jueves 25 abril 2024
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Bartolomé Ruiz: el hombre que orientó los Dólmenes para que fueran Patrimonio Mundial

El 1 de noviembre de 2022 dejaba de ser funcionario autonómico Bartolomé Ruiz González (Casabermeja, 26 de mayo 1954). Uno de los personajes que la Historia le dará su sitio, al ser quien desde 2004 buscó aunar los vestigios de nuestros ancestros para que encajaran en la UNESCO para ser Patrimonio Mundial.

Para ello tuvo que contar con el suficiente respaldo político para corregir los olvidos de distintos consejeros que dejaron parado un proyecto que comenzó con 3 millones de euros para la Expo de Sevilla en 1992 y que ha terminado con los 4,5 millones de euros finales. Aunque aún le faltan al menos 2,5 millones de euros para la Colección Permanente.

¿Y quién es Bartolomé Ruiz González? Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Málaga en 1977, desde cuando ha desarrollado su actividad como gestor cultural, patrimonialista, investigador y docente. Es arqueólogo funcionario del Cuerpo Superior Facultativo de Conservadores del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, habiendo ocupado diversos puestos de responsabilidad en la administración de la Diputación de Málaga y de la Junta de Andalucía con funciones de técnico facultativo, dirección y alta dirección en temas relacionados con la gestión cultural y las acciones de tutela del Patrimonio Histórico.

Entre 1979 y 1983 ocupó el puesto de arqueólogo provincial de la Diputación de Málaga.  Pasó a ser director general de la Junta de Andalucía entre 1983 y 1988, donde participa en la puesta en marcha de la nueva administración del patrimonio histórico de Andalucía y organiza en 1986 la célebre visita del director general de la UNESCO Amadou-Mahtar M’Bow quien en Menga “nos animó a elaborar la candidatura para presentarla al Comité de Patrimonio Mundial” que se consiguió 30 años después. 

Actuó en Antequera con restauraciones en los templos de San Francisco, Santo Domingo, en retablos o en las imágenes del Cristo Verde, el Nazareno de la Sangre, el Dulce Nombre de Jesús o la Virgen de la Paz. También en la compra del Tholos del Romeral por 27.000 euros, la ciudad romana de Singilia Barba por 300.000 euros, o la adquisición de una Inmaculada de Mohedano para el Museo Municipal de Antequera.

Desde 1989 a 2004 llevó la dirección del proceso de rehabilitación del Monumento de la Cartuja de Santa María de las Cuevas para la Exposición Universal de Sevilla, dando sede al Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y la Universidad Internacional de Andalucía. Con el consejero de Cultura, José María Martín Delgado, fue viceconsejero entre 1994 y 1996.

En 2004 accedió al cargo de director del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, puesto que ocupó en su primera etapa hasta el 2010. Elaboró el Plan Director, así como el proyecto de recuperación y revalorización. Eran tiempos en los que el museo y la candidatura a la UNESCO estaban en el aire.

Entre 2010 y 2012 fue secretario general de Políticas Culturales de la Consejería de Cultura, presidida por Paulino Plata. Y en 2012 regresa a los Dólmenes hasta su jubilación.

Es Académico titular de la “European Academy of Sciences, Arts and Letters” (AESAL) y de la sección de Ciencias de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera (2009) de la que fue su director desde 2013 a 2021.

Su arraigo en Antequera le llevó a la Ciudad a encargarle el Pregón de la Real Feria de Agosto en 1993 y de la Semana Santa en 2008. En 2014, fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad. “Siempre me he sentido antequerano, de las tierras de Antequera, a las que pertenece Casabermeja”.

 

 

Jubilado desde el 1 de noviembre

Una figura que forma parte del día a día de los Dólmenes, donde se le seguirá viendo por allí, pero ya como un ciudadano más. “Desde el 1 de noviembre, estoy jubilado y dedicado a otras funciones”.

Su primera visita al Conjunto fue como estudiante universitario. “Yo tuve claro desde ese momento, que el patrimonio más importante de Málaga estaba en los Dólmenes de Antequera. Que era un diamante que no estaba valorizado. Había que intervenir en él para que la comunidad científica, social e internacional, lo reconociera como tal”.

En 1885, se abre el camino para la puesta en valor del conjunto con la visita del monarca Alfonso XII tras la gestión del político antequerano Francisco Romero Robledo. “Alfonso XII fue determinante. Yo marcaría un antes y un después. Hasta su llegada, Menga estaba en una finca de olivar, con un uso inadecuado. Tras el terremoto de Periana, visitaron la zona para ver los sitios afectados y Alfonso XII terminó en la vega antequerana”.

