Compañeras, hermanas, hijas, parientes, colegas todas:
Es hora ya de realizar una protesta seria y contundente contra la persecución y los abusos que venimos sufriendo desde tiempos inmemoriales. Nadie nos tolera, acaricia o alimenta como suele suceder con perros, gatos y muchos otros animales domésticos. Muy por el contrario, en cuanto se nos echa la vista encima, y a pesar de que emprendemos raudas la huida para no molestar, nos masacran con spray, lociones, cebos envenenados o cualquier otro método infame y asesino ideado por la retorcida mente del ser humano.
¿Qué mal pueden hacerles nuestras divertidas excursiones a las cocinas en busca de alimentos o los deliciosos paseos por las basuras? ¿Cómo es posible que miren con repugnancia nuestro cuerpo perfecto marrón y dorado, la delicada elegancia de nuestras antenas, la sutil transparencia de nuestras alas o la danza subyugante de nuestras patitas, cuando deberían ser la envidia de todos los insectos y más aún, de todo el reino animal?
Tiempo es ya de que nos rebelemos y hagamos valer nuestros derechos para ocupar la posición que nos corresponde en el mundo. ¡Salgamos todas juntas a la misma hora, irrumpamos por las bocas de las alcantarillas hasta atascarlas por completo, tomemos la ciudad sin compasión!
Pero, ¿qué os pasa? ¿Por qué salís todas huyendo? ¿Es que he dicho algo que no os agrada? ¡Volved y hablaremos! ¡Admito ideas! Eso que se acerca no será un zapato…
¡CHOOOOF!