El próximo año 2021 se celebrará el Centenario del nacimiento de María Barrús Martínez, ‘La Niña de Antequera’, un referente del mundo de la Copla y del Flamenco que, pese a no nacer aquí, sentía tanta pasión por esta tierra que se puso de nombre artístico el de esta ciudad, así como venía en Semana Santa a cantarle al Señor del Rescate y de gira con su grupo al Teatro Torcal o la Plaza de Toros.
En nuestra hemeroteca teníamos apuntado el año 1920 y la calle San Miguel como año y lugar de nacimiento, pero tras consultar diferentes fuentes, aportamos un nuevo dato: nació el 1 de marzo de 1921 a las 3 de la madrugada en el número 23 de la calle del Ermitaño de Málaga, según consta en el Registro Civil de Málaga, cuyo certificado disponemos.
Al conocer inicialmente que 1920 era el año de su nacimiento, empezamos a buscar la fecha concreta. Consultamos el movimiento de población de nuesatras páginas, incluso años antes y después, pero no venía su nombre. De ahí consultamos en el Registro Civil de Antequera con la dificultad de no estar esta época informatizada.
Tras unos días, no aparecía su nombre en todo el año 1920, ni en años anteriores ni posteriores. Sólo se puede encontrar un nacimiento en el registro donde se inscribió y en Antequera no estaba. Intentamos buscarla en el libro parroquial de bautizos de San Miguel y tampoco la encontramos.
De ahí preguntamos en Sevilla, en el Cementerio de San Fernando, donde están enterrados sus restos en el panteón de la familia Plantón-Barruz, por si tenían algún detalle del nacimiento. Allí es donde nos dieron la pista crucial para saber dónde nació: aparecía Málaga y 1921 como lugar y año de nacimiento.
Nos pusimos en contacto con el Registro Civil de Málaga, el Obispado y el Ministerio de Justicia para buscarla. En la Diócesis, no aparece su nombre entre los bautizados, puede que desaparecieran por pérdidas de libros años después. En el Registro Civil, que al no estar informatizado, tenían que buscarlo a mano y tardarían tiempo; y en el Ministerio de Justicia que nos mandarían la información físicamente.
Días después del confinamiento, recibimos una llamada para anunciarnos que la habían encontrado, confirmando que nació en Málaga y en 1921, y que la copia de la inscripción partía a nuestra Redacción, junto a otras dos peticiones recibidas, una de Málaga y otra de Madrid, que serían enviadas por correo.
Más tarde, en el Pleno del Ayuntamiento de Antequera del pasado 17 de julio, el alcalde Manuel Barón expuso que en el Archivo Histórico, no se había encontrado la partida de nacimiento, por lo que podía no haber nacido en Antequera.
Una vez recibidos físicamente ambos certificados el pasado viernes 24 de julio, lo pusimos en conocimiento del alcalde Manuel Barón por si los necesitaba para cualquier aclaración o acto a celebrar en la ciudad.
Ampliar, por tanto, que se inscribió como hija de Gloria Barrúz Martínez, de 32 años, natural de Cambil (Jaén), “soltera domiciliada en el del nacimiento”, es decir, en la calle citada de Málaga. Como dato nuevo, “La Niña de Antequera” toma los dos apellidos de su madre y no se recogen los datos del padre.
En una nota de años posteriores se expone que “Rafael” es el nombre del padre, sin especificar sus apellidos. María Barrús se casaría y tuvo un hijo, Antonio Plantón Barrús, que estuvo presente en la dedicatoria de una calle en Antequera en 1983.
Su vida en Antequera y su salto a la fama
De Málaga se tuvo que trasladar a Antequera con pocos años. “Vivían en una casa muy humilde en el Camino de la Ribera, cerca de la Granja de la Cruz, camino de la Venta del Conejo, pero cuando se fueron se vino abajo y no queda nada de ella. Le gustaba mucho pasear por el Barrio de San Juan, como ella expone en algunas de sus letras”, nos comparten parientes suyos, hijos de primos que tuvo.
De aquí partió a Jaén y Sevilla. El amante del Flamenco, Francisco Reina Ruano, comparte la admiración y estudio de Andrés Raya sobre ella “que sonaba mucho en los aparatos de radio de mi niñez”. A los 12 años empezó a cantar en público y el espectáculo “Sol Andaluz” le abriría una gran carrera, triunfando en teatros y escenario de toda España.
Compartió cartel con Manuel Vallejo, Pepe Marchena, El Niño de la Huerta, La Niña de la Puebla, Luquitas de Marchena, Canalejas de Puerto Real, Manuel Centeno, El Sevillano, Rafael Farina, Porrina de Badajoz, Antonio Molina, Juanito Valderrama… sigue el aficionado.
Llegó incluso a coincidir incluso con un joven y desconocido aún Camarón de la Isla con su espectáculo en la misma Antequera. Según el flamencólogo local José Hidalgo Vegas, recuerda verla definiéndola como “una cantante de la canción española que destacó por la copla, cantes por milongas, fandangos muy personales sobre todo” y su relevancia se basa en que “actuó por todas partes con artistas que compartió cartel, hacía los cantes muy bien hechos: dominaba muy bien el compás, la puesta en escena…”.
Le llamaba la atención que fuera vestida de amazona, “con su chaquetilla, sus botos, su sombrero cordobés… que le hizo destacar con el resto de mujeres artistas”. Luego, en Semana Santa, profesaba devoción al Señor del Rescate, llamada por la familia de los Cruces, viniendo siempre que el trabajo le permitía y cantándole en Muebles Cruces de calle Infante y en la Cruz Blanca.
Entre los años que vino, de los primeros en 1958 y de los últimos, 1968. El 28 de agosto de 1972 falleció al salir de su casa en Sevilla en la calle Feria, tras un accidente de tráfico entre esa calle y la de Resolano.
Quince días antes, había actuando en su Antequera, donde habló con Carlos Cruces a quien le dijo que le volvería a ver la próxima Semana Santa. Fue despedida en la Basílica de la Macarena y enterrada con el nombre de “La Niña de Antequera” en un panteón. Seguiremos ampliando su vida y arte con reportajes en las próximas ediciones.