Venimos asistiendo en los últimos meses a algo que, de verdad, nos inquieta: se abrió la veda en los medios informativos para hablar de todo, sin tapujos, sin respeto. Así, el Rey, la Reina, el Papa, son objeto de noticias que no revelan sino la impotencia del escritor, la falta de temas de interés, que resuelven «metiéndose» con temas que eran considerados tabúes. No hace mucho hablábamos de los papeles publicados por un gran diario de tirada nacional, adjudicados a Bárcenas, conteniendo supuestos «sobres» a gente grande del PP. Nos preguntábamos que cuando esa «gente grande» no se había ido derecha al Juzgado, daba pie a que se pensara que «algo habría». Por fin, tras reunir el material suficiente, el PP ha denunciado al periódico y al autor de la noticia, al considerar que dicen falsedades monstruosas que, aunque más o menos pronto se rectifiquen, estarán sujetas a ese refrán español tan antiguo pero tan vigente: «calumnia, que algo queda». Lo mismo, denunciar en el órgano correspondiente, nos dicen ha hecho nuestro edil Ángel Luis González, que se encontró con un mensaje de ésos que se meten en el móvil, donde alguien había cogido una fotocopia de los mentados papeles de Bárcenas, había borrado una línea y, burdamente, puesto en ella, como perceptor de uno de esos sobres a nuestro Concejal y Diputado en Cortes. Más rápido que los mandos de su Partido, Ángel González, se apresuró a denunciar el hecho, que en manera alguna puede ser considerado «broma», pues no están los tiempos precisamente para ello.
Por el estilo les pasa a nuestros Reyes, o al mismísimo Papa. No tienen bastante Don Juan Carlos y Doña Sofía con el yerno figura del Balonmano les ha salido «rana», sino que se ven asaeteados con comentarios sobre su vida privada, sobre dónde viven, con quién salen, o si se visitan o no por la operación del Rey.
A muchos nos sorprende ese levantamiento de «veda» contra figuras que eran intocables, como dice nuestra Constitución, pero el tema está claro: surge algún tema-denuncia que afecta a éste o aquél grupo, y para disipar la escandalera, para que miremos a otros sitio, desvían la escandalera.
Por supuesto que la misión de un periodista es dar noticias, pero falta priorizarlas, preguntar a la otra parte y, desde luego, respetar esas cosas, estos temas que está claro que lo que pretenden es desestabilizar, socavar nuestras instituciones más respetadas. Y que no nos hablen de «libertad de expresión», cuando en esos medios no tocan ni temas ni escándalos protagonizados por Partidos o Grupos afines, ni por personajes o empresas a los que deben tanta publicidad, ni por figuras políticas con hechos vergonzosos, cuya suma de fechorías, nos tienen como nos tienen.
Las denuncias están puestas y cuando el Juez las compruebe será la hora de atacar, de criticar, de castigar, pero no antes, soltando lo que para las «víctimas» son infundios, insistimos que apoyándose en el «calumnia, que algo queda».