Hay momentos y personas que marcan tu vida. Son ejemplo, por su fortaleza y vitalidad. Uno de ellos es Rosi Morón Trillo, quien emociona cada vez que hablas con ella. Una mujer que defiende las capacidades de las personas, que ha afrontado el cáncer de mama en dos ocasiones y que con su hijo Adrián demuestra cada día el amor de una madre a un hijo.
En una semana intensa para ella volvimos a entrevistarla. Una tarde le llamó el Alcalde y pensó “¿qué querrá ahora Manolo? Me dijo que tenía el manos libres, que habían estado reunidos en Servicios Sociales y que me habían propuesto para el Premio a la Solidaridad”. Y en ese momento, Rosi, ¿qué siente? “Que no era merecedora, porque primero no me imaginaba que me llamaba para eso y luego que no me lo merecía porque no había hecho nada para ello, pero agradezco a todas las entidades y al que haya pensado en mí”.
¿Y qué le dijeron en casa? “Pues estábamos Adrián con su profesora y ella se quedó un poco pillada porque decía ¿esto qué es? Y Adrián, muy contento y luego mi niño mayor también cuando lo llamé, junto a mis hermanos, a mi marido y todos se pusieron muy alegres”.
Para Rosi, ¿qué significa la palabra solidaridad? “Es una palabra muy grande, que abarca mucho. Y yo lo que he hecho es porque veía que había necesidades y que había que darles solución. Desde CASIAC (Coordinadora de Asociaciones por la Integración en Antequera y Comarca), es donde he estado trabajando durante 8 años. Vi que los chicos jóvenes son los que había que darles apoyo y había que encontrarle soluciones”.
¿Somos más solidarios ahora que hace 20 años? “Mucho más. Los de mi época, como yo digo, mi padre me decía que una mano no se lava sin la otra, y yo eso lo llevo en mi ser. Mi padre era una persona muy buena”. ¿Y hoy se lava una mano sin la otra? “Sí, se lava, pero ya de otra manera. Por eso la gente joven son más solidarios, es diferente”.
Rosi pertenece a esa generación que abrió puertas, para ella, pero sobre todo para las familias que vinieron después. ¿Merece la pena tanto esfuerzo? “Hace 20 años era impensable todo lo que se ha conseguido. Estaba el Reina Sofía y punto. Lo primero que nos planteamos fue la necesidad que tenían los niños que entraban al colegio, cuando no había colegios de integración. Y claro, esos padres querían que sus hijos estuvieran en un colegio normal. Entonces, yo cuando entré en casa pensaba, si ellos han luchado para que mi hijo esté en un colegio normal, pues ahora yo tengo que luchar por las necesidades que tengan otros”.
Y lo consiguió. “Qué nos falta para ser más solidario, para ser más inclusivo, como se dice hoy? “Antequera es una ciudad inclusiva. Aún nos falta mucho, Antequera es una ciudad cada vez más accesible. Los comercios están más concienciados. Las entidades también. Tengo que agradecerle mucho a los comercios de Antequera, porque cuando los chicos han hecho prácticas, hemos ido a los comercios pequeños, que aunque son los que tienen menos recursos, enseguida han abierto las puertas y han ayudado a nuestros chicos a que hagan prácticas en sus negocios”.
Conociendo a Rosi, ¿cambiaría su premio que le han dado por conseguir qué? “Me gustaría que todos fueran iguales, que tuvieran derecho a trabajar las personas con discapacidad, porque sí hacen práctica, pero luego a la hora de la realidad no tienen un puesto de trabajo”.
Quizá las grandes empresas… “Son las que más trabajo te ponen, porque claro, ellos necesitan su tiempo de adaptación. Y tienen que poner una persona que esté con ellos para explicarles, para enseñarles. Y eso a la empresa le viene muy grande. Los pequeños comercios se ofrecen, son más solidarios”.
Si hubiera que reconocer o proponer algún candidato a este premio que acaba de recibir, ¿a quién propondría? “Creo que a Juanjo de la Plataforma del Voluntariado se lo merece, aunque sé que me va a cortar la cabeza cuando escuche esto, porque yo pensaba que este año lo iba a ganar porque se lo merece. Otro muy bueno sería Enrique del Alzhéimer”.
Lo bueno del 2025
A pesar de lo que ha padecido, ¿con qué se queda de positivo de este año 2025? “Pues después del año tan duro que he tenido, creo que este premio es lo mejor que me va a pasar este año a mí, tras mi Adrián como siempre”. ¿Cómo le gustaría que fuera el 2026? “Tener salud, solo pido salud porque a los problemas ya se le buscarán soluciones, pero ahora mismo salud”.
Aquí queda otro testimonio, otra entrevista a Rosi Morón Trillo, una mujer que lo da todo por sus hijos, por su familia, pero también por quienes pasan por lo que ella ha atravesado, para ayudarles. Quizá ella fue la que abrió la inclusión a muchos colegios de la ciudad y hoy tienen las puertas abiertas en su día a día.
