sábado 23 noviembre 2024
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Gracias a todos de vuestro hermano mayor saliente

Gracias a todos de vuestro hermano mayor saliente

Queridos Hermanos: Ha llegado el momento de cerrar un ciclo en la vida de la Cofradía de la Soledad y en la mía propia. En lo que me atañe un ciclo de veintidós años a su servicio como miembro de la junta de gobierno, los últimos ocho años como Hermano Mayor.

Casi un cuarto de siglo, con sus momentos duros y sus alegrías inmensas, que ha pasado como un sueño. Para la Cofradía, ocho años, que es sólo una gota en el ancho mar de su Historia, pero en el que, humildemente, y gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a su Bendita Madre, creemos haber sentado las bases de donde se proyectará la Cofradía de la Soledad del siglo XXI.

Llega, como decía, la hora de la despedida. Pero no es ésta una despedida triste, porque no puede haber tristeza, cuando se tiene la íntima satisfacción de haber cumplido con el deber. Es un adiós pleno de alegría, esperanza y agradecimiento a los miembros de mi junta de gobierno que me han apoyado en este tiempo. Agradeceros vuestro ánimo, vuestro respeto, vuestro amor a la cofradía, y la dedicación en hacerla mejor y más grande. Por eso, gracias también por las críticas, porque éstas, cuando son fundadas, nos hacen aprender y fortalecernos.

Bien es cierto que hemos tenido que tomar decisiones que para algunos les han podido parecer injustas, pero que gracias a Dios y a la vista de los resultados al parecer han sido las correctas. Os puedo asegurar que alguna de las decisiones tomadas han sido a costa incluso de amistades personales, siempre ha prevalecido sobre todo, el interés común de todos los que componen la junta de gobierno, y sobre todo por el fin principal, La Cofradía de la Soledad.

Gracias al incansable teniente hermano mayor don Antonio García Melero, mi padre, por su consejo y lealtad y por llegar allí donde muchas veces no he llegado como hermano mayor. Siempre que ha sido necesario lo ha hecho, me he sentido muy tranquilo, porque la Cofradía ha estado en buenas manos.

No quiero dejar de agradecer su paciencia y su apoyo a mi familia, mi mujer Mónica y mi hija Rocío. Sin ellas, que comparten mi alegría, mis preocupaciones, y, a veces, mis disgustos, nada hubiera sido posible.

También quiero pedir perdón a aquellos hermanos que hayan podido sentirse disgustados por mis decisiones o mi forma de proceder. Tened por seguro que, con mis defectos –el hermano mayor de la Soledad no es perfecto– y mis errores, siempre he hecho lo que entendía era mejor para la Cofradía. He podido equivocarme, y así lo asumo, pero que vuestro juicio sea benévolo, porque sólo perseguí el bien para la Cofradía.

Mis penúltimas palabras serán para recordar a tantos Hermanos de la Soledad que se nos fueron. Interceded cofrades que estáis en el Cielo, por estos hermanos vuestros y por vuestra Cofradía de la Soledad.

Se abre una nueva etapa, llena de ilusionantes retos que han de tener como objetivo primordial el cumplimiento de los fines de nuestra Cofradía: promover el culto a nuestros Sagrados Titulares, procurar la formación de los hermanos, y profundizar en el ejercicio de la Caridad con nuestro prójimo. La Constitución del cristiano son los Santos Evangelios y el cumplimiento de nuestros Estatutos. Todo lo demás, Hermanos, por muy importante y llamativo que sea, debe girar en torno a estos ejes fundamentales.

ANTONIO JESÚS GARCÍA ARJONA, Hermano Mayor saliente de la Cofradía de La Soledad

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