Antonio Jiménez Fuentes nació el 8 de enero de 1967 en Madrid. Estudió en el colegio trinitario de Valdepeñas donde conoció su carisma y decidió entrar en el Seminario en 1981 y estudió en Granada y Roma.
Es licenciado en Sociología. Se ordenó sacerdote el 9 de enero de 1993. En Málaga formó la comunidad de Palma-Palmilla y fue provincial de 2003 a 2012. De allí se trasladó a Granada, para pasar por Argentina hasta que en 2016 regresó a Málaga y en 2021 a Antequera, siendo director general de la Fundación Prolibertas y párroco de La Trinidad.
Ahora, el viernes 13 de septiembre el obispo de Málaga le nombró arcipreste de Antequera, tras el traslado del anterior, Antonio Fernández López. Tras sus primeros días, quedamos con él en su parroquia y nos comparte sus primeros días con esta nueva responsabilidad.
¿Cómo le comunican que sea arcipreste? “El señor obispo habló conmigo, apuntándome la posibilidad y mi disponibilidad para poder asumirlo y le dije que sí, si era necesario, que haríamos lo que se pudiese”.
Hasta ahora ningún religioso había sido el arcipreste. “En Antequera no había habido arciprestes religiosos, aunque en otros lugares, sí. Creo que no es cuestión de que sea un diocesano o un religioso, sino de la capacidad de asumir la responsabilidad de este tipo, que no es otra cosa que coordinar y animar a la Iglesia de Antequera”.
Queda atrás la figura de vicario-arcipreste y de tener que estar al frente de San Sebastián. ¿Qué significa hoy ser arcipreste? “Es una responsabilidad de animar y coordinar la Iglesia de Antequera. Creo que no es tanto un puesto de altura que se puede pensar, sino una responsabilidad de servicio y ver cómo podemos animar a Antequera y que caminemos juntos”.
¿Cómo se reúnen los sacerdotes? “Nosotros tenemos una reunión mensual del arciprestazgo, porque además de Antequera está también Casabermeja, el Valle de Abdalajís, Villanueva de la Concepción…”.
Lleva días, pero… ¿cómo quiere coordinar su labor? “Trabajar con las distintas comisiones arciprestales con el reto que me gustaría de insistir en trabajar en comunión. En Antequera somos distintas parroquias, pero también distintas realidades como las cofradías, con movimientos, las comunidades religiosas y quizá la tendencia es que en vez de enriquecernos, puede que cada uno estemos en lo nuestro. Por eso creo que uno de los grandes retos, es que nos aglutinemos y trabajemos en comunión”.
¿Y cómo se puede conseguir? “Respetando la realidad de cada uno que aporta su riqueza al conjunto, a su vez, trabajando para crear el espacio para que reflexionemos, aportemos y trabajemos juntos como Iglesia que es lo que nos está pidiendo la sociedad”.
¿Para cuándo los primeros resultados? “Vamos a ver si de aquí a Navidad podemos ya dar algunos pasos. Tampoco es ser un superhombre, necesitará del apoyo de los sacerdotes, los laicos, las cofradías…”.
A la Iglesia de Antequera le decimos: “Que sigamos adelante, que tenemos una riqueza impresionante en la Iglesia de Antequera, con una larga trayectoria, con una madurez, pero tenemos que hacer un esfuerzo para trabajar en comunión juntos”. Más claro… imposible para conseguir.