A raíz de esta visita, el Estado compró Menga por 25.000 pesetas y al año siguiente se le da la categoría de Monumento Nacional.Desde entonces, pasó un siglo sin mayor intervención, dejada como una cueva, sin protección alguna.

“En 2004, cuando me nombra Jesús Romero como director del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes, vengo el día antes por la tarde. Le doy una vuelta al sitio y cuando aparco al lado del concesionario de coches, vi un roto en las vallas metálicas y me abordó un señor mayor, con bastón, y me dijo si quería ver los dólmenes, que era sólo 5 euros. A lo que le dije que no. Al día siguiente, tuve el primer contacto con el vigilante que gestionaba el sitio y mira lo que ha cambiado desde entonces”.

Antes del 2004, la fotografía de 1986 del entonces director general de la UNESCO, Amadou-Mahtar M’Bow, Hijo Adoptivo de Antequera. “Organizamos una acogida con el director general que venía del Comité de Patrimonio Mundial que acababa de incorporar al Crómlech de Stonehenge”.

“Él mantuvo una muy buena relación con los alcaldes Paco Ruiz, José María González y Pedro de Rojas. Esta visita del 86 fue con este último. Visitamos los tres monumentos y nos dijo: Es el momento de incorporar el Sitio por la orientación celeste solar del Dolmen de Viera”.

Se tuvo que esperar 30 años para ponerlo en práctica. “En 2004, mantuvimos una reunión en la Junta de Andalucía con la UNESCO, con la doctora Nuria Sanz, quien nos dijo algo similar que M’Bow: Es el momento de presentar la candidatura, no ya por la orientación solar de Viera, ya que Newgrange en Irlanda lo incorporó en 1996, sino por la investigación de Michael Hoskin que era “la llave” para nuestro ingreso. Acababa de recorrer Europa y África, constatando la orientación de más de 4.000 monumentos megalíticos, afirmando que el 99,9 por ciento tenían una orientación celeste-solar. Observó que un grupo pequeño tenía una orientación excepcional hacia objetivos terrestres, como era el caso de Antequera, donde solo uno cumplía el canon de orientar los megalitos a la salida del Sol, bien en los equinoccios o en los solsticios. Menga lo hace hacia la Peña y el Romeral hacia El Torcal”.

Fue el momento de fijar el VUE, el valor universal excepcional. “Román Fernández-Baca y Nuria Sanz nos dijeron que era complicado incorporar la candidatura a través de la figura de Paisaje Cultural por la presencia en la vega del Polígono Industrial de 1973 y el Parque Empresarial y el suelo industrial programado en el PGOU del 2010. Nuria se ofreció a organizar desde UNESCO, con el Gobierno de España y la Junta de Andalucía, un seminario internacional con todos los gestores de sitios megalíticos del mundo para que analizaran los documentos  y trabajos que nosotros habíamos elaborado para el expediente y que nos dieran su opinión. Fue cuando abandonamos la vía del Paisaje Cultural y nos centramos en documentar un bien cultural en serie con los dólmenes de Menga y Viera y la tumba de El Romeral y sus vinculaciones con la Peña de los Enamorados, el Sol y la Sierra de El Torcal respectivamente”.

 
 
 

 

“Ni una peseta más” para el proyecto de 1992

Un proyecto de museo que era la aportación de Antequera para la Expo’92 de Sevilla. Pero en 1994 se paralizaron las obras. “El consejero de Cultura, Juan Manuel Suárez Japón, preguntó al entonces director general José Guirao: ¿Y aquí qué vamos a contar? Y él le dijo que no tenía un documento de contenidos y no sabía qué se podía exponer. Fue cuando Suárez Japón, que había invertido 500 millones de pesetas en el edificio de tres plantas, le dijo: “Para este proyecto ni una peseta más hasta que no se elabore un documento museológico”.

Empezó el ostracismo de un edificio que se abandonó a su suerte. Pasaron diez años hasta que se volvió a invertir en los Dólmenes. “El director general de Bienes Culturales que posibilita que se ocupe por primera vez el puesto de director de los Dólmenes, que había estado vacante desde 1994, es Jesús Romero; y la consejera que lo nombra es Rosa Torres. Son quienes, a través de un proyecto de Antonio Villalón, intervienen en el túmulo de Viera que se había colapsado, con las cubiertas que se habían fragmentado”.

