La fuente que daba este nombre hacia 1829, en que visitó Antequera Washington Irving, según Antonio Parejo, era la que hoy se encuentra en la Plaza de San Sebastián, trasladada a su vez desde la Plaza de San Francisco en 1946, y aquí, desde la Plaza Alta, para la que la construyó Baltasar de Godros, embelleciendo el centro principal que conformaban las dos Plazas –la Alta y la de los Escribanos—delante de Santa María, donde estuvo doscientos años, hasta que el “centro urbano” se desplazó hacia la Plaza de San Sebastián, con cuyo motivo la preciosa fuente de Godros se instaló en la confluencia de las calles Lucena y Estepa, en una plaza a la que dio nombre la redondez de la fuente.
Dejemos la fuente que da singular carácter y hermosura a la Plaza de San Sebastián, y vayamos a la farola que se colocó en 1984, como antes decimos, y se levantó el pasado lunes día 3, para proceder a su restauración y colocarla en el sitio para la que la encargó el Ayuntamiento, el final del Paseo.
Para el comienzo y el final del Paseo, nos dice Jesús Romero, el Ayuntamiento encargó a los Talleres Durenne de París –el mismo que hizo la bellísima “Negrita”, tantos años en San Luis, a la que todavía se conoce también como “La Negrita”— dos farolas-candelabro gemelas, que unos angelitos sostienen, surgiendo del ánfora unos faroles. Dos soberbias obras de arte, que se colocaron una al principio y otra al final del Paseo.
En 1908, el Ayuntamiento encarga al insigne antequerano Paco Palma una estatua del Capitán Moreno, como parte de un grandioso homenaje que se le rendiría con motivo del Centenario de entrada en el Mundo de los Héroes españoles. Tras confeccionar el monumento, con la basa obra del arquitecto Daniel Rubio –autor de la Caja de Ahorros de Antequera–, cuya primera piedra se colocó el 10 de agosto de 1910, siendo alcalde Antonio Casaus, y sufrir la obra retrasos y acelerones, el 8 de diciembre de 1920, se descubría y bendecía el monumento.
Este monumento al Capitán Moreno y las obras llevadas a cabo al final del Paseo, hicieron que “sobrara” la farola francesa, gemela de la de la entrada del Parque, que se colocó en la Glorieta de Rojas Pérez, a la que prestó singular belleza y empaque. Así estuvo hasta que en los años ochenta del pasado siglo, se remodeló la Glorieta, recuperándose la farola para colocarla, como decimos al principio, en la Plazuela de San Agustín, de donde volverá a su emplazamiento original, al final del Paseo, dentro de las obras que el actual Ayuntamiento llevará a cabo para “recuperarlo” para los antequeranos.
El número 3.167 de El Sol de Antequera de 1 de septiembre de 1984, recoge en su portada la fotografía de esta farola en San Agustín, siendo “una de las mejoras urbanísticas que más se notaron en la Feria, fue la de la antigua Plaza de la Fuente Redonda, la actual plazoletilla de San Agustín. La preciosa farola-fuente, que había situada en la Glorieta de Rojas Pérez ha embellecido el entorno y permite la contemplación de preciosas estampas”.
Por nuestra parte, dejamos para la historia como cronistas del día a día, que el lunes 3 de febrero de 2014, a las 8 de la mañana, se desmontó la farola y se trasladó a los Servicios Operativos para restaurarla, antes de recolocarla en el Paseo Real como estuvo hasta 1910.
Mientras que Rafael Torres Rubio, José Ruiz Rojas, José Ramón Navarro Balta y Diego Aldana Aldana fueron los encargados de su desmontaje, y Manuel Barón es el alcalde y José Ramón Carmona el teniente de alcalde de Urbanismo. Recogido queda como únicos testigos del desmontaje.
