Juan Pablo Montesinos es el referente en la Antequera que vivimos hoy de montar Belenes. Un joven que recoge lo vivido en casa con sus padres y que lo transmite no sólo a sus hijas, sino a toda persona que aprecie, se para y valora lo que transmite en sus Nacimientos. Es presidente del colectivo ‘Noche de Paz’, aunque esta entrevista se centra más en su persona.
Comenzamos preguntándole de dónde surge su pasión por montar un Belén. “Es innato, yo nací con ello. Aunque supongo que influyó al ver a mi padre en casa, montarlo todos los años. Era un momento muy especial. La noche anterior a montarlo, se bajaban las cajas del altillo para tenerlo organizado a la mañana siguiente. Esa noche era casi como la noche de Reyes. A veces me desvelaba a las 3 mañana e iba a ver esas cajas que todavía estaban entreabiertas. Sentir ese olor tan característico que nunca se me olvidará… es algo que me ha encantado siempre”.
Su padre formaba parte, sin querer, de muchos Belenes en Antequera, ya que íbamos con nuestros padres a pedirle serrín para los nuestros. ¿Qué sentido tiene en el año 2025 seguir montando un Belén en casa? “Pienso que, contrariamente a lo que se piensa, a lo que se está poniendo de moda, y es que se cada vez se lleva menos… cada vez hace más falta montar el Belén y acogernos a ese sentido de la verdadera Navidad, que es simplemente el nacimiento de del Niño Jesús, Navidad. La palabra Navidad viene de natividad. Evidentemente estamos hablando del nacimiento del Niño Jesús”.
Dejando la tendencia de esas obras de arte, el Belén sencillo, el de casa, ¿debe montarlo toda la familia? “En un Belén debe involucrarse a toda la familia, pero además no sólo la unidad familiar de la casa en sí, si es posible, un Belén abierto al público, en su inauguración, por ejemplo, o durante toda la Navidad, reunir a toda la familia: padres, abuelos, tíos, a todos los que los que se pueda, y en torno al Belén, una cena, una merienda, una tapa, en lo que es la inauguración de la Navidad, que es una tradición súper bonita”.
Habrá quien se plantee hoy, quiero montar un Belén. ¿Qué necesita? “Lo básico es que tenga alma, que tenga sentimientos. No vas a montar un Belén porque queda bonito en la cómoda o porque tengo que montarlo, voy a montar un Belén porque lo siento, voy a montar un Belén porque es Navidad, porque me acuerdo de un ser querido, porque voy a disfrutarlo en familia con mi hijo y me da exactamente igual el tamaño, me da exactamente igual la calidad de la figura, el sitio donde esté y voy a montar un Belén porque estamos en Navidad y en Navidad, en casa tiene que haber un Belén”.
Lo fundamental
de un Belén
¿Cuáles son las figuras imprescindibles? “Lo mínimo que debe de haber es el misterio”. Que lo forman… “La Virgen María, San José y el Niño evidentemente son las tres figuras esenciales. Con eso tenemos y luego, todo lo que se le añada, mejor”. ¿Es de los que anima a los niños a jugar en el Belén, por ejemplo, moviendo a los Reyes conforme pasen los días, o los de dejarlos inmóviles como un museo? “Es bueno que los niños revoloteen y jueguen.
De hecho en mi casa, siempre he montado dos belenes, o sea, el Belén tipo Museo, que tantísimas personas pasan por allí. Y después, para mis hijas se monta un Belén en el que ellas puedan tocar, hacer y deshacer lo que consideren”.
¿Cómo seguimos sembrando hoy que parece que se tiene todo y los móviles han arrasado con los recuerdos del ayer y con los Nacimientos? “Mira, no es fácil y realmente nosotros en la asociación nos sentamos y decimos qué hacemos, porque nosotros proponemos cursos, actividades, muchísimas cosas para que la gente se vuelva a acercar al Belenismo. Quizá como intentamos hacer en Santa Clara, que se vuelva esa tradición”. Pero hoy, por ejemplo, las cofradías ya no montan Belenes. “Yo recuerdo en mi niñez que se montaban en San Sebastián, los Carmelitas, Capuchinos… No entiendo hoy por qué una cofradía no monta su Belén”. ¿El problema es que hacemos todo para competir? “Exacto, no lo entiendo, pierde todo el sentido, vamos a hacer un Belén porque somos una cofradía o un ente religioso y no para ganar un premio. Incluso en escaparates, en que no estoy hablando de y si nos tenemos que presentar concurso, nos presentamos y si no aparecemos en la guía de Navidad o lo tenemos y ya está”.
Terminamos, por hoy. Dejamos a Pablo que junto a su familia, cuenta las horas para esa noche mágica del 24 de diciembre cuando, con su mujer y sus hijas, irá a la Misa del Gallo en la Victoria y en cualquier momento de estas fiestas, tendrá presente un Belén para adorar al Niño Dios que cada año nos da la oportunidad de empezar de cero.
