Hay personas que hasta tienen que elegir el día en el que se pueden despedir. Así lo hizo en silencio Francisco Ruiz González, quien falleció el pasado sábado 6 de septiembre en Antequera a los 74 años. Era sábado, su familia había lanzado una nueva edición de “La Crónica”, el periódico comarcal que semana tras semana sale en papel.
Su mujer y su hija estaban con él atendiéndole como precisó en los últimos meses, y su hijo, terminando el reparto y subiendo a las redes el lanzamiento del número 1.135. Más de un millar de intensas semanas para preparar un periódico en casa y en familia. Sabemos lo que eso supone…
Pasaba el día y todos ellos, reunidos con el referente de tantos años de vida y lucha: el padre. Y con la caída del día, Paco nos dejó, con su ímpetu, su pasión, su incansable espíritu trabajador se difuminaba. El propio medio de comunicación fue quien compartió la triste noticia que sorprendió en la ciudad. Se sabía de su mal estado de salud, pero no nos podíamos imaginar el fin de tantas ganas de trabajar y contribuir con su tierra.
Paco fue de todo. Albañil, comercial de piensos, reconocimiento nacional por ser quien más libros vendía… Fue futbolista del Antequerano hasta juveniles, luego siguió practicando varios deportes: golf, pádel, petanca, dardos, billar… Pero ‘Paco Ruiles’, como se le conocía cariñosamente, fue promotor de espacios de hostelería con música y de las casetas que daban vida a la ciudad a finales de los 70 y principios de los 80. De él surgieron iniciativas como “Las Rejas”, “La Negrita” o “La Palmera”, donde pasaron artistas de renombre como: Isabel Pantoja, Rocío Jurado, Rocío Dúrcal, Miguel Ríos, Los Pecos… entre otros grandes nombres que llenaron de música las noches veraniegas.
También fue promotor de iniciativas pioneras como la Clínica 24 horas, el Club Social Matagrande o Proyecto Humano. Buscó ayudar con actos benéficos a CASIAC, y no dudaba responder a quien le pidiera una ayuda. Ya en el mundo de los medios de comunicación, empezó de comercial y luego fundó “La Crónica” a la que le llegó a sumar una televisión local. Tras jubilarse, sus paseos, deportes y familia fueron sus ocupaciones.
Desde estas páginas, nuestro sentido pesar a su mujer, Lola Pavón Téllez; y a sus hijos: Carmen y Francisco. De compañeros a compañeros, de periódico a periódico, de familia a familia, ¡que tu esfuerzo siga presente en los tuyos! Una ciudad no sería grande sin personas que se desviven por ella. Ahora le toca organizar conciertos y ayudar a quien le haga falta, allá en su nueva vida… ¡la que estará liando ya con los que fueron sus amigos!