El futuro de la vida de Ángel, el niño de cuatro años y medio que adoptaron en Antequera Sensi y Candi, depende de la decisión del Tribunal Supremo que se reúne este miércoles 11 de septiembre.
Desde que se supo la posible decisión, han promovido una recogida de firmas que ha llegado a las 6.665 firmas, que han llegado a Madrid para que el Tribunal deje que siga en la ciudad como lo hace desde los ocho meses.
El Tribunal Supremo decide si permanece con sus padres adoptivos de Antequera o si regresa con su madre biológica, a la que la Justicia le retiró la guarda y custodia a los 20 días de nacer.
A finales de 2021, Protección al Menor llamó a Sensi y Candi, un matrimonio de Antequera, para saber si seguían interesados en adoptar a un niño como lo habían solicitado ochos años atrás.
Ellos lo confirmaron y recibieron a un niño de 8 meses, Ángel, al que acogieron e iniciaron el proceso de adopción. Previamente, había sido acogido por urgencia por varias familias desde que tenía 20 días y hasta que cumplió los ocho meses. La administración había considerado que la madre biológica no estaba capacitada para seguir con él.
A los 20 días, la Justicia de Almería decidió quitarle la guarda y custodia del bebé a la madre biológica y empezar con una acogida de urgencia que a los ocho meses se convirtió en proceso de adopción.
La Justicia y Protección al Menor han seguido el caso para saber si tanto el niño como los padres iban cumpliendo con los requisitos en ese período de adaptación. El pequeño encontró una familia, los amigos de un barrio y del colegio y no sabe nada de lo que le pasó al nacer. Pero en la fase final de la adopción, la madre biológica ha pedido recuperarlo.
La Justicia de Almería sentenció en primera instancia, que lo mejor para el niño era seguir con sus padres adoptivos, pero la madre biológica recurrió y dictaminaron en segundo lugar que regresara con ella. Ante ello, Sensi y Candi recurrieron al Tribunal Supremo que decidirá este miércoles si se mantiene el proceso de adopción o si consideran que debe de volver con la madre biológica.
Fuentes de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, exponen que cuando se judicializa un procedimiento, ellos no hacen ninguna declaración sobre el caso, confiando que lo que la Justicia decida, será lo mejor para el menor y ahí estarán para seguir respaldándole.
El procedimiento de adopción no concluye hasta que se finaliza el mismo tras seguimientos de varios años y en la parte final del mismo, la madre biológica ha reclamado recuperarlo, por lo que se ha paralizado el proceso de adopción hasta que la Justicia decida qué opción tomar: seguir con los padres adoptivos o volver con la madre biológica.
Durante este camino, los padres adoptivos han recorrido la ciudad para recoger firmas, así como han sido llamados por varios medios de comunicación para conocer su caso que puede darse en procesos de adopción. Cuando la estabilidad del niño se consigue, se para todo con la aparición de los padres biológicos.
La campaña de las 6.665 firmas de Sensi y Candi
Desde que conocieron que podrían perder a su hijo adoptivo, Sensi y Candi, además de recurrir al Tribunal Supremo, iniciaron una campaña de recogida de firmas por la que además de defender seguir con su hijo, reclaman que se tengan en cuenta la estabilidad de los niños, se examine psicológicamente cómo se encuentran y lo que les puede afectar en caso como Ángel.
Tiene 4 años y medio y como niño, no recuerda los primeros meses de su vida. A los 20 días, se ordenó la separación de su madre por peligro en su integridad, por lo que se precisó de una acogida de urgencia. Pasaron los meses y la madre biológica no había mostrado su rehabilitación ni respondería a los requerimientos de los servicios sociales, por lo que a los 8 meses del bebé, se decidió pasar de una acogida de urgencia a una adopción.
Ahí entraron en su vida Ascensión Tortosa Pérez y Cándido Calatayud Sánchez, Sensi y Candi, quienes hace 30 años se casaron y tuvieron un hijo, Cándido. No pudieron aumentar la familia y hace ocho años decidieron pedir la adopción de un niño. Todos ellos trabajan en una empresa familiar autónoma y en plena pandemia, hace ya cerca de 4 años, les comunicaron la posibilidad de adoptar a un niño y sin pensárselo, accedieron. Tras varios controles y procesos, con 8 meses, Ángel entraba en sus vidas.
Ante la espera de a resolución judicial, piden «exigir evaluaciones psicológicas para menores antes de decisiones judiciales» porque consideran que además de los derechos y obligaciones de los niños, también se deben analizar la repercusión de niños como Ángel que tiene ya su vida en Antequera y puede destrozarse si sigue adelante el proceso abierto.
Como padres «estamos experimentado el dolor y la injusticia de una decisión judicial sin consideración». Exponen que «nuestro hijo, al que acogimos, adoptamos, amamos y criamos, después de ocho años de esperar un trámite de adopción nacional, quieren sacarlo de su hogar, de su casa, al que llegó con nueve meses, y en el que lleva cerca de 4 años».
Creen en la Justicia, pero no entienden la insensibilidad «al bienestar de nuestro niño, que permitieron que esta decisión se tomara sin ni siquiera enviar a un psicólogo infantil para evaluar el impacto en su vida». Consideran que se tiene que evaluar cómo está el crío y que es lo que más le puede convenir tras haber rehecho su vida. La situación actual «desmorona el tejido emocional de los niños, al poner la biología por encima del bienestar psicológico y emocional».
Lamentan que «el egoísmo de los mayores por encima de la indefensión infantil» puede llevar a que un niño deje de crecer tras las adversidades tras su nacimiento. «Actualmente, no existen regulaciones que exijan una evaluación psicológica de los niños antes de que dichas decisiones judiciales drásticas se lleven a cabo». El niño no recuerda otro hogar que el de sus padres de adopción y se le plantea ahora una situación extraña y que le puede influir. «De pronto, tu madre, tu padre, hermano, tías, primos, primas y demás familia ¿desaparecen para siempre?».
