cuidar, es más debería ser de lo más habitual, el gozar de una buena salud en ese aspecto. Se define una buena salud mental la persona que tiene sus necesidades básicas cubiertas, sus necesidades básicas afectivas, también materiales claro está, pero en el sentido de poder tener acceso a comida, ropa y techo, y fundamentalmente poder sentirse libre, útil y querido. Sí, sí, querido… cuando uno se siente querido y tiene una buena red familiar y de amistad es bastante más complicado que su salud mental se resquebraje, aunque esto siempre es en la generalidad.
Vivimos tiempos especialmente complicados para poseer una buena salud mental por esa misma razón hemos de cuidarnos especialmente los unos a los otros, simple y llanamente para sentirnos queridos. Querámonos más y demostrémoslo. ¡Gracias, siempre!