Llegó la tercera jornada, centrada en el periodismo, del foro ‘Antequera Piensa’ que desde el pasado jueves 24 se celebra en la antigua Colegiata de Santa María. Tocaba el periodista Jon Sistiaga.
Removiendo conciencias, siendo incisivo y directo con el público joven asistente, estuvo el periodista Jon Sistiaga quien desgranó las distintas facetas del periodismo, mostrándoles un largo camino recorrido y que le permite tener un prisma amplio de la realidad.
Basado en la verdad como hilo conductor de la conservación que mantuvo, con el también periodista Joaquín Torreblanca, Sistiaga supo ser directo, firme y contundente a la hora de llevar un mensaje claro: «la verdad corre mucho más lenta que la mentira».
Repasó sus inicios, en esos primeros instantes en los que decidió ser periodista, porque siempre quiso saber más de aquello que se presentaba ante sus ojos. Así se adentró en un mundo donde siempre ha buscado conocer la verdad, el por qué de esa situación, esa guerra, esa muerte, ese conflicto.
Supo narrar sus momentos en esas guerras, donde tuvo especial presencia la muerte, como la de su compañero José Couso. Y fue preciso en afirmar que cuando un periodista muere en un conflicto, muere la libertad de expresión, la verdad, porque así se mata «la opción de que os enteréis de lo que está pasando», porque la única forma de saber lo que de verdad ocurre, es ir más allá, buscando, leyendo, siempre con ese «por qué» muy presente.
No faltaron las cuestiones de los jóvenes asistentes a esta cita, preguntas concisas como si los periodistas deben ser objetivos, con una respuesta contundente del protagonista: «La objetividad no existe, no se les puede pedir que sea objetivos a los periodistas», y explicó esta aserción basada en buscar ser siempre lo más ecuánime y honestos posibles con aquello que se narra.
El diálogo tuvo presente sus distintos reportajes y entrevistas realizados en tantos años de profesión, donde se colaron anécdotas y momentos que al final, terminaron marcados en su retina.
Siendo público joven, llegaron las preguntas de cómo llegar a ellos, cómo acercarles el periodismo y a la vez el riesgo existente en las redes sociales con aquellos portavoces que dicen mostrar esa verdad, a veces tan denostada. A la primera consulta, explicó que hay que acercar el periodismo basándose en la generación de «un relato que sea comprensible» para ellos, usando su lenguaje, lo breve y conciso.
Y a la segunda, fue mucho más contundente. Las redes sociales abrieron «una maravillosa ventana para el mundo», pero ahora «se ha convertido en un gran estercolero», donde «todo el mundo opina» y «no todo el mundo debe opinar», porque es «básico que para que el diálogo público exista tenemos que saber quien está detrás» de aquello que se dice o escribe. «Somos víctimas de un algoritmo que promociona las palabras gruesas, los insultos, las banalidades, las mentiras…».
No dejó atrás la maldad, esa naturaleza de la persona que a veces surge en un momento dado. En su trayectoria se ha topado con muchas de esas personas que algunas se han arrepentido y han vuelto al camino del bien, y otras no. En este sentido unió esta parte con lo que se encuentran los jóvenes a diario: «El malismo es la cultura del zasca, meterse con la gente por qué sí y reíros». A la vez que confesó que a lo largo de su carrera sólo se ha topado con una persona mala por naturaleza y además, era consciente de ello.
Para finalizar, apareció esa frase lapidaria de que el periodismo es el cuarto poder, algo que negó, porque él no estaba seguro, pero que sí aprecia «un cuarto poder oscuro que son las redes sociales».
El foro ‘Antequera Piensa’ finaliza este miércoles 30 de octubre con el director de cine David Trueba en Santa María a partir de las 12,30 horas.