sábado 30 agosto 2025
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Miguel Hinojosa: Las alergias crecen por el procesado de los alimentos y por la contaminación

Miguel Hinojosa Macías nació el 10 de marzo de 1953 en la calle del Río número 30 (luego vivirían entre Plato y Comedias). Hijo de Miguel Hinojosa y Carmen Macías, estudió en el Colegio de Nuestra Señora de la Victoria y Nuestra Señora del Carmen, para terminar sus estudios en Antequera en el Instituto Pedro Espinosa.

Se licenció en la Facultad de Medicina con premio extraordinario de la carrera: ¡17 matriculas de honor y premio extraordinario a la carrera! Hizo el MIR, sacando el número 3 de toda España, escogiendo el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde se ha jubilado recientemente como jefe de servicio de alergología. Se doctoró en la Universidad Autónoma y mantiene su clínica privada donde atiende a personas alérgicas.

Son muchos los antequeranos que acuden allí al ser un especialista alergólogo internacional, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, del Departamento de Alergología de la Universidad Mcmaster Medical School en Hamilton (Canadá), de la Escuela de Medicina de la Universidad “Johns Hopkins” en Baltimore. También pertenece a la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica y de la Academia Americana de Alergia e Inmunología Clínica. Y cómo no, a la Academia de Nobles Artes de Antequera. Su labor le llevó a ser nombrado además como hijo ilustre de New Orleans en Louisiana. Es un referente de la medicina internacional y es de Antequera.

Así, en nuestro recorrido por paisanos por el mundo, quedamos para entrevistarle con el tema de las alergias como inicio de nuestras preguntas. ¿Por qué hoy se aprecian tantas alergias? “Alergias ha habido siempre porque tienen una base genética. Está ligada al brazo corto del cromosoma 5, que es un autosoma, que quiere decir que es transmisible a los hombres y a las mujeres. Se calcula que pueden mostrar alergias entre el 8 y el 12 por ciento de la población”.

¿Y por qué ahora se perciben más? “Pues porque hay más cosas a las que puedes ser alérgico. Y pasa por la contaminación, fundamentalmente, tanto del medio ambiente como de los alimentos. Lo que hoy tomamos no son tan naturales como los que de hace 100 años. Las carnes están procesadas, el pan está procesado para que no se ponga duro. En fin, todo sufre un proceso industrial importante y hace que las alergias alimentarias se hayan multiplicado. Igual que las alergias ambientales. Ahora, el aire de la ciudad, por ejemplo el de Málaga, es muy distinto al aire de hace 50 años. Hay más contaminación y lógicamente todo eso hace que haya nuevos alérgenos y aparezcan nuevas alergias”.
¿Las personas alérgicas saben que lo son? “La alergia da unos síntomas que te dicen si es alergia respiratoria, con estornudos, picor de nariz, picor de ojos, agua por la nariz, ojos llorosos, dificultad para respirar, pitos en el pecho, fatiga, falta de aire… y e eso hay que hacer un diagnóstico porque puede ser una bronquitis, una tuberculosis u otra cosa completamente diferente… o una alergia”.

¿Por qué la persona alérgica sabe que puede ser por la época del año? “Porque tienen un carácter estacional. Por ejemplo, en la primavera hay muchos pacientes que todos a la vez empiezan con los mismos síntomas respiratorios generalmente. Y eso afecta a muchos niños en las escuelas. Entonces los padres dicen: ‘Mi niño tiene alergia y es prácticamente seguro que la tiene’. Y también cuando algún paciente, después de tomar un alimento, le sale una roncha, se le hinchan los ojos, tiene dificultad para tragar o para respirar lo relaciona directamente con la ingesta de un alimento”.

