martes 17 septiembre 2024
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Camalich y Martín Socas dejan lista la Cueva del Toro de Antequera para su apertura

La Cueva del Toro de Antequera podrá ser visitada una vez que la Junta de Andalucía habilite su acceso y entrada en el Torcal de Antequera. Antes, se ha encargado a los catedráticos de Prehistoria de la Universidad de la Laguna, María Dolores Camalich Masseiu y Dimas Martín Socas, que la acondicionen tras los primeros estudios que ellos mismos realizaron en su descubrimiento y después de años afectada por el paso del tiempo y por la entrada libre de personas.

El 21 de septiembre de 1980 la portada de El Sol de Antequera titulaba: “Importantísimo yacimiento arqueológico en el Torcal de Antequera”. Se trata del primer asentamiento Neolítico en las Tierras de Antequera, una comunidad que se dedicaba a la ganadería y agricultura y vivió dentro de ella hasta que se desplazaron a la fértil vega antequerana donde posteriormente construyeron los Dólmenes.

Este verano han vuelto a estar los destacados catedráticos de La Laguna, quienes fueron los que empezaron las excavaciones de su descubrimiento y puesta en valor. Hay que trasladarse al año 1976 cuando trabajaban sobre el Neolítico en Málaga y visitaron la provincia. Ahí surgió el yacimiento de la Cueva del Toro que fue motivo de estudios entre los años 1977 y 1988.

Hoy estaba afectada por las visitas clandestinas y la idea era dejarla preparada para el acceso de uso público con visitas guiadas que garantizará su puesta en valor y conservación. Su nombre procede de la tradición oral, ya que no hay elemento científico que lo certifique. Hay quienes mantienen que es porque hubo un toro que entró dentro de ella y otros que es por una rocas que tienen su silueta.

Por los estudios, se fecha la parte más antigua poblada hasta hace 7.300 años y la más avanzada, hace 5.800 años. Pertenece al Neolítico y posteriormente fue ocupada en la Edad del Cobre. Tuvo después uso por otras civilizaciones ahí y en otras cuevas como sitio propio de movimientos de paso romanos, medieval y de la época de bandoleros.
Se trata del primer asentamiento poblado estudiado, aunque hay por descubrir otro sobre el Paleolítico y los que pueden estar por estudiar.

Lo que hay en su interior
Dentro se conservan los restos de una comunidad de hace 7.300 años donde hay materiales tanto cerámicos como líticos, así como restos de su economía agrícola y ganadera. Y del Neolítico reciente, de hace 6.300 años, donde se muestra una sociedad mucho más avanzada, más activa, con potencia artesanal que muestra que está generando el sistema de organización previo a los megalitos.

Obviamente se tratan de restos del hombre moderno. Estas comunidades son pequeñas, familias de unos 50 personas que utilizaban la cueva como lugar de residencia. En su interior, la Cueva del Toro aguarda restos humanos de enterramientos con el fenómeno del uso del cráneo como recipiente.

Hay que recordar que esta población que estuvo asentada en la Cueva del Toro se desplaza a lo largo de la Cuenca del Guadalhorce. Además, hay evidencias de restos de conchas marinas y escamas de pescado. Entre los restos, de la época más antigua, hay ovejas, cabras y cerdos, a los que se les suma de la posterior, las vacas.

Su extensión puede ser de unos 150 metros cuadrados y es una cueva natural dentro de una cavidad, sin pinturas rupestres ni formas naturales de sedimentación. Se trata de otra maravilla por conocer.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
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