Continuamos esta semana con los distintos aspectos a tener en cuenta a la hora de aplicar frío o calor en determinadas zonas que han sufrido una lesión.
¿Cómo me beneficia el tratamiento con calor?
El tratamiento con calor aumenta el flujo de sangre a la región afectada. Esto es beneficioso una vez pasada la fase inflamatoria de la lesión, ya que un mayor flujo de sangre significa un mayor aporte de nutrientes, hecho que acelera la recuperación y mejora la cicatrización. Esto ayuda a reducir el dolor y el espasmo muscular, así como a reducir la tensión muscular y la rigidez articular.
Si el calor se utilizara durante la fase inflamatoria –los tres primeros días–, podría aumentar la inflamación y la hinchazón, por lo que puede alargar y agravar la recuperación de la lesión.
¿Cuándo debo
utilizar el calor?
El calor puede ser utilizado pasadas las primeras 72 horas desde que se ha producido la lesión, siempre que no haya síntomas inflamatorios, tales como dolor en reposo y malestar al despertar en la mañana, que mejore con el movimiento.
¿Cómo se utiliza
el calor?
Aplicar una compresa o paño caliente entre 10 y 30 minutos. Debe ser un calor agradable en la zona lesionada. Podremos utilizar una almohadilla eléctrica, una compresa caliente, una bolsa de frutos (lentejas, arroz, sal…) calentada en el microondas, parafangos o parafinas, piedras calientes o una lámpara de infrarrojos, entre otros.
Se recomienda que este tratamiento se repita de 2 a 5 veces al día y preferiblemente antes de empezar a realizar ejercicio, una vez pasada la fase inicial de la lesión. También puede utilizarse como fase de preparación para realizar ejercicio de la zona lesionada.
Asegúrese de que su compresa de calor no está lo suficientemente caliente como para causar más daños, como por ejemplo quemaduras en la piel. Es un error pensar que cuanto más caliente esté, más beneficioso será.
En resumen, la clave para saber si uso frío o calor para mejorar una dolencia estará en determinar si la zona dolorosa está inflamada o no. Si nos ocurre en un momento determinado –tras un esfuerzo, golpe, caída…–, las horas después del accidente nos ayudarán a saber en qué fase nos encontramos. Si pese a ello, tiene dudas o su molestia es severa, no dude en consultarnos. En Clínica Mohedo le asesoraremos sobre la opción más adecuada para su problema.