No vamos a descubrir nada sobre lo que nos jugamos mañana. Los líderes de los principales grupos, vinieron a darnos sus mensajes, cada uno contando la situación actual, unos pidiendo el voto para sí, otros negándolo al rival.
El PSOE lleva décadas en el poder y en ese tiempo ha hecho muchas cosas positivas, de las que en Antequera tenemos muestras, pero agota este período último dejando una Andalucía aplastada por las deudas y salpicada por una serie de escándalos que, respetando la presunción de inocencia, son obra de unos granujas, pero dejan abierta la interrogante del conocimiento o implicación de «jefazos» –»lo sabían todos los que están por encima» dijo uno de los que hoy están en la cárcel– abriendo una puerta a la duda. Pero además de la ruina, de las cosas sin pagar, hay una larga lista, de la que también en Antequera podemos dar fe, de cosas sin cumplir, seguro que contra los deseos de quienes las promovieron, aunque algunas chirrían como la autovía a Córdoba, los Dólmenes, de los que deben hacerse aprovechado, pensamos, mucha gente, pero el resultado es que sigue siendo indefinido, o la Villa de la Estación, una joya aún sin descubrir, mientras los responsables miran a otro lado, en detrimento de lo nuestro, y muy en contra de los deseos de los políticos antequeranos que los promovieron.
La alternativa es el PP, como ya ocurrió en las Elecciones Generales o en las Municipales, donde sus responsables recalcan la situación actual y su origen, que no puede ser otro que una mala administración o los… digamos robos, que un grupo –en realidad más– hace, llevándose el dinero destinado a otros menesteres, haciendo recaer sobre quien no tendrá la culpa, resultados finales como el aumento incalculable del paro, déficit brutales en las administraciones locales, regionales y nacionales, montones de millones de facturas sin pagar a empresas que se ven forzadas desde a echar personal a la calle a, incluso, tener que cerrar asfixiadas por deudas porque a ellos no les pagan. Hablando con toda sinceridad, todo el mundo coincide en lo positivo de la alternancia al frente de los organismos públicos. Un político, no debe buscar una «profesión» en su cargo, como da la sensación ocurre en algunos casos, sino que debe dejar paso a gente con nuevas ideas, con nuevos bríos y que sepa que tiene un mandato limitado para no caer en la tentación de actuar «mirando al futuro a seguir en el sillón».
En cuanto a otros grupos, sin acusar a nadie, quede claro, habría que pensar en si «se pasarán al bando ganador» para conseguir Consejerías que de otra forma no tendrían. Dicho con otras palabras algo así como si vence «A», vamos a sumar nuestros votos a «B», porque «B» + «C» es mayor que «A», con lo que tendremos unas beneficios (consejerías) imposibles de otra forma, contra quienes prefirieron la opción «A».
En fin; hoy es jornada de reflexión. Ahí dejamos precisamente unas pautas para ello, junto a nuestro deseo de que gane el mejor, el que sea capaz de sacarnos del hoyo en que nos encontramos. Porque lo hay, lo hay.