El próximo viernes 12 de diciembre a las 19,30 horas, el interior de la iglesia conventual de Belén acogerá la presentación de un nuevo libro, esta vez dedicado al interior de los conventos de clausura de la ciudad. Se trata de una nueva obra del historiador de Arte, Jesús Romero Benítez, que cuenta con las fotografías de Alfredo Sotelo.
Bajo el título de “Clausuras de Antequera” se comparte “los seis conventos que todavía tenían vida cenobítica hace 25 años, de los que tres ya han sido suprimidos en nuestros días”, explica Romero en una entrevista previa. “Alfredo Sotelo, a instancia del Ayuntamiento, preparó una exposición que se montó en el Pósito, en la sala de exposiciones que había, que se llamaba “La Casa Sosegada”, en alusión a un verso de San Juan de la Cruz, Fue porque en aquel año la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, en la Jornada Europea de Patrimonio Histórico, le había dedicado a los monasterios y conventos andaluces. Entonces aquí, en Antequera, lo organizamos inaugurando el Museo de La Descalzas y la exposición sobre las clausuras. Fueron cuadros de gran formato con altísima calidad”.
Y 25 años después… “Me puse en contacto con mi amigo Alfredo Sotelo y le dije si hacíamos un libro sobre las clausuras con su fotografía y con textos míos nuevos. Nos pusimos de acuerdo rápidamente, fui revisando el texto durante todo el verano y él mandó los clichés, de cuando eran carretes de 36, a digitalizar a Barcelona y volvieron con una calidad espectacular”.
¿Y qué nos puede adelantar del libro? “Tiene una introducción donde se habla de lo que significan las clausuras de Antequera históricamente, cómo se conformaron, cuál era el procedimiento de la metodología para crear un convento en Antequera, cómo se crearon todos entre los siglos XVI y XVII, cómo se transforman y reedifican sus iglesias en el XVIII”.
Un libro que deja constancia de cómo eran los interiores de los conventos a principios de este siglo XXI. “Es un documento de valor histórico, artístico y etnológico, porque es el interés de cómo es un convento por dentro, cómo funciona, cuáles son las dependencias. Tienen la portada que conocemos todos, luego la portería, los claustros, escaleras, coro alto, coro bajo, sala de recreación, sala de costura, sala de obrador, cocina, cementerios, biblioteca, archivos. Es decir, que son un micromundo muy curioso casi desconocido por la mayoría, y ahí se puede conocer primero por el texto que refleja lo que son esos interiores, pero las fotografías que son espectaculares”.
Jesús comparte
los entresijos
de los conventos
¿Hay vivencias suyas al ser de las pocas personas que ha podido entrar en todas las clausuras? “El texto tiene un lado, digamos más humano, donde comparto cómo Sor Carmen, la sacristana de Madre de Dios, me relató que cuando llegaron las ‘sevillanas’, me decía, me mandó una carta secreta donde decía que arrasaron con todo como los franceses. O de las monjas de la Encarnación con Sor Liliana, que tenía mucha amistad. O las monjas de las Catalinas, con Sor Carmen, que fue la que reconstruyó el convento entero, y últimamente con Sor Marcelina y con Sor Magdalena, que son las quedas que están en Jaén. Y no me puedo dejar atrás a Sor Clara, que fue la que mantuvo Belén”.
Tres de ellos cerraron: Madre de Dios, Santa Eufemia y Las Catalinas. ¿Qué pasa con los conventos? “El planteamiento de las monjas cuando cierran es ceder la iglesia al Obispado y el convento lo ponen a la venta porque necesitan mantener en pie otros conventos que no se han cerrado. Tengamos en cuenta que de los seis conventos de clausura que se estudian monográficamente, solamente Madre de Dios se declaró un monumento nacional cuando yo llegué a director general y estaba Rosa Torres de consejera. Los cinco restantes no están declarados, por lo que no están protegidos. Si se declararan Bien de Interés Cultural (BIC), los bienes muebles quedan vinculados. Creo que de alguna manera habría que declarar BIC todos los conventos que tienen valores más que suficientes”.
¿Quién debe de pedirlo? “¡Pero es que San Sebastián, San Pedro, que es una catedral, no están declarados, o la Trinidad, que es una joya del barroco madrileño en Andalucía! Belén, otroa joya del barro, tampoco está declarado.
Las competencias la tiene la Junta de Andalucía, pero lo normal es que sea el propio municipio el que mande un escrito mediante acuerdo plenario diciendo que entiende que se debe de declarar bien de interés cultural”. Sería una forma de proteger el patrimonio en el caso de cierre de conventos e iglesias.
Terminamos hablando del libro. “Creo que es un regalo que le hacemos a los antequeranos en el sentido del esfuerzo que se hace. Porque yo ya a mis años tengo la sensación de que si hago un libro es porque se lo estoy regalando a la ciudadanía, es decir, porque ya a estas alturas, estamos jubilados”. Por tanto ante un nuevo libro que dejara constancia por escrito de sus conocimientos con el respaldo de las fotografías de Alfredo Sotelo.
