Colapsados y entristecidos por noticias trágicas que nos trae la pandemia, también hay positivas, cargadas de esperanza, como la que viven desde febrero de 2020 Juan Antonio Porras Álvarez y Sara García Gutierrez, quienes el 7 de febrero conocían que esperaban dos hijos que nacieron el 1 de octubre.
Juan es pintor y Sara, trabaja en un supermercado. Se casaron el 14 de septiembre de 2013 “en la iglesia de San Juan, la del Patrón, como antes lo hizo mi madre y mi abuela”.
Vecinos del Barrio de Santiago, el domingo 10 de enero quisieron “presentarlos” a la Patrona Santa Eufemia, mientras buscan cuándo y cómo poder bautizarlos por la pandemia.
Así, Dylan y Valeria, mellizos, fueron con sus padres y abuelos maternos. Ante la alegría de ver a un matrimonio y sus dos pequeños en la misa de 11,30 de los domingos, el carmelita Antonio Jiménez les pidió que subieran al Altar, para hacer juntos una oración-presentación con los dos pequeños.
Dylan nació el 1 de octubre de 2020 “a las 10,45 horas de la mañana, en el Hospital de Antequera; y luego vino Valeria, a las 10,47 horas. Son momentos que no olvidaré”, comparte Sara.
Es la felicidad en tiempos de pandemia. “Ha sido una alegría, son una bendición, merece la pena por lo que hemos pasado. El embarazo ha sido difícil porque nos enteramos el 7 de febrero que estaba embarazada y entre las primeras pruebas comenzó el confinamiento y aunque mi marido se quedaba en la puerta de la consulta, entraba yo sola y no pudo ver y escuchar las ecografías”.
Lo de ser mellizos para ellos: “Nos quedamos asombrados, porque uno, lo esperábamos, ¡pero dos…! Tras nuestra sorpresa, una alegría enorme y más tras el parto”.En él, que fue una cesárea, “tuve que estar sola, y fuera pudieron esperar dos personas, que fueron mi marido y mi madre. Luego estuve cinco días en el Hospital, que sólo podía estar una persona. Los conocieron por el móvil, es lo que nos toca. Era normal para lo que estamos pasando”.
Una experiencia a la que sólo tiene agradecimientos: “A pesar de estar sola, tengo que agradecer a todo el equipo del Hospital, a todos los que nos atendieron, por citar algunos que recuerde, a los doctores Arévalo y Ortigosa. Fue maravilloso, ¡todo no puede ser malo en esta época!”.
Le pedimos un mensaje para la población: “Sabemos que el virus está arruinando familias y el día a día, pero hay que disfrutar de las cosas buenas cuando se te presentan como nos ha pasado a nosotros. Siempre hay esperanza, por supuesto. Estuvimos el embarazo saliendo solo para el médico… y al final, ¡qué alegría!”.
Desde aquí, nuestra enhorabuena a los padres, Juan y Sara, a los abuelos maternos, Antonio García y Pepi Gutiérrez; a la abuela paterna, Francisca Álvarez; y nuestro recuerdo para el abuelo que está en el Cielo, Juan Antonio Porras, que seguro que está cuidando de ambos.