A pesar del descenso de su población en los últimos años, aún gozan hoy los cernícalos primillas de una aceptable situación en nuestra ciudad, según un informe elaborado por el guía de naturaleza Francisco Javier Rodríguez, tras una observación conjunta con Julián Carralero.
Los números se mantienen sobre las cuatro parejas reproductoras en cada una de las colonias mayores ubicadas en las iglesias de San Pedro y San Sebastián˗˗, y una pareja por cada una de las colonias menores de Los Remedios y Belén. “Cada una de estas fértiles parejas aportará, un año más, un puñado de prometedores polluelos, que con esfuerzo llevarán finalmente a buen puerto”, indica para añadir que “la colonia supera hoy la veintena larga de ejemplares”.
Aunque en las últimas décadas menguó su población en más de un cincuenta por ciento, la población se mantiene en los últimos ejercicios, “luciendo en los cielos su inconfundible silueta, patrimonio natural de esta tierra”.
Las diferentes parejas reproductoras
Hasta cuatro machos adultos de bonita caperuza azulada aparecen sobre la colonia de San Sebastián, que se erige como uno de los cuatro cuarteles donde a día de hoy sobreviven las concentraciones de primillas en el casco urbano de la ciudad.
No resulta sencillo para estos halconcillos su supervivencia en Antequera. Entre las causas señaladas por Rodríguez se encuentra que a la hora de restaurar los edificios patrimoniales donde habitualmente han anidado, no se ha tenido en cuenta la conservación de los mechinales, “aquellos agujeros ˗˗ideales emplazamientos para sus nidos˗˗ que a lo largo de la historia fuesen practicados en sus fachadas para la sujeción de andamiajes”. Así mismo, la restauración de las tejas, hoy perfectamente alineadas, “haría también desaparecer de un plumazo otro de los desvencijados emplazamientos que los primillas utilizazan desde antaño”. En este sentido, sugiere buscar en un futuro “soluciones técnicas que a ambos beneficien”.
Con un menor grado de intervención, aislado además de las transitadas calles de su entorno, la iglesia de San Pedro se convierte en el lugar predilecto para los cernícalos, ya que “conserva agujeros, mechinales y escondites perfectos para estas pequeñas aves de presa”.
Dos parejas aisladas, en los Remedios y Belén, completan esta colonia antequerana de cernícalos primilla.
