Para seguir celebrando el VI centenario de la muerte de nuestro primer Alcaide cristiano, Rodrigo de Narváez, del que ya publicamos una leyenda muy curiosa y que le honraba mucho, ahora, con la festividad de nuestra Patrona Ganadora Santa Eufemia, vamos a publicar un romance, que o bien pudo ser el origen de la novela El Abencerraje o los Amores de Abindarráez y la hermosa Jarifa o también pudo ser uno de los romances que esta novela generó tras su publicación, que, según don Francisco López Estrada, apareció el 12 de octubre de 1561 en casa del impresor de Toledo, Miguel Ferrer.
Con la publicación de este largo romance, queremos seguir contribuyendo a la celebración del VI centenario de la muerte de Rodrigo de Narváez, primer Alcaide de la Antequera cristiana, recién conquistada en 1410.
Precisamente, para una posible conferencia o para mi intervención en la Cátedra de Mayores, preparo un trabajo, centrado en la famosa novela citada, El Abencerraje, que tantos romances suscitó en nuestra historia literaria. Curiosamente, a raíz de esta designación, se me viene a la memoria lo que Feliciano Ramírez de Avellano nos dice: “Sabida es la importancia de los romances en nuestra historia literaria. Este género de poesía popular, tan fértil y sabroso entre nosotros, brota del genio español con la misma espontaneidad y lozanía que en nuestro suelo se producen el olivo y el limonero. El romance se presta a todos los tonos, asuntos y estilos, siendo igualmente apto y dócil para expresar la pasión más viva y afectuosas, la ingeniosidad más aguda y satírica, la burla más grata y picaresca, la descripción más galana y opulenta de colores, los vuelos de la fantasía en la maravillosidad legendaria, en los milagros de los santos, en la vida de los héroes, en las hazañas caballerescas, y, por último, se acomoda también de una manera singularmente feliz a la narración histórica y al diálogo dramático. Era, pues, muy natural y justificada la predilección de nuestro público por este género literario”.
Posiblemente el origen del romance, como la mayoría, fuese de tradición oral y, dada mi larga dedicación a la investigación de las tradiciones orales, recojo este dato, que confirma el interés de este romance: En el año 1550, se imprimió en Amberes el primer Cancionero de Romances y su editor, Martín Nucio expresó en el prólogo los motivos de su publicación y el origen ya impreso, ya oral de las obras que contiene: Parecióle, dice “que cualquier persona para su recreación y pasatiempo holgaría de tenerlos porque la diversidad de historias que hay dichas en metros y con mucha brevedad será a todos agradable”.
Creo que todos disfrutarán de este bello romance que, aunque respeto la grafía original, no parece que presente dificultad alguna para poderlo entender bien. Con él, deseo mi más sincera felicitación a todas las personas que celebran la festividad de nuestra Patrona Ganadora Santa Eufemia, así como, también, expresar mi enhorabuena a cuantos reciban este día algún merecido galardón de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento. Que todos disfrutemos este día festivo para nuestra ciudad.
Romance
“En tiempo que reinaua
el Infante don Fernando,
que del Rreino de Aragón
fue después Rrey coronado,
en Espanna residia
vn caballero esforçado,
que Rroderico de Naruaez
fue de su nombre llamado,
que a todos los de su tiempo
en valor se ha auentaiado,
y entre las cosas que fizo,
adonde mas le ha mostrado,
fuequando gano Antequera
elIinfante ya nombrado;
y ansi, de Alora y de ella
por Alcayde le han deXado,
donde estuuo mucho tiempo
con algunos hixosdalgo,
muy valerosas empresas
contra moros acabando.
pues como la ociosidad
nunca en ellos ha reynado;
salieronsenueuexuntos
vna noche del verano,
del murmurar de los vientos
apacible conuidados,
y de la luz de la luna
a la salida incitando,
por ver si tienen descuydo
los de su vando contrario,
o si sale alguno dellos
en la noche confiado
pues yendo con el silencio
en tal caso necesario
llegaron donde el camino
en dos quedaua cortado,
y el Alcayde valeloso
se apartaua con los quatro,
los otroisquatro caminan
al sauor de sus cauallos,
en que mostrar su valor
muy de veras desseando;
pues yendo desta manera
diuersas cosas contando,
vn moro lexos oyen
suauemente cantando,
con dolorosos suspiros
que daua de quando en quando,
en que mostraua muy bien
ser su mal enamorado;
los nuestros quando lo oyeron,
en vun monte se han entrado,
do con la luz de la luna
puedan mexordiuisallo;
y ven asomar vn moro
sobre un gallardo cauallo
con vna marlota azul
y vn albornoz colorado,
con rapacexos de oro
a las orillas colgando,
y vna toca en la cabeça,
que diuersasbueltas dando,
de deffensa le seruia
como si vienera armado,
vn adarga ante los pechos
y gruesa lança en la mano,
y atentos a la canción
quel moro venia cantando,
vieron que quiere dezir
en romance castellano:
“En Cartama me he criado,
naci en Granada primero,
y soy de Alora frontero
y en Coyn enamorado.
Aunque en Granada naci
y en Cartama me crie,
en Coyn tengo mi fe
con la libertad que di.
Alliviuo donde muero,
y estoy do esta mi cuidado,
y soy de Alora frontero
y en Coyn enamorado.”
Los nuestros que de su pena
tienen muy poco cuidado,
atentos al interese
que promete el cautiuallo,
todos xuntos arremeten
para prendello o matallo;
y el, que en semexantesfechos
estaua experimentado,
sobre los cuatro revuelve,
y en poco tiempo ha mostrado
que en el valor que tenia
tan brioso y tan gallardo,
no auia menos de valiente
que de buen enamorado,
y a los dos puso por tierra,
y los otros que han quedado
hizieron luego la senna,
como estaua concertado;
y el Alcayde valeroso
llega con los otros quatro,
y quando vio vn solo moro
y en los nuestros el estrago,
con el batalla pretende,
y entrellos han concertado
que en premio del que venciese
el vencido aya quedado.
Tirole el Alcayde vn golpe,
y el moro le ha reparado,
y luego en respuesta deste
con otro le ha segundado.
Cerro el Alcayde con el,
del adarga reparado,
y de aquel golpe primero
le derriuo del cauallo,
que estaua ya sin aliento
de aquel rencuentro passado;
y quando lo vio en el suelo
desta manera ha hablado:
“Si en mas no tienes la vida
que la palabra que has dado,
ríndete, moro, luego
pues assiesta concertado”;
el moro callando cumple,
lo quel Alcayde ha mandado,
el qual al punto se apea
y le subio en su cauallo,
y para Alora se bueluen
auindolecutiuado”.
Curiosamente, Granada, Álora, Coín y Cártama celebran como suyo todo el drama del Abencerraje, mientras casi es ignorado en Antequera, ciudad en la que, ciertos o ficticios, ocurrieron todos los hechos narrados en esta obra tan importante, única, de la Novela Morisca del Renacimiento. Y siento lamentar, que pasa el año del VI Centenario de la muerte de Rodrigo de Narváez, y nuestra ciudad sigue sin organizar actividades al respecto; pero aún queda un trimestre que habrá que aprovecharlo y me consta que será así.