El objetivo del programa puesto en marcha por la UNESCO, dependiente de la Organización de Naciones Unidas, es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la Humanidad.
Bajo ciertas condiciones, los sitios mencionados pueden obtener financiación para su conservación del Fondo para la conservación del Patrimonio de la Humanidad. Fue fundado por la Convención para la cooperación internacional en la protección de la herencia cultural y natural de la Humanidad, que posteriormente fue adoptada por la conferencia general de la UNESCO, el 16 de noviembre de 1972.
España se adhirió a ese programa en 1982, fecha en la que, por cierto, su director general Amadou Mathar M’Bow, habló ya de declarar a los Dólmenes de Antequera, como uno de esos lugares excepcionales incluidos en su Programa, en su tan recordada visita a Antequera, cuando esa autoridad mundial escogió Antequera para pasar sus vacaciones, en la Casa que sería luego “de la Diputación”, de calle Maderuelos, que había sido propiedad de doña Teresa de la Cámara. El final del período de mandato del señor M´Bow, frenó al proceso abierto en una reunión, presidida por él, junto al alcalde doctor de Rojas Tapia, en la citada casa de la calle Maderuelos, a la que asistió el Ayuntamiento de nuestra ciudad.
En una visita de su sucesor, Mayor Zaragoza, le recordamos el tema, y él preguntó a uno de los miembros de su séquito, que sabía existía dicho expediente, “pero que estaba entre un montón de solicitudes”. Nos resultó tan lamentable como curioso que el señor M’Bow, que era africano, pusiera tanta vehemencia en el tema, “frenado” luego por su sucesor español… Desde entonces se hicieron muchas gestiones, pero seguramente no se harían bien, porque alguien bien documentado, nos informaba de que en la UNESCO, no había nada sobre tal aspiración antequerana, lo que obligó a empezar todo el proceso de nuevo, en un trabajo conjunto de nuestro Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, magistralmente dirigido por Bartolomé Ruiz, que se apoyó en las consideraciones técnicas, dotadas de imparcialidad, de tanto expertos como han venido a tantas jornadas, conferencias y actos relacionados con el tema.
Pretendía no que se solicitara por alguien que al ensalzarlo cayera en el chauvinismo, sino que lo suscribieran las autoridades nacionales e internacionales que lo han ido haciendo, editándose grandes volúmenes y tratados recopilando con tanta profusión como categoría datos e informaciones, fotografías y planos, que dejaban bien claro la singularidad del Conjunto Dolménico Antequerano.
El espaldarazo que ayer recibiría este asunto en Plasencia, con el proyecto “presentado” por los dos organismos citados y defendido por Bartolomé Ruiz, es una oportunidad como para trabajar unidos, porque algo así conviene a todos, siendo el mayor impulso dado a un Turismo de calidad a nuestra Ciudad en toda su Historia. Ahora, a esperar un año, sí, pero a ir haciendo las cosas en este tiempo para que todo esté listo el día glorioso de la proclamación que tanto anhelamos y tan bien se ha buscado.