Basta ojear cualquier periódico estos días para terminar con la moral por los suelos y casi no teniendo más consuelo que ponerse a rezar, a ver si hay alguien que, desde «arriba», nos conceda un respiro. Efectivamente, el Gobierno no para de tomar antipopulares medidas que van muy en contra tanto de sus deseos, pero es que no cabe otra solución pues son parte de las soluciones dictadas por esa Europa que, sin querer caer en algo muy español como decir que no olvidan nuestro pasado glorioso, demuestra que tiene algo contra nosotros. Nos basamos en lo que cobra por prestar dinero a Alemania –por debajo de 0 por ciento– o a España –por encima del 7 por ciento–, cuando al ser todos «europeos», debería tratar a todos por el mismo trasero, pero esto es lo que hay… además de vernos forzados a cumplir esa serie de normas y requisitos que tienen a Rajoy como reflejaba el sábado pasado una fotografía de nuestro presidente publicada en varios medios, entre ellos «Sur», en la que se ve a Rajoy con los dedos índice y pulgar en lo alto de la garganta, en lo que castizo definiría como «tenerlos» en dicha parte.
Y es que el Presidente se ve forzado a tomar esas antipopulares medidas que le valen quejas por todos los frentes, mientras seguro que se teme que cerrar tantas empresas e instituciones inútiles del aparato de las administraciones, terminará aumentando el paro.
Bueno, pues no basta con lo decidido hasta ahora, porque Europa sigue sugiriendo-ordenando eliminar gastos superfluos, como las barbaridades que las mismas Comunidades que piden abiertamente ayuda al Gobierno mantengan gastos inútiles con sus «embajadas», a pesar de que las Embajadas de España en cada país le ofrecen espacios donde situarlas o que se mantengan «delegaciones», subvenciones y ayudas inútiles en estos momentos a entidades afines o simpatizantes, sin olvidar el destino que los bancos dieron a las ayudas, surgidas del bolsillo de todos los españoles, con el fin de facilitar créditos que muevan la inversión y la creación de trabajo mientras las entidades desvían las ayudas a mantener los beneficios para sus accionistas y persiguen sin piedad a quienes no pueden pagar hipotecas u otros préstamos.
Es claro que la situación pasa porque todos nos convenzamos de que además de responsabilidad del Gobierno, es cosa de las Autonomías, de cada español, situando entre éstos a quienes exigen trabajadores «autónomos» para ahorrarse IRPF y Seguridad Social; para los trabajadores en paro que no paran de hacer chapuzas, para quienes defraudan o se llevan su dinero al extranjero ante la pasividad, al menos hasta ahora, del Banco de España, que es quien tiene poder para controlar el dinero que se maneja como hizo cuando el cambio de pesetas a euro.
Se comprende, pues, la foto ésa de Rajoy con los dedos donde les decíamos… mientras se produce una noticia buena: Rubalcaba se pone al lado del Gobierno para exigir/pedir a Europa un trato más justo. Más vale tarde que nunca.