José Antonio, 49 años, tiene siete hijos y acude a la sede de la Plataforma: “Yo he sido pintor durante 23 años y ahora estoy en paro. Con esta ayuda tenemos para una semana, pero tenemos que buscar carne y pescado. Hay gente que nos ayuda, sobre todo las Cáritas, que me complementan lo que me dan aquí. Lo que quiero es trabajar y ayudar a mi familia”.
Desde el 28 de octubre, la ong católica Emaús abrió el comedor social en Antequera, con sede en calle Córdoba. De las 30 personas de los primeros días, el mes de febrero lo cerraron con 135 personas que recogen en el comedor su desayuno, almuerzo y cena para todos los días.
No llegan a diez los usuarios que comen en su interior, “la inmensa mayoría retira los menús y se los lleva a casa, donde los hijos ni se dan cuenta de que sus padres no pueden alimentarles y ponen la comida encima de la mesa”, destaca Rosi Trillo, responsable del comedor.
Mantenerlo abierto cuesta 4.000 euros mensuales, de los que de momento sólo tienen 1.660 euros de cuotas de socios antequeranos. Mientras tanto, la sede central de Emaús aporta lo que falta, pero precisan alcanzar esa cifra para mantener abierto el comedor.
Esperan que el Ayuntamiento les ayude económicamente cada mes, tras costearles la adaptación del local. Ante ello, el doctor José Luque apunta que en breve, se abrirá el plazo para petición de subvenciones de colectivos sociales, donde el Comedor podrá optar a ellas. Ya sea en la Plataforma o en el comedor, las familias necesitadas de Antequera tienen un sitio a donde ir.
No se sabe cuándo terminará la puñetera crisis, pero de lo que sí estamos seguros, que más tiempo tardará en llegar a ellos. Así que, mientras más actividades se fomenten por todos ellos, mejor. Playmóbil y Juan Trujillo, han aportado 50.000 euros. ¿Se imaginan que todos los que puedan busquen fórmulas para atajar la falta de comida en Antequera? Ojalá sucediera.