Qué cuidado hay que tener con los alimentos. “El proceso previo a todo lo que comemos, se nota luego al ingerirlos. Se ha multiplicado por 4, por 5, muchísimo el porcentaje de alergias a alimentos. Hay alérgenos alimentarios que se conocen como la leche, sobre todo en los niños con la leche de vaca. La alergia al huevo, tanto a la yema como a la clara. La alergia a los frutos secos con el pistacho, el cacahuete, la almendra, la avellana, el piñón… hay que tenerlos siempre muy en cuenta. La alergia al pescado, tanto al blanco como al azul. La alergia a las legumbres: las lenteja, el garbanzo, la alubia.
Y a la fruta. Hay gente que le da un bocado a una manzana y le pica la boca, debido a la profilina que contiene ciertas frutas”.

Las alergias en el interior
y en las zonas costeras
¿En qué afecta que sea una ciudad de interior o de costa? “Muchísimo. En la costa, el clima es marítimo, es húmedo y proliferan un tipo de alérgenos diferentes a los que hay en el interior. Por ejemplo, Málaga y Antequera son el agua y el aceite, completamente distintas, estando tan cerca una de la otra. En Málaga hay un clima costero, con muchísimos ácaros dermatophagoides y hongos de la humedad como la Alternaria y Astergillus. Y en Antequera hay un clima continental, muy parecido al de Madrid. Yo siempre digo que Antequera y Madrid se parecen mucho: inviernos muy fríos y veranos muy cálidos. En Antequera hay mucho olivo, lógicamente mucho polen, y gramíneas, cultivadas y salvajes, siendo las más importantes la espiguilla y el ballico”.

En las alergias como en todos los temas de salud, el médico de cabecera ¿es fundamental? “Así es. Los médicos de cabecera son magníficos, tienen una formación excelente. Han pasado todos por el sistema MIR y tienen cuatro años de especialidad hechas en un hospital de referencia. Saben muy bien lo que hacen y diagnostican muy bien”.
¿Cuáles son los meses más proclives a desarrollar alergias? “Depende del lugar. En mi querida Antequera, con el cupressus arizonica, que son los cipreses que abundan mucho, enero y febrero son los meses a tener en cuenta. Está el plátano de sombra, en el mes de marzo. Y después la gran explosión de los olivos y de gramíneas vienen en abril, mayo y junio. Entonces, literalmente, desde enero hasta junio tenemos alergia respiratoria, la alergia polínica en Antequera”.

¿Y cuándo hay que ir a un especialista? “Es indiferente. Se debe ir cuando se sospecha la enfermedad, porque cuanto antes lo sepa el especialista, muchísimo mejor, porque se instaura antes el tratamiento y se puede prevenir y el paciente mejora una barbaridad”.
Y ante la alergia: vacunas y tratamientos medicinales. “Lo primero es el tratamiento profiláctico que busca evitar al alérgeno si es posible. En el caso de las alergias alimentarias es más fácil: no comer lo que te da alergia es suficiente. Pero la alergia respiratoria es muy difícil porque evitar el polen de olivo es prácticamente imposible. Hay que recurrir a lo que se llama inmunoterapia específica activa, las famosas vacunas antialérgicas, que son muy eficaces”.

Y junto a las vacunas, los antihistamínicos… “El tratamiento farmacológico, el tratamiento sintomático, que es con medicamentos como los antihistamínicos, corticoides, esprays nasales de corticoides, inhaladores con broncodilatadores para el asma… Todo esto no cura la alergia, hay que ser sincero y honesto, pero la mejora mucho”.

¿La alergia tiene cura? “Vamos a ver, el alérgico nace con esa predisponibilidad y la va a tener toda su vida. Hay una frase por ahí que dice: es alérgico quien puede, no quien quiere. Eso es verdad. Lo que hace el tratamiento profiláctico con vacunas antialérgicas es disminuir la carga alérgica. Un individuo puede tener una carga alérgica muy grande que lo pasa muy mal, tienen muchos síntomas, son muy intensos, pueden llegar a ser realmente molestos. Y lo que hacen las vacunas es bajar, disminuir drásticamente la carga alérgica. Por ejemplo, si uno tiene una carga alérgica de 10, por un tratamiento de vacuna, se le puede poner de 1 o de 2, y prácticamente con eso le mejoras su día a día”.

