El Grupo Municipal Socialista ha emitido una nota de prensa donde expresa su profundo pesar por la muerte, el pasado sábado, del diestro Antonio Chenel “Antoñete”, una de las figuras históricas del toreo español, e insta al PP a que a través de la Junta de Gobierno Local traslade a su familia de forma oficial las condolencias del Ayuntamiento por su fallecimiento.
Antoñete fue, en un mano a mano junto a Curro Romero, protagonista de la primera corrida goyesca de Antequera (cortó tres orejas) tras muchos años sin este tipo de festejos. Se celebró el 20 de agosto de 1998 con motivo del 250 aniversario de la Real Feria de Agosto y del 150 aniversario de la construcción de la plaza de toros. Fue un festejo que hizo entrar a Antequera en la historia de la tauromaquia por la puerta grande y con repercusión nacional, tal como recogieron las crónicas en su momento.
El Mundo, en información fechada el 21 de agosto de 1998 y firmada por Carlos Crivell, titulaba: “Antoñete y Romero, antológicos, a hombros por la puerta grande”. Y continuaba: “A sus dos toros los esperó Antonio Chenel fuera de la raya del tercio, dándoles todas las ventajas, firme, estático, valiente como el que empieza. La impresión fue muy grande en el segundo que mató, que le había cogido al torear de capa. Ni se miró. Hasta que no remató con media verónica no se sintió satisfecho y realizado. No cabe más pundonor torero. La faena fueron varios retazos del mejor toreo. Una trincherilla, un natural largo y mandón y, sobre todo, uno de pecho quedarán esculpidos sobre el albero de esta hermosa y bella plaza. El toro tenía problemas, pero Antoñete le echó valor. Además, mató a sus dos toros de sendas estocadas, entrando por derecho. La postrera vuelta al ruedo, con las dos orejas en la mano”.
En El País Diego Narváez titulaba: “Olé la casta torera”. Y escribía: “Hubo un derroche de torería de Antonio Chenel, Antoñete, que está ya en la gloria de la tauromaquia. No debería ser irrepetible lo visto en Antequera. Allí podrían haber estado las figuras actuales para tomar nota de la lección de casta y de torería que dictó el maestro Chenel. Todo fue auténtico en él, sus ganas, su decisión, su comportamiento, su vergüenza”.En 1999 Antoñete y Romero volvieron a torear en la goyesca antequerana, esta vez junto a Rafael de Paula.Antoñete nació en Madrid el 24 de junio de 1932. En 1946 se puso el traje de luces por primera vez. Fue novillero entre 1949 y 1952 y un año después tomó la alternativa en Castellón, apadrinado por Julio Aparicio. En 1966 dejó para el recuerdo la mejor de sus faenas: la del toro «Atrevido» en la Plaza de las Ventas. En 2001 el Consejo de Ministros reconoció su trayectoria con la medalla al Mérito de las Bellas Artes.