Hay una farmacia en Antequera que tiene a una familia con raíces entre Jaén y Madrid que se ha asentado en nuestra ciudad. Se trata de los Menéndez-Cervera con los que compartimos cómo se vive una auténtica Navidad.
Elvira Cervera Escalona nació en Peal de Becerro (Jaén) el 1 de junio de 1985. Tiene 40 años. Mientras que Javier Menéndez García nació en Madrid, el 21 de julio de 1980 y tiene 45 años. Tienen dos hijas: Carmen, con 11 años, y Begoña, con 8, que nació en Antequera tras establecerse en la antigua Farmacia Cortés, hoy conocida como Farmacia Elvira. En estas páginas conocemos cómo fue llegar a esta ciudad y cómo viven la Navidad.
El primer paso lo hacen los padres, de la importancia de los abuelos: “En mi casa, desde pequeños, mis padres nos inculcaron esta gran tradición y ahora nos toca a nosotros hacerlo con nuestras hijas”, expone Elvira. Se conocieron estudiando en Madrid, donde se casaron y fue ella la que despertó el sentimiento de fe en Javier. “Yo no he sido muy practicante, pero cuando conocí a Elvira, y sobre todo cuando vinieron las niñas, empecé a ver las cosas de otra forma y ahora lo siento de una manera diferente”.
Madrid les unió: “Él me echó el ojo y al final me conquistó”. Él trabajaba en un restaurante y ella, en una farmacia tras licenciarse. Con el embarazo de la segunda hija, percibían que “en Madrid se complicaba porque aunque es muy bonito, la vida es difícil en ella. Decidimos buscar un lugar en Andalucía y mira por dónde, venimos a Antequera un día, que por cierto salía Santa Eufemia, y nos preguntamos: ¿por qué no aquí en Antequera? Nos encantó la ciudad y aquí nos quedamos”. Era el año 2017.
Cómo vivir la Navidad
en pleno siglo XXI
Hablemos de la Navidad. ¿Cómo se vive en vuestra casa? “Cuando llega el puente de diciembre montamos el Belén, empezamos el Adviento, intentamos enseñarles lo que es la Navidad: el nacimiento del Niño Jesús. Las niñas cogen una hojita y escriben sus propósitos, uno para cada semana y las ponen debajo del Nacimiento. Por cierto que ellas nos han dicho este año que tenemos que preparar nuestros corazones para que estén blanditos y calentitos para que venga el Niño Jesús”, comparte Elvira. Mientras que el padre nos dice: “La Navidad es intentar estar más cerca de la gente de tu entorno y de la gente que te rodea”.
Con familia en el País Vasco, Madrid, Jaén… ¿cómo se ponen de acuerdo? “Pues procuramos estar entre Madrid y Jaén, alternando. También depende un poco del trabajo”. ¿Cómo es el día 24 en vuestra familia? “La Nochebuena solemos estar en Jaén, en el pueblo, primero la familia en la cena y luego vamos a la Misa del Gallo”. ¿A qué hora? Porque cada vez es más temprano. “Allí sigue siendo a las 12 de la noche, nos movilizamos toda la familia, con los abuelos primos y vamos todos”. ¡Benditas familias y tradiciones!
Trabajan en una farmacia y tienen el contacto diario con mucha gente. ¿Cómo véis a la sociedad? “Necesitan hablar y que se les escuche. Hay mucha gente sola. Es verdad que aquí en Antequera, menos. Nosotros en la farmacia de Madrid, que estaba en Vallecas, era un barrio bastante necesitado. Lo que sí se ve es un poco de vacío de Dios, aunque ahora hay nuevas corrientes que vemos de cómo están retornando, sobre todo la gente joven que a veces está tan perdida…”. ¡No está tan mal la juventud como se dice! “Creo que lo malo suena mucho, pero no todo es tan malo y además, creo que hay un resurgir y más que va a haber, porque creo que hemos tocado fondo como sociedad y esto va a cambiar”.
Intentamos que nos compartan algo las dos hermanas pequeñas y nos dicen: “A mí me encanta la Navidad porque estamos con los primos, con los abuelos, y aunque vayamos de un lado para otro con el coche, al final nos lo pasamos muy bien”.
¿Hay gente solidaria que ayuda a personas necesitadas? “Pues hay mucha, mucha gente.
Lo notamos cuando se volcaron con el tema de la DANA en Valencia que hicimos una recogida para que lo llevaran a través de otros farmacéuticos. Hay mucho bueno, hay mucha solidaridad y hay mucha esperanza, aunque sólo se hable de lo malo”. Es el día a día tras el mostrador de una farmacia.
Hoy se prepara una gran fiesta, pero a veces se olvida para qué. ¿Cómo véis tantas luces, campañas, anuncios…? “Lo de las fiestas, los duendes, los elfos y todo lo demás, son un añadido que son malo. Lo que tenemos que hacer es no perder la esencia. La esencia sabemos que es la Navidad, el resto pues son añadidos”. Comparten en lo importante de hablar de Dios.
Un deseo de Navidad
¿Y cómo se puede vivir una Navidad auténtica desde el punto de vista de los valores cristianos, de la familia? “Para vivir una Navidad auténtica sería bueno, ponerse en gracia a Dios, confesarse, prepararse para el nacimiento del Niño Jesús, vivirlo en familia y sin más necesidades que éstas”.
A Javier le preguntamos por esa sensación de ver a la gente felicitarse ahora más que nunca. “Creo que todo el año tendría que ser un poco como ahora, como en esta época de Adviento. Con un esfuerzo entre todos, siempre todo puede estar mejor. En algo sabes que fallas, pero bueno, venga, vamos a un poquito mejorarlo y así viviríamos mejor”. Una Navidad tras la preparación del Adviento. “Lo celebramos en casa con una vela cada domingo de Adviento, cada una tiene un símbolo y es una preparación”.
Terminamos con una pregunta a cada miembro de la familia sobre lo que piden a la Navidad. Elvira comienza: “Como gracias a Dios tenemos salud, pues le pediría paz, porque hace falta en este mundo”. ¿Dónde nacería hoy Jesús? “En Antequera podría ser, pero creo que mejor nacería en Gaza, porque ¡madre mía, estamos muy necesitados de paz!”.
El padre, Javi, nos expone: “Que la gente piense en los demás, es decir, que cada uno piense en lo que le gustaría que a él le hicieran. Con eso se ganaría bastante, tratar a la gente como nos gusta que nos traten a uno”.
Ahora las niñas, Carmen la mayor: “Que todo el mundo estuviera con alguien, aunque no fuera la familia cerca, que tuviera con quién pasarla y la pasara feliz y divirtiéndose, que no estuviera solo”. Y Begoña, la pequeña: “Que los niños que estén enfermos que se recuperen”.
Concluimos con un mensaje de esperanza: “Que manteniendo las tradiciones y la enseñanza a los hijos, se puede todo. Al igual que nuestros padres nos lo transmitieron, ahora nos toca a nuestros hijos. Y que en una familia unida donde hay amor… se puede todo. Así que… ¡feliz Navidad!”.
Hasta aquí una tarde con Elvira, Javi, Carmen y Begoña, una familia muy conocida, muy antequerana, atentos desde su farmacia, desde su Colegio de Nuestra Señora de la Victoria. Una familia cristiana que tiene la esperanza en una sociedad mejor donde si cada uno se lo propusiera, viviríamos mejor, porque al final, con escuchar, con portarse bien y no dejar solas a las personas, se puede sentir la magia del Nacimiento del Niño Dios. Que así sea.