“Uno de los objetivos principales ha sido la elaboración del proyecto museológico. Está redactado y coordinado por la doctora Aurora Villalobos, que hoy es la directora general de Museos y Conjuntos Culturales”.

Entra en escena el nuevo consejero que, siendo alcalde, Paulino Plata, fue quien inició el proyecto del museo dolménico. “Fue muy importante que Paulino Plata se incorporase al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía y contara con Margarita Sánchez Romero, catedrática de Prehistoria, y conmigo, como secretario general de Políticas Culturales. Fueron años clave para que desde las diferentes instancias de la Consejería, se hicieran gestiones al máximo nivel de España y de la UNESCO y vuelve a aparecer Nuria Sanz, que apoyó que el Sitio se incorporara a la lista indicativa”.

Lo del Sitio de los Dólmenes de Antequera surge. “En un análisis en el equipo, barajamos la figura del Sitio para definir un territorio más amplio que el del Conjunto Arqueológico que contuviera a los monumentos megalíticos, la Peña de los Enamorados, el perfil del horizonte por donde sale el sol y la Sierra de El Torcal. Así como definimos un territorio mayor que lo enunciamos como Tierras de Antequera, todo el norte de la provincia de Málaga, 21 municipios, que contextualiza al Sitio”.

Con las tareas pendientes se tenía que conseguir ser la propuesta española. “Para nuestra incorporación a la lista indicativa, fue importante la reunión del Consejo Histórico de Patrimonio Español, del que forman parte las 17 autonomías y las dos ciudades autónomas”. Fue en Plasencia y “la única candidatura que estaba sobre la mesa era la del Sitio”.

 

 

Margaret Gowen, la mujer que marcó el camino 

La mujer ha tenido una presencia muy relevante en el camino del Sitio de los Dólmenes. Hablaba de Nuria Sanz de la UNESCO, pero qué decir de la evaluadora Margaret Gowen. “Así es. Nos remontamos a Louisa Tenison, otra irlandesa, la primera mujer que por intuición vincula a Menga con la Peña en 1851. Cuando tenemos el expediente elaborado, la UNESCO envía a la doctora Margaret Gowen, de ICOMOS, como evaluadora”.

¿Cómo surge y por qué esa fecha? “Cuando el Ministerio de Cultura nos dice que van a evaluarla nuestra candidatura, le proponemos que fuera del 21 al 23 de septiembre para que se pudiera contemplar la entrada del sol, el primer día, en Viera, a las 8 de la mañana. Estábamos cincuenta personas, todo el equipo, acompañando a la evaluadora, que fue la única persona que entró en la cámara y en el corredor, estábamos pendientes de Juan Antonio Belmonte, Astrofísico de Canarias, quien le iba explicando lo que iba ocurriendo hasta que el sol llegó al umbral de la cámara funeraria de Viera”.

¿Algo que pueda decirnos de esta visita que hasta ahora no se ha desvelado? “Cuando se desplazaba a Málaga, me dijo: Bartolomé, he constatado el valor universal excepcional del Sitio de los Dólmenes de Antequera, no te digo más; tengo que elaborar el informe. Nos dejó esa confidencia: ¡hay VUE en Antequera!”. Algo que no fue oficial hasta la evaluación en París. “El siguiente paso era un panel de expertos en París, donde ella no participaba, Margaret, es la que puso su informe sobre la mesa de expertos. Comparecimos una alta funcionaria del Gobierno de España, el alcalde de la ciudad y el concejal de Patrimonio Mundial, Juan Rosas, y yo mismo representando a la Junta de Andalucía como director del Conjunto”.

Se habla mucho del estudio de Michael Hoskins, ¿hubo alguna petición expresa de Gowen en su visita a Antequera? “Sí. El alcalde Manuel Barón, en las sesiones de trabajo con Margaret, se había comprometido con el planeamiento urbanístico. Margaret tenía un informe que ponía de relieve que había 110 hectáreas calificadas como suelo industrial en el planeamiento de 2010, que no se había ejecutado por la crisis. En una de las reuniones-cenas, Margaret me pidió que fuera el alcalde, el concejal de urbanismo José Ramón Carmona, Juan Rosas y un técnico de Urbanismo. Ella planteó el problema de esas 110 hectárea. Y el alcalde Manolo Barón se comprometió a desclasificar ese suelo para que siguiera siendo como Margaret lo vio, suelo agrícola”.