¿Es bueno que llueva o que no para la alergia? “Depende del lugar. En Antequera, fundamentalmente la alergia es polínica, porque la lluvia arrastra el polen, lo precipita al suelo y no vuela el polen. Al no volar, no se respira, y al no respirarse el polen, no hay síntomas. Los pacientes mejoran muchísimo con la lluvia. Pero sin embargo, en la costa, es al revés, porque con más humedad, más alérgenos y más ácaros, que proliferan mucho más y empeoran muchísimo. Yo tengo muchos pacientes de Antequera que me dicen: ‘Doctor, cuando voy a Málaga, cuando voy a la costa, empeoro. Es porque tienes alergia a los ácaros”.

¿Y lo de la alergia a los medicamentos? “Es otro gran campo de la alergia porque los medicamentos se emplean muchísimo. No solamente en los hospitales y por profesionales, hay mucha gente que se automedica sin saber. Tenemos en casa paracetamol, amoxicilina, ibuprofeno… que pueden inducir muchas reacciones alérgicas. Las alérgicas a los medicamentos son muy frecuentes y hay que atajarlas y por eso hay que seguir siempre los consejos de un médico antes de tomarlos”.

Su relación y recuerdos
de Antequera
Seguiríamos preguntándole, pera lo dejamos para próximas entrevistas porque tenemos a una eminencia del mundo de la Medicina y hay que compartir sus conocimientos con los lectores y sus paisanos. No queremos terminar sin preguntarle por Antequera. “No hay día que no me acuerde de mi tierra. Esta mañana mismo me acordaba del Colegio de los Carmelitas, del cual tengo un excelente recuerdo. Me enseñaron a estudiar, a meditar e hice muy buenos compañeros y muchos de ellos llegaron a ser buenos amigos. También me acuerdo del Instituto Pedro Espinosa donde me preparé para ir a la Universidad”.

¿Y de alguna calle o sitio en especial? “La calle del Plato, donde me crié, y Comedias, donde después se trasladaron mis padres. El campo de fútbol, El Maulí, ¡cuántos partidos he visto con mi padre de la mano cuando tenía 6 años! Los toros con una plaza preciosa, muy parecida a la Maestranza de Sevilla. Yo he visto al Cordobés en Antequera”.
Por cierto, ¡lo cerca que ha estado el Antequera de subir a Segunda División! “Así es. Yo creo que lo conseguiremos. Cuando leo estas grandes noticias, me acuerdo de tu padre, mi recordado y querido Ángel Guerrero. Un hombre muy gentil, una gran persona y un amigo que siempre te llamaba para contarte lo bien que le iba a Antequera y para compartir con los antequeranos cómo nos iba a nosotros”.

Díganos más lugares que busca entre sus recuerdos al volver a ella. “También me gusta ir por Merecillas, para reencontrarme con mi infancia. Los jardines tan bonitos que tiene Antequera como el Corazón de Jesús y pasar por el Paseo. Antequera se ha vuelto muy turística porque los ves y lo conoces con la gente haciendo fotos por la calle, los artículos en la Prensa y la de veces que sale en las noticias por inauguraciones, celebraciones, su Semana Santa, que me encanta con lo peculiar que tenemos que es todo una maravilla. Y qué decir de la parte monumental, con Santa María, el Arco de los Gigantes y cenar en el Escribano. O la majestuosa calle Infante don Fernando, pasear por ella y poder tomar un café en la Alameda”.

Concluimos tras una cercan entrevista a un hijo ilustre de Antequera que presume de ella como tenemos que presumir de él, no sólo por sus conocimientos y posición mundial en las alergias, sino por lo cercano y antequerano que se siente.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
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