En todo portal de Belén surge una familia formada por una madre, un padre y un hijo. Es la base de la Sagrada Familia que tiene extensión en cada hogar que en estas fechas y durante todo el año, se unen para seguir adorando al Niño Dios.
Quedamos este año con Francisco Javier Pérez-Cervantes Romero y Encarni Álvarez Portillo. De Antequera y Arjonilla, donde se casaron un 3 de mayo de 2008. Son padres de tres criaturas: Javier, Álvaro y María, de 15, 13 y 9 años.
Juntos viven su Navidad particular, siguiendo la estela de aquella estrella que hace 2.024 años anunció la llegada del Mesías, Jesús, el Salvador. Compartimos en estas páginas una tarde con todos ellos.
Tocan las campanas de San Sebastián y puntualmente vienen los cinco miembros de la familia Pérez-Cervantes-Álvarez a nuestra cita. Esta vez no vamos a hablar ni de colegios ni de fútbol, toca compartir cómo vive su familia la Navidad.
Comenzamos por el principio. ¿Cómo se conocieron dos jóvenes, él de Antequera y ella de Arjonilla? “En Granada donde estábamos estudiando la carrera y nos conocimos. Teníamos amigos en común, coincidimos por tener a Dios, éramos practicantes en la época universitaria…”.
¿Fue flechazo o costó…? “No fue flechazo, pero sí que había ahí cierto interés por parte de los dos. Dos años tardamos luego en hacernos novios, como se dice…”, sonríen. “Fueron cuatro años de novios, nos casamos, como manda la tradición en el pueblo de la novia”.
Estamos en Navidad, ¿pero son felices fiestas, feliz solsticio de invierno, fiesta de la paz…? “Nosotros siempre decimos, feliz Navidad. Nos gusta la palabra Navidad”. “Intentamos que los niños no se dejen arrastrar por lo que la sociedad va haciendo. O sea, que si se celebra la Navidad, se celebra la Navidad. Que no hay que comprar por comprar, evidentemente, vienen los Reyes Magos… pero no podemos olvidarnos de rezar, de cantar villancicos, de preparar el Adviento como lo hemos estado haciendo cada domingo”.
Y, ¿qué es la Navidad hoy, en el año 2024? “La Navidad parece sencillo, pero es complicado. Yo que vengo del comercio, parece que empieza ya el 15 de octubre, estamos vendiendo mantecados, pero a nosotros empieza ahora”. Y llega el día 24, “de esperanza, de querer ser mejor, de intentar ayudar más, aunque parezca un tópico, pero yo creo que la gente en los días de Navidad es más buena es más amable, sonríe más.. También se echa alguna lágrima porque echas de menos a la gente que falta”.
¿Dónde va a nacer ese niño Jesús este año? “Tiene que nacer en Valencia. Lo de Valencia nos ha tocado a todos y aunque no conozcamos a nadie personalmente, todo el mundo se está volcando y lo estamos viendo, que es que toda la solidaridad está yendo para allá”.
Ante un nuevo año con los buenos propósitos, ahora que se habla mucho de salud mental, añadimos por nuestra parte, que también el alma hay que prepararla. “A los amigos siempre les decimos: ‘Mira, muchas veces estáis preocupados por ir al psicólogo… Habla con un cura, con un sacerdote, creo que te puede ayudar mucho. Solamente habla, si los sacerdotes están deseando que vayamos a hablar con ellos, a que acudamos a ellos’. Lo que tenemos es el pecado y que si no los limpiamos… Tenemos que ser humildes, confesárselos, que nosotros vemos una persona de carne y hueso, pero que en el momento de la confesión está Dios”.
¿Qué diferencia hay entre una familia cristiana y una familia que se reúne para comer, para celebrar, para dar los regalos? “Pues en que el foco está en un niño pequeño, aunque sea en el Belén. Eso es lo importante, que todo tiene que girar en torno a eso”. “Si nos olvidamos de preparamos y aunque luego vayamos a la Misa del Gallo, es que no estamos celebrando la Navidad, estamos celebrando una comilona con la familia, con los amigos, pero no tiene ningún sentido”.