¿Fue París el lugar decisivo para ser Patrimonio Mundial? “Al poco tiempo del panel de París, recibimos información que nos aseguraba que nos incorporábamos al orden del día del Comité de Patrimonio Mundial de UNESCO a celebrar en Estambul. Era confidencial y se lo trasladé al alcalde. Ya sabíamos que ese comité iba a ser favorable para nuestra candidatura como luego se confirmó”.

 

El éxito de la campaña ‘Piedra sobre Piedra’

Entre tanta reunión e informes. hubo un gesto que triunfó en todo el mundo, el de la campaña municipal del Piedra sobre Piedra. “La campaña promovida por el Ayuntamiento, impulsada por Juan Rosas, sorprendió a todo el mundo, a mí el primero. Pasa de la palabra “dolmen” en lenguaje de signos a construir el logo de la ‘A’ de apoyo de Antequera. No he visto otra campaña que pudiera conectar con la población no local, sino internacional. Funcionaba en Tailandia, China, Italia, Madrid, o en Menga como vimos al Presidente del Gobierno de España o la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía”.

Y luego llegó Estambul. “Se votó por unanimidad, elogio tras elogio a nuestra candidatura, poniéndola más de uno como ejemplo. El alcalde y yo lo sabíamos, a través de esa confidencia. Podría haber surgido alguna opinión contraria, pero fue por unanimidad de los 22 representantes que constituyen el Comité de Patrimonio Mundial”.

Lo del Golpe de Estado… “Estábamos en un restaurante próximo a nuestro hotel y vimos que se desalojó rápidamente y nosotros nos manteníamos en la mesa, tomando unos gin-tonic. Desde España nos alertaron de que algo estaba pasando. Acabamos y nos fuimos al hotel donde pusimos los canales de televisión y nos enteramos que se había producido un Golpe de Estado”.

¿En quién pensó en ese día inolvidable? “Un recuerdo emocionado para Louisa Tenison, para Manuel Gómez-Moreno, quien en 1905 captó la cosmovisión del Sitio desde lo micro, que es lo que Michael Hoskin descubre desde el análisis macro en Europa y África”.

Seguramente, un sí condicionado. Había que terminar el edificio del museo. “Margaret dijo que el museo era imprescindible, que le sobraba una planta, conoció el programa museológico, nos dijo que se podría restringir al Neolítico, Calcolítico y Edad del bronce”. Meses después, se inauguró el edificio del Museo de los Dólmenes, al que le falta la gran sala de la colección Permanente.

“Fue un momento memorable, incompleto porque de la colección permanente faltan dos unidades. La de Cosmovisión es una sala que tiene mucho impacto, pero faltan tres más”.

Que son. “La segunda, sería el salón de actos, con un vídeo de 13 minutos que contextualizará el Sitio en el mapamundi con los otros cinco sitios neolíticos megalíticos: Malta, Stonehenge en Inglaterra, Irlanda, Las Orcadas en Escocia, España con el único espacio en el continente europeo y Turquía que es el último en incorporarse”.

La tercera, “en el espacio mayor, la planta que da a la Peña, la vega y Menga. Una sección como la Prehistoria de las Tierras de Antequera. Se recurre al territorio de los constructores de los Dólmenes, la comarca de Antequera, con sus 21 municipios. Hay un montón de lugares con magníficas colecciones que están en el Museo de Málaga, almacenadas, con los que vamos a musealizar, contextualizar el Sitio en un territorio más amplio”.

Y la cuarta, “las biografías de los monumentos megalíticos de Antequera: Todo lo que sabemos sobre El Romeral y el Torcal, Viera y el sol y Menga y la Peña. Además contaremos con dos líneas de tiempo, una de la humanidad y la segunda sobre el proceso de institucionalización del Sitio, desde 1530 en que el Obispo de Málaga escribe la palabra Menga en un documento hasta la inauguración del Museo en la fecha que sea”. Y un deseo final, “que el Museo al completo lo inauguren los Reyes de España”.

 

El consejo para quien dirija el Museo

¿Y qué falta para terminar el Museo? “Los 2,5 millones que se necesitaban para la Colección Permanente. Estamos a la espera de los sucesivos presupuestos. En el 22 no se ha podido desarrollar porque era un presupuesto prorrogado del 21”.

¿Nada se hará en 2023? “Se equiparán todos los almacenes para contener las colecciones arqueológicas, así como la biblioteca y el archivo del museo del Sitio. También contempla la adquisición de la primera pantalla gigante de led de los museos de Andalucía, que irá en el salón de actos del museo”.

