Se cumplieron dos años de la toma de posesión como alcalde de Antequera de Manuel Barón Ríos, con aquel discurso que era una especie de declaración de intenciones de lo que quería que fuera su programa de Gobierno, y en estos días tenemos oportunidad de que se cumpla el celebrado refrán popular “Las cosas son según el cristal del color con que se miren”, pues no faltan críticas a la labor de ese nuevo equipo municipal –que está bien, porque todo lo que se haga debe parecer poco– junto a quejas o reclamaciones que consideramos no son justas, porque quienes las hacen parecen olvidar la principal premisa, insalvable para cualquiera, como era la situación económica con que empezaba el gobierno popular.
Para entenderlo, basta con trasladar el caso municipal al de cualquier particular: usted cuenta con una paga para final de mes, y resulta que no sabe usted que lo que debe es mucho más de lo que pensaba. Al Ayuntamiento le ocurrió igual. Contaban con una partida de ingresos y otra de gastos, agravada por las deudas que se conocían, pero resultó que éstas eran infinitamente superiores a lo que se le dijo al hacerse cargo de las deudas del Ayuntamiento, con lo que la cantidad disponible era mucho, mucho menor, afectando a los planes previstos y éstos cambiaron irremediablemente.
En realidad cabían dos opciones: o “hacerse el loco” y continuar endeudándose, o “frenar los planes”, cumplir los compromisos contraídos, algunos incomprensibles o casi, y sobre todo pagar a los pequeños y medianos empresarios, a los comercios locales con los que el Ayuntamiento tenía deudas de años, insoportables para esos modestos comercios.
Pues bien; todo ello lo va tratando de superar el equipo de Manuel Barón, cuyo primer éxito ha sido saber reunirse de un equipo “no profesional”, es decir de personas que “no necesitan” sus cargos, pues todos o casi todos tienen sus profesiones, personas cultas –lo que repercute en sus formas de actuar–, que ha hecho propia la política de la Alcaldía conteniendo gastos, recortando sus sueldos y beneficios, ajustándose a lo disponible, sin que nada de ellos supusiera los éxitos que se van obteniendo y que cualquiera puede ver. Grandes logros las magníficas relaciones con la Diputación, que se está volcando con la ciudad como hace tiempo que no lo hacía, las gestiones directas cara a cara con los Ministerios, todo ello apoyando las gestiones particulares.
No podemos decir lo mismo con la Junta de Andalucía que, queremos imaginarnos que “sin querer”, no atiende las peticiones del Ayuntamiento para mantener entrevistas personales tanto con el Presidente como con diversos Consejeros. Y decimos “sin querer” porque no tiene explicación que se nieguen pertinazmente esos encuentros una y otra vez, incluso ignorando, sin contestar, las demandas razonables de nuestro Ayuntamiento. Quizás “alguien” podría mediar en acelerar esas entrevistas, como cualquiera podría esperar.
Así las cosas, positiva la gestión municipal en estos dos años. Y más baratas.