Resulta muy complicado en esta vida, actuar al gusto de todos porque debemos ser como somos, y no lo que los demás esperan; y más conciliar tus valores, tus pensamientos, tus sentimientos, tus obras…
La semana pasada, José Matas Vilchez, publicó una de sus columnas de opinión, que provocó malestar en algún sector de cofrades hermanacos y levantó, incluso, la ira de algunos. Uno intenta abogar por la libertad de expresión y de opinión; este periódico es de todos los antequeranos y lógicamente no existe opinión única, ya que no estaríamos en democracia. Pero cierto es lo que me apuntó un pilar en mi vida, también está el tema de atentar contra el honor.
No voy a entrar en juicios de valor, porque como cristiano, debemos abogar por ser firmes en la fe, y ya será el Señor quien nos juzgue, porque la verdadera justicia, no es la que hacemos los hombres, a veces muy injusta y dura, sino la que nos establece Él. Pero sí voy a dar mi opinión.
Sobre los hermanacos del Corpus Christi, sobre los que conozco de verdad, los que lleva Manuel García de la Vega al frente, los que sé que sienten a Jesús sobre sus hombros todo el año, y no sólo ese día, creo que son más que dignos portadores de su fe. Hay quienes libremente no quieren llevar otra imagen, pero sí llevar esta procesión, porque es el Cuerpo de Cristo. Los hay también que se amparan a su Caridad, y reciben cruces, pero también alegrías. Los hay muchos que son hermanos dentro y fuera del trono; quienes tienen a la fe como máximo fin, quienes creen en el Rey de los Justos, por muy injusta que sea la vida.
La polémica levantada, debería servir para reflexionar sobre nuestro papel como cristianos, como cofrades, porque somos apóstoles, evangelizadores, y no fariseos, ni judíos ni hipócritas.
En una de esas conversaciones privadas con los aptos hermanacos del Señor, un día me dieron un consejo antes de comulgar: “Piensa siempre antes de ponerte en fila: No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. ¡Qué razón tiene en esto y en muchas más cosas!
Me pregunto lo que Dios pensará de todos estos malos ejemplos, de los que lanzan piedras y dan la cara, o los que esconden la mano. De los que mal interpretan, de los que juzgan, de los que no hacen nada… Quizá Pepe Matas generalizó, quizá se mal interpretó por no tener piedad con todos, por querer hablar de algunos y se entendió que iba por todos.
Pues bien, personalmente de lo que estoy seguro, es de que Manuel García de la Vega es un más que digno hermano mayor del Corpus, y de los que de verdad lo sienten, son dignos de llevar las andas a cara descubierta. Si alguien no lo fuera, allá ellos y su conciencia, pero esto no sólo pasa en el Corpus, sino en toda procesión.
Como sugerencia, reflexionemos cómo actuamos, cómo vemos, cómo analizamos y por último, así actuaremos. Dejen en paz a los hombres de bien, a los que creen el Él. Al resto, recen por ellos para que se den cuenta del error que cometemos los cofrades. Amén y que el Señor nos bendiga a todos y pongamos paz en este mundo.