¿Y el resto? “Para 2024, se contemplarán los 2,5 que van a permitir la museografía, la operación más compleja y delicada del museo”. ¿Qué garantía hay que se cumpla? “Espero que la Consejería, con Aurora Villalobos, que ha participado en la documentación, licite la ejecución de esa museografía entre 2024 y 2025 y se inaugure en esta legislatura”.

Terminando nuestra entrevista, ¿con qué frase se quedaría de su relación con los Dólmenes? “La de Le Corbusier que le dedicó a Menga que decía: ‘A mis ancestros’. ¿Y una propia de Bartolomé? “La nueva mirada de las antequeranas y de los antequeranos a sus cuevas, a Menga, Viera y el Romeral y a los objetivos a los que se dedican orientan: la Peña, el sol y el Torcal”.

¿Un momento único en el camino a Patrimonio Mundial? “La entrada del sol en Viera el 21 de septiembre con Margaret Gowen”. ¿Alguno desapercibido? “Sí, las gestiones del entonces alcalde Ricardo Millán cuando llevamos a cabo el proyecto de musealización del campo de los túmulos de Viera y Menga, por su discreta y efectiva intervención para que todo saliera como pedía la comunidad científica. Logró el respaldo político y social”.

Un momento satisfactorio que no llegó a la opinión pública. “El día que conseguimos en subasta pública, en Madrid, el cuadro de Carlos Haes de la Peña de los Enamorados por 3.500 euros, que está en el Museo expuesto”.El peor momento. “Cuando tras la declaración, el centro de recepción de visitantes se colapsó. Tuvimos que cerrar el Conjunto para que pudieran salir los que estaban en el interior para que pudieran entrar quienes aguardaban”.

Algo que debe de estar en el Museo. “El título de la Medalla de Oro de la Jarra de Azucenas y la propia Medalla que se fue para Sevilla y que debería de incorporarse para su exposición en la escultura Memorabilia para compartirla con todos los que nos visiten. Es como el título de Patrimonio Mundial que tuvimos que reclamarlo a la Consejería y que lo entregó tras reiteradas peticiones porque es del Sitio y no para quedarse en unos almacenes en Sevilla. Lo mismo espero y deseo que pase con este último reconocimiento porque el Conjunto Arqueológico está en Antequera”.

Louisa Tenison, Michael Hoskin… ¿Alguna persona que aportó su labor para conseguir este sueño que quiera destacar? “Sí, alguien que tuvo una actuación importantísima, fundamental, que fue Rosa Enríquez Arcas. Rosa, antequerana, estaba en Sevilla y cuando se enteró que yo me venía, me dijo que se quería venir conmigo a los Dólmenes. Estuvo investigando en archivos, bibliotecas, museos, de Antequera, Málaga, Andalucía y España para recabar toda la documentación y bibliografía existente sobre los Dólmenes de Antequera”. 

Desde que se es Patrimonio Mundial, hay una pugna de intereses entre administraciones y personas. “Ahora la gente muestra unas muy amplias pecheras para recibir medallas. Habría que advertir tanto a los políticos como a los investigadores, a todo aquel que aspire a medallas, decirles que no se pongan la medalla del “Bing Bang”, que ya sabemos, por el Génesis, que el mundo lo creó Dios en siete días. Así que modestia. Los Dólmenes en mil años, lo construyeron cincuenta generaciones de antequeranos y antequeranas. Menos faroles, menos medallas, la clave porque el Valor Universal Excepcional del Sitio les pertenece, a aquellas comunidades agricultoras, pastoras y artesanas del neolítico y del calcolítico, que miraron, observaron, vieron, imaginaron, inventaron y crearon Menga, Viera y El Romeral”.

¿Qué le dice a quien le releve en el cargo? “Se lo dejo escrito en la Sala de Juntas Hugo Obermaier: Las personas son fundamentales, imprescindibles, pero las instituciones son la clave para dar una continuidad a un proyecto. Hay que cuidarlas”.

¿Y a las generaciones que están por venir? “Que culminen la operación, que formulen y visiten el proyecto de colección permanente y que conecten con la Cosmovisión de la ciudad de Antequera, que es un centro del mundo en la Lista de Patrimonio de la Humanidad.”.

Hasta aquí la entrevista a Bartolomé Ruiz, quien agradece el respaldo de la sociedad, los visitantes, la UNESCO, así como la última consejera de Cultura, Patricia del Pozo, quien ha desbloqueado un proyecto de 36 años de espera.

 
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