El segundo fin de semana de agosto vuelve a ponernos en la picota a algunos políticos y políticas que parece inflaron su currículum para acceder a puestos de responsabilidad y cobrar serios estipendios sin levantarse mucho de la silla, sin doblar cintura y sin sudar la gota gorda. Huelga decir que España, o lo que va quedando de España con el permiso de catalanes y vascos, es un país extraordinario, con una magnífica gastronomía, una historia y cultura envidiables y con unas gentes que antes las adversidades, como otrora época el hundimiento del Prestige y más reciente el volcán de la Palma, sacan lo mejor que llevan dentro y empatizan con el prójimo sin lágrimas de por medio. Por supuesto, siempre ocurrió en nuestra historia y en la vieja Europa, son los momentos donde afloran los que gustan de enriquecerse aprovechando las debilidades que generan las catástrofes.
Ahora bien, en plena vorágine y extenuación de la corriente woke, donde la pedagogía buenista de salón, no de verdaderos maestros y profesores, ha conseguido que la educación vaya camino de convertirse en un desastre absoluto por la falta de autoridad, asistimos a la llegada de algunos pseudo políticos y políticas con currículums falsos y manipulados que les ha permitido buenas remuneraciones mensuales.
No sé, tengo serias dudas, pero algo tiene que ocurrir, lo vengo diciendo de continuo, para que la sociedad civil se eche a la calle y no se toleren estos y otros abusos. Por supuesto el de la vivienda requiere de una revolución en toda la extensión del término. ¿Cómo es posible que Paco Salazar, estómago agradecido de Pedro Sánchez en el ayuntamiento de Dos Hermanas, cobrara `supuestamente’ 2.000 euros sin ir a trabajar? ¿Cómo digerir que el Comisionado del Gobierno para la Dana, José María Ángel Batalla, falseara un título universitario? Nadie se percató nunca de nada. Y suenan tambores de guerra cuando vemos escrito el nombre de Pedro Rollán, presidente del Senado, que va camino de convertirse en todo un personaje que sin titulación universitaria oficial presumía de tener tres estudios de posgrado.
Este y otros muchos casos que están por salir y aflorar ponen los pelos como escarpias, no sólo a los que tenemos el honor y la honradez por bandera, sino a todos aquellos jóvenes y no tan jóvenes que diariamente se levantan en España para luchar por su país y su comunidad. Las generalizaciones y las comparaciones fueron siempre odiosas y en la mayoría de los casos carentes de sentido. Ahora bien, aquel refrán que decía “no sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió” es fácilmente adherible a todos estos políticos que inflaron sus currículums para sentirse aplaudidos y repartir prebendas sin control alguno.
En estos momentos, los límites deben ser más exigibles y más contundentes; el ser humano no entiende de otra forma. Desde ya, pido una ley que exija desde el minuto uno que todo aquel que haya mentido en su currículum, haya ejercido un cargo público y empero haya cobrado del erario público (con el dinero de todos cuantos contribuimos) devuelva hasta el último céntimo y sea dado a conocer en todos los medios de comunicación. Así, no cabe duda, otro gallo cantaría.
Desgraciadamente eso no va a pasar. Hay muchos favores que pagar, muchas bocas que callar y muchos estómagos que agradecer. Agosto servirá para muchas cosas, pero nunca para que los políticos de uno u otro bando se regeneren, abran el curso político prometiendo la legalidad y la transparencia. Eso no va con todos ellos. Volveremos igual; será siempre la política del “ y tú más”.