De nuestra ciudad está transformándose y, como cualquier reforma que se lleva a cabo, tiene sus simpatizantes, detractores y escépticos. Personalmente considero que era necesaria. El abandono y la dejadez iba ocupando un espacio que otrora era una seña de identidad muy importante para nuestra ciudad. Desde muy pequeña y, a pesar de tener otro lugar de residencia, cada domingo exceptuando los más fríos y lluviosos, toda la familia, que no éramos pocos, ocupábamos bien apretaditos un banco frente al kiosco de la música. Mi padre gozaba con cada una de las piezas, mejor o peor ejecutadas, pero su pasión por la música le hacía prestar atención a todas las notas y acudir a cualquier lugar que le fuera posible para regalar –según él– a su oído esos maravillosos sonidos. Mientras a nosotros nos entretenían con los polos de los Valencianos, que aún recuerdo en sus exquisitos sabores de limón, fresa o chocolate.
Probablemente dentro de unos meses, disfrutaremos de un hermoso parque. Y aunque, he visto algún árbol talado de gran diámetro frente a los columpios infantiles, que aparentemente estaba sano; no voy a juzgar, ni a criticar el porqué ha sido sacrificado. Todos los comentarios apuntan a que la gran mayoría estaban enfermos, en condiciones deplorables. Sin ir más lejos, en una edición pasada de la feria de la tapa, hubo un accidente por la falta de fortaleza de un ramaje.
Pero sí que voy a entrar de lleno en pequeños detalles que solemos descuidar porque no consideramos necesarios. La falta de papeleras, o la complicada accesibilidad que tienen en el parque infantil. Siempre que paso, casi a diario, hay basura en el suelo, bolsas de chuches, patatas,cualquier golosina propia de niños. Cierto que hay muchos, la mayoría de los adultos, que la recogen en sus bolsos, sin embargo, cuando los menores no van acompañados, que los hay; los descuidos se hacen evidentes, igual que el mal uso de la atracciones dedicadas a los más pequeños. Todo es posible mejorar, más papeleras y alguna ley algo restrictiva para que los adolescentes no usen de mala manera las diversiones infantiles.