Resultó espectacular el acto del Pregón de Rosa Miranda, más sus «acompañantes» Esther y Ángel Sanzo, Juan Pavón y
Kiti Mánver, un Pregón que quizá fue lo único que no acusó la crisis… y al que no faltaron los «fuegos» con las tormentas que se juntaron en Antequera y la lluvia intensísima nada más terminar el acto. Lo que había comenzado con un marco precioso, un contenido excepcional y un buen gusto exquisito, lo «aguó» la lluvia, que se cargó el resto del programa previsto. Y trajo como mal fario a la Feria, que estuvo muy floja martes, miércoles y jueves, para mejorar viernes, sábado y domingo, es decir, los días de los Toros, que siguen siendo el motor de la Feria.
Hubo quejas por sus precios: a lo mejor podían abaratarse si la empresa no tuviera que pagar su «canon» al Ayuntamiento, porque los precios son el resultado de lo que vale el ganado de postín, y los toreros «figuras» que todos queremos…
Se notó la crisis en las Casetas de Noche, según nos dijeron al terminar la Feria en varias de ellas. Algunas personas se quejaban de precios altos –comparados quizá con la de la polémica Feria de la Tapa de días anteriores–, pero pasaba igual: si queremos calidad, hay que pagarla… Gustaron las mejores, sobre todo a los comarcanos que se vienen para acá los días 20, 21 y 22, que para ellos siguen siendo los de la Feria de siempre. A lo mejor hubiera valido la pena acortar los días, y empezar, por ejemplo, el jueves. En Málaga la acortaron y no pasó nada.
El caso es que hubo mucha menos gente en el Real de la Feria, que pudo ser por la falta de actuaciones musicales de primera fila, que todos querrían, pero que se topaban con la crisis. Crisis que se notó menos en las casetas de la mañana, más ajustadas de precios, con responsables amigos de todo el mundo que atendieron a la perfección, muy bien repartidas por el casco urbano e invitando a ahorrarse el calorín de la Feria. En cambio hay que destacar el esfuerzo por las actuaciones infantiles, por las pruebas hípicas, es decir lo que sin ser demasiado caro.
En fin, que, como siempre, nunca llueve al gusto de todos. Pero hay que añadir enseguida que los presupuestos de este año hubo de repartirlos en la Feria y los actos que nos esperan en septiembre con motivo de algo que hay que destacar por fuerzas, porque tardará cien años en repetirse: el Seiscientos Aniversario de la Incorporación de Antequera a Castilla, hecho importantísimo en la Historia de España, así que si había poco dinero y encima hay que repartirlo… para darle a la efemérides toda la categoría que la ocasión merece, lo que no se pueden hacer son milagros.
Se notaron las luces, más escasas y ajustadas a la normativa del ahorro energético, y los fuegos que se posponen para el 16 de septiembre, pero lo que quedó claro, es que quien quiso lo pasó bien, y es que, en gran medida, depende de nuestro estado de ánimo… Y perfecto que no hubiera incidentes serios.