Un admirado amigo nos dijo el otro día, que había que buscar una silla vacía, no por el que no está, sino por esa persona que lo está pasando mal, ¡cuánta gente hay sola, pasando incluso la Navidad o todo el año! ¿Cómo lleváis lo de vivir esa Navidad auténticamente cristiana? “Es muy complicado porque los niños lo que quieren son regalos. Pero en esta casa es muy natural, ellos tienen asumido que el 24 van a misa, que tenemos cena con los abuelos. Que se pone el Belén en familia, que cantamos villancicos”.
Le preguntamos a Encarni, qué tradición recuerda de su familia. “Lo de los Reyes cuando nos levantamos corriendo para ver los regalos el 6 por la mañana”. ¿Y de Javi? “Siempre recuerdo que merendábamos todos el 5 de enero, antes de la cabalgata en casa de mi abuela materna, en el Plata Bar, con mi abuela Carmen, y todos los primos, luego íbamos a ver la cabalgata, volvíamos a casa de mi abuela, cenábamos y tras los Reyes, subíamos corriendo a ver qué habían dejado”.
Regresar al templo
¿Qué podemos aconsejar a esa familia que se bautizó, hizo la Comunión, se casó por la Iglesia, pero lleva años despegados? “Si llevan mucho tiempo sin ir a misa, no pasa nada. Por ejemplo, que vayan el 25 por la mañana o por la tarde a misa. A mí la de Navidad me toca en el corazón”. “En el fondo, la mayoría, tenemos ahí esa semillita con la que nacemos, sólo hay que escucharla”.
¿Hay algún cuento, algún testimonio, alguna evidencia que os gusta compartir con vuestros hijos, con vuestros amigos, llegando Navidad?
“Nos gusta, sobre todo ya a Álvaro y Javier que tienen edad, darles a principio del Adviento “El Belén que puso Dios”, que es un libro muy bonito de un niño de un colegio que pone un Belén y hay un pastorcillo que tiene síndrome de Down y lo pone muy cerca del niño Jesús y la verdad que me gusta para leer un pequeño trocito cada día hasta que llegue la Navidad”.
En muchas ocasiones, los temas de Iglesia sólo resuenan cuando son negativos. ¿Qué nos podéis compartir de vuestra realidad parroquial que seguro será muy positiva? “Nuestro propósito es que la gente se acerque a San Sebastián, no importa que hayan estado un tiempo separados. El párroco don Serafín ha intentado desde el primer momento, abrir la parroquia a la juventud. Desde el primer día, buscando que todo el mundo sea igual, le ha dado igual si ha venido un día o si lleva viniendo tres años,. Busca que todo el mundo se anime. La iglesia tiene que estar abierta para todas las comunidades”.
¿Qué le decimos a esa pareja, a ese matrimonio que está en una época compleja? “Primero que pidan ayuda. Que ahora, gracias a Dios hay muchas alternativas para hacerlo. Hay mucha gente buena que quiere ayudar. Que no tienen que tirar la toalla, sobre todo que crean en el amor. Que las mariposas en el estómago no duran para siempre. Que el amor es otra cosa y es una lucha diaria”.
Si estuviéramos, en ese pesebre de hace 2.024 años, ¿qué sentiríais? “Sinceramente, creo que me pondría a llorar y cogería al niño, diciéndole a la Virgen, quédate un ratito tranquila que yo me quedo con él y lo cuido”.
¿Qué le decimos a esa persona que quizá está sola, descarriada, perdida, que podría encontrar en esta Navidad que recondujera su vida y en el 2025 pudiera recuperar su esplendor? “Que busque, que quiera salir de la soledad, aunque es difícil porque por estar en un círculo donde no quieren salir o les cuesta trabajo. Pero que se acerque donde crea que le puedan ayudar y que si quiere, si nos ve a nosotros, que nos puede parar, aunque sea para escuchar y atenderle”. Así son Javi y Encarni, un joven y querido matrimonio que vive la Navidad como Dios manda.
