La Real Academia de Antequera abre su cátedra de música al referente del piano, el antequerano Ángel Sanzo Herrera, que entró a formar parte en un solemne acto en la noche del sábado 21 de diciembre.
Tras la bienvenida en la sala de conciertos, juró su cargo ante el director José Escalante. Seguidamente, Miguel Ángel Fuentes, responsable de la Sección de Arte, compartió con los presentes los datos más destacados de Sanzo.
El propio artista intervino, agradeciendo «a los compañeros de esta Real Academia de Antequera por concederme el honor de formar parte de esta gran familia de ilustrísimas personas que contribuyen y trabajan por el enaltecimiento de la cultura, el arte y la ciencia».
Recordó sus años en el Conservatorio y se emocionó al mencionar a «mi primera profesora, a la persona que me puso las manos en el piano y con quien siempre he ido de la mano en esta andadura, mi hermana Esther Sanzo. Catedrática de Dirección de Coro del Conservatorio Superior de Sevilla, directora del Coro profesional CODICE de Sevilla y más de treinta años a cargo de la dirección de la Coral San Sebastián de Antequera, ella ha sido un ejemplo de perseverancia y dedicación vocacional a la música».
Fue su padre, «bajo la alentadora y atenta mirada de nuestra madre, quien se empeñó en vincularnos a la música a los tres hermanos desde muy temprana edad. Nadie nos podía augurar que aquellos primeros pasos nos llevarían a desarrollar una carrera profesional que a día de hoy sigue dando sus frutos.»
En casa, «la música sonaba a todas horas. La pintura, otra de las pasiones de mi padre, también estaba presente en nuestro día a día. La familia vivía el arte como algo habitual y cotidiano, tanto que hoy mis sobrinos también se dedican a ello. Mi hermano Juanjo, aficionado también a la música, inculcó a sus hijos esas mismas pasiones, y hoy mi sobrino está comenzando una imparable carrera profesional con la batería, y mi sobrina María, historiadora del arte, se desenvuelve como nadie entre las paredes de los museos de Málaga donde ejerce su profesión».
Tras dejar el conservatorio de Antequera, «continué mis estudios en Málaga, Granada, después en Madrid, Londres y, por último, en Salamanca. Pero sin ninguna duda, el lugar que me ha hecho crecer verdaderamente y donde sigo desarrollándome como músico y pedagogo ha sido mi querida Extremadura, y concretamente, la ciudad de Badajoz. Una tierra a la que llegué por casualidad y que me acogió con los brazos abiertos, brindándome la posibilidad de desarrollarme profesionalmente en uno de los centros más importantes y competitivos de nuestro país, el Conservatorio Superior de Música “Bonifacio Gil” de Badajoz».
Sobre el «arte, en cualquiera de sus formas, debe ser preservado y promovido. Es necesario recordar que el arte no es sólo un bien de consumo, sino un pilar de nuestra identidad y nuestro legado. Cada piano que suena, cada lienzo que se pinta, cada verso que se recita, son actos de afirmación de la vida y de la autenticidad del ser humano».
Al ingresar en esta Real Academia, «no sólo recibo un título, sino que abrazo una responsabilidad: la de seguir defendiendo y transmitiendo la belleza del arte y de la música. Un deber que asumo con fervor».
Y terminó dirigiéndose a «esta ciudad, que ha sido cuna de tantas generaciones de artistas y pensadores, me ha transmitido la importancia de la sabiduría y de la belleza en la vida cotidiana. Y es aquí, en este lugar de historia y arte, donde quiero seguir ofreciendo mi contribución al engrandecimiento de nuestra cultura».
Seguidamente, mostró su dotes como intérprete ante el piano, dando vida a la obra de Franz Liszt «Consolación n. 3. Valle de Obermann» y la de Robert Schumann «Carnaval op 9».
Fue muy aplaudido, con el público en pie en una de esas noches que no se olvidarán, de esos momentos en los que una placa podrí recordar lo vivido con uno de los intérpretes musicales más destacados que ha dado la ciudad: Ángel Sanzo.