Ante la festividad de la Virgen de los Remedios en Antequera, viajamos por nuestras páginas para compartir cómo se celebraba el 8 de septiembre hace 100, 75, 50 y 25 años. En 1924, se seguía recordando la Coronación Canónica de 1922. En 1949, se padece una gran sequía y el canónigo de la Catedral de Córdoba vino a predicar la novena. En 1974, las obras obligan a trasladarse a San Sebastián y en 1999, se inició la visita patronal a las diferentes parroquias de Antequera. Recordamos para los más jóvenes, cómo se ha ido transformando la procesión de la Virgen.
1924: Ecos de la Coronación Canónica
En 1924, se preparaba la procesión para el lunes 8 de septiembre, manteniendo el estilo y organización de la iniciada en 1922 por la Coronación Canónica. “Antequera, la
cristiana, hoy como ayer, rodeará su palio, la aclamará y recordando su historia y sus tradiciones, en las que se confunden la poesía y la leyenda, abrirá su libro de oro y leerá el relato de la aparición de Nuestra Señora de los Remedios, hecho feliz
acaecido en 1522”.
Ese día, el 8 “será la comunión general en la misa de 8 y media, y por
la tarde, se adelantará la hora de la novena, que será rezada, a las 7, y al terminar, saldrá en procesión la venerada imagen”. Se pedía a “las señoras que deseen asistir a la procesión, hagan el favor de traer su vela”.
1949: Sequía y vino a predicar el canónigo de la Catedral de Córdoba
En 1949, la portada recoge la estampa que utilizamos en este 2024 como homenaje a aquella generación de hace 75 años. En ella se rinde una plegaria a la Virgen por la sequía que se padecía: “Virgen de los Remedios, ¡Madre mía, protege a nuestra tierra antequerana; que su vega feraz, siempre lozana, perdió su lozanía. Pon ya remedio a la fatal sequía, que el Guadalhorce, siempre caudaloso, honra del mar de España fuera un día, y hoy está silencioso. Que el campo por el sol está agostado y espera de la lluvia el beneficio y en tu Remedio, oh Virgen confiado, impetra tu auspicio. Escucha las plegarias complacida del pueblo que te adora y que al pie de tu altar pone su vida, ¡oh celestial Señora!”.
El culto estaba compuesto por una novena que “le dedica su Venerable Esclavitud, con la solemnidad acostumbrada y gran asistencia de devotos.
El viernes pronunció su primer sermón el muy ilustre señor don Antonio García Laguna, canónigo de la Catedral de Córdoba.
Trazó el temario de sus discursos, haciendo exposición de la situación que atraviesa el mundo por su desvío de Dios y los caminos a seguir para su salvación”.
La función principal se celebró el día 8, festividad de la Virgen, con asistencia del Ayuntamiento. Y después “del ejercicio rezado se efectuará la procesión con la imagen venerada de nuestra Patrona mariana, que saldrá a las ocho y media y recorrerá el itinerario acostumbrado”.
La noche del 7, hubo “velada musical en calle Infante. Por la mañana del jueves, celebró la santa misa el mismo señor García Laguna, quien dio la Comunión a gran número de personas”. La función votiva “a nuestra excelsa Patrona Mariana, con asistencia del Excelentísimo Ayuntamiento, bajo mazas”. Presidió el alcalde y diputado provincial Francisco Ruiz Ortega, acompañado por el juez municipal, José León Sánchez Garrido; el jefe local del Movimiento, Francisco Ruiz Burgos; los tenientes de alcalde: José de las Heras, Enrique Mantilla y José Vergara; teniente de la Guardia Civil, Antonio López, agente de Policía Antonio Ureña; Manuel Chaves, profesor del Instituto, en representación del director, y el secretario municipal Rafael Pérez Écija.
La Esclavitud estaba presidida por Luis Moreno Fernández de Rodas. Ofició la celebración el vicario, José Carrasco Panal, asistido por Isidro Sánchez y Pedro Pozo, como diáconos, y maestro de ceremonias, el seminarista Juan Anaya.
Se interpretó la misa “Tedéum Laudamas” de Perosi, por una orquesta y coro dirigido por Alfonso Gómez Serrano. La oración estuvo a cargo de García Laguna, que pronunció un sentido panegírico.
La Esclavitud obsequió después en la sacristía al Ayuntamiento e invitados con vino y
dulces.
A las nueve de la noche salió la procesión, “llevando a hombros las andas los asociados de la Esclavitud”. La imagen “lucía un rico manto blanco, rodeada de flores blancas y luces. Las filas fueron larguísimas, y la procesión fue presenciada por numeroso público.
Concurrieron a ella representaciones de los Trinitarios, Capuchinos, Carmelitas, Escuelas
Cristianas y Clero, y detrás marchaba el Ayuntamiento, presidido por el alcalde y autoridades, cerrando marcha la Banda Municipal”.
En 1974, las obras de remodelación en su templo, obligan a trasladar la imagen a San Sebastián. Desde el altar mayor presidió la novena que concluyó el día 8 a las 20 horas. No hubo procesión y se vivía la crisis de los 70 entre el clero, cofrades y pueblo en general.
1999: la Virgen de los Remedios visita San Juan
Hace 25 años, en 1999, la Esclavitud de los Remedios visitó la Parroquia de San Juan, iniciando la visita a las diferentes parroquias. “Un acierto el de llevar a la imagen por las diversas parroquias de la ciudad, como este año lo han realizado a San Juan”.
Celebró antes su novena en su templo y la Coral María Inmaculada cantó en la Salve en las víspera de su celebración. A la mañana siguiente, a las 8 de la mañana, partió la imagen patronal en Rosario de la Aurora, pasando por Infante don Fernando, San Sebastián, Nueva, Pasillas, Caldereros, Portichuelo, Cuesta Real y San Juan. El Señor de la Salud y de las Aguas presidió el Altar Mayor de forma extraordinaria como lo hace en sus novenas.
Por la tarde, la misa fue a las 19 horas con presencia del Ayuntamiento y rendición del Pendón a la Virgen. Era esclavo mayor, Ramón Zavala Lería y le acompañaban: José Fernández Flores como teniente hermano mayor; Antonio Cabanillas Peña como secretario; José María Blázquez Rojas de tesorero; fiscal, León Moreno de Rojas. Camarera, Pilar Muñoz Blázquez.
A las 20 horas partió la procesión de regreso, subiendo por Niña de Antequera para seguir por El Carmen, Cuesta de los Rojas, Descalzas, Diego Ponce, Cantareros, San Luis y regreso por Infante don Fernando.
Una procesión sentida y emotiva porque era la primera sin el recordado don Luis Moreno de Rojas, padre del actual hermano mayor de insignia, Justo Moreno Muñoz.
La Virgen dio su última bendición a los enfermos al pasar por el Hospital, ya que estaba a punto de trasladarse el nuevo edificio en el Polígono Industrial. Tras la Virgen, el alcalde Jesús Romero, la concejal más joven portando el Pendón, Carmen Rosa Torres, así como los concejales: Ricardo Millán, José Cobos, Javier Duque, Antonio Mellado, Manuel Palomino, José Castillo, Javier Sillero, Rafael García y María José Arrabal. Cerraba el cortejo la Banda Municipal de Música y ce encerraba pasadas las 23 horas del día 8, fiesta local.