martes 24 septiembre 2024
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Incongruencias que nadie se explica

No habrá ni que insinuar la situación que vive España en estos momentos, fruto del «buen hacer» de, por citar un caso, algunas entidades financieras que destinaron las ayudas que el Gobierno, confiado, les otorgaba para que dieran préstamos e hipotecas, para reavivar la situación de tantas empresas y particulares, y en cambio lo destinaron a repartir dividendos entre sus altos cargos y accionistas, en lo que cualquiera podría ver una estafa digna de denunciar. El daño que han hecho se refleja en la situación que padecen muchos millones de españoles, que se quedaron sin ese aire que el Gobierno les insuflaba. Esas entidades –algunas están desapareciendo compradas-anexionadas a otros grandes bancos o a grandes Cajas– hacían un daño brutal, por el efecto de que no llegaba el dinero del Gobierno a quien el Gobierno lo destinaba, pero también porque venían a decir que el esfuerzo y sacrificio en cajas y demás entidades que habían actuado correctamente, era casi tanto como hacer el tonto, porque los errores cometidos por las primeras demostraban la inutilidad de los esfuerzos y bien hacer de la segundas.

 

Por otro lado, mientras se habla de la situación crítica que vivimos, asombra lo que se pagó por una entrada para el Madrid-Barcelona, los miles de seguidores que acompañan a los equipos españoles en sus desplazamientos dentro y fuera del país, cómo crecen las ventas de coches de lujo, mientras bajan las de los coches más «normales» y cosas por el estilo. Alguien, sabedor de que hay mucho dinero «negro» o «b» escondido, propone algo que debería hacerse inmediatamente: cambiar el color de los billetes, anular los que hay tras cambiarlo por los nuevos. Sería la forma de que lo que hay escondido –que permite esas actuaciones tan llamativas como sospechosas– aflorara. Ya pasó cuando el cambio de las pesetas al euro y el efecto fue milagroso, porque no se trata de que alguien en casa guarde unos pocos de euros, sino que hablamos de cifras mucho más altas, que incluyen a quienes tienen unas actuaciones no legales precisamente.

Al nuevo Gobierno, próximo a tomar posesión y a ejecutar lo que el pueblo español le pide, le esperan situaciones difíciles, pero en las que hay que actuar como lo hacen los cirujanos cuando, a la vista de una dolencia que no tiene otro remedio, deciden amputar por donde sea, con tal de salvar el resto.

 

Esa actuación determinaría que las personas y empresas honradas, vieran que su esfuerzo y recta conducta no serviría de chanza a quienes se aprovechan de estas situaciones en su propio beneficio. Por eso nos apuntamos a lo de los colores de los billetes, como una medida que obraría milagros y haría menor el sacrificio que el Gobierno inmediato nos anuncia y todos tendremos que padecer. Aquellos barros de los abusos tantos, determina estos lodos impopulares y difíciles, que harán que, una vez más, los «grandes» se rían de los «débiles», como más o menos sucede siempre.

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