jueves 25 diciembre 2025
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Familias, villancicos y adoración al Niño Jesús en las vespertinas misas del gallo en Antequera

La Navidad comenzó en los templos de Antequera con la misa del gallo, adaptada en horario a la tarde y dejando ya como recuerdo la de las 12 de la noche. Los sacerdotes profundizaron en lo que significa el Nacimiento del Niño Jesús, tuvieron en cuenta a quienes viven aislados por la sociedad y a los que ya no están con nosotros.

Así, la primera fue a las 12 del mediodía en la Colonia de Santa Ana, a las 18 horas en  Cartaojal y a las 19 horas fue la hora más compartida: La Trinidad, San Pedro, Las Descalzas, Loreto, Residencia de San Juan de Dios y San Sebastián.

Un poco más tarde, a las 19,30 horas, San Miguel y Bobadilla Estación. A las 20 horas: La Victoria, El Salvador, Encarnación, Inmaculada y Los Remedios. Y cerró a las 24 horas, Bobadilla que cambio a última hora el horario y fue la celebración que mantuvo la hasta ahora tradicional hora.

Un día donde las familias regresan a casa de los abuelos, como cuando eran niños. Muchos de ellos viviendo fuera de su hogar, pero volviendo a casa por Navidad. Como suele ocurrir, recuerdos para los que estuvieron y ya no están visiblemente con nosotros. Y muchos, en soledad, por circunstancias de la vida.

Una misa donde se adora al Niño Jesús con las lecturas propias, los Nacimientos que no falten, los villancicos durante los pasajes de la celebración y las felicitaciones antes de volver a reunirse, esta vez ante la mesa de cada familia.

El Arcipreste en La Trinidad

El sacerdote trinitario Antonio Jiménez, arcipreste de Antequera, presidió la misa en La Trinidad donde contó con la participación del coro parroquial, familias y antequeranos que regresan por estas fechas. Nos llamó la atención hermanacos que residen fuera o personas que están en la Fundación Prolibertas.

Llamó a la participación de los jóvenes, representando a San José y la Virgen María que sostuvieron un Niño Jesús durante toda la celebración. Llamó a los niños presentes para rezar juntos el padrenuestro. Y animó a vivir en familia estas fiestas.

En su homilía, destacó que la Navidad es «uno de los momentos más importantes para nosotros los cristianos, la Navidad, donde Dios se hace carne, que Dios se ha hecho todo de nosotros, que Dios ha querido compartir nuestra historia, nuestra vida, nuestras preocupaciones y nuestras esperanzas».

Él es, «como hemos puesto en el cartel este año, la luz que ilumina la vida, la vida de cada uno de nosotros, la vida de nuestro mundo, la vida de tantas personas, a las que a veces les cuesta trabajo poder descubrir la luz». Y esta luz no ha venido «de manera sorprendente, no ha venido de una manera extraordinaria, no ha habido fuegos artificiales, ni noticias por todo el mundo de que llegaba».

De hecho, llegó en una fría noche de invierno, «en una cuadra, en un pueblo perdido de Palestina. Y llegó de la manera que no esperamos. José y María, que iban a Belén porque tenían que empadronarse allí, llegó un noche fría, igual que la nuestra, y sin lugar donde meterse, se fue a una cuadra por lo menos con el calor de los animales, que le pudiese hacer más ligera la noche».

Y estando allí María dio a luz. «Y dio a luz un niño, la cosa más frágil que existe en el mundo, Un niño recién nacido, por sí mismo, es incapaz de crecer y de poder vivir. Necesita que cada otra en paz necesita la protección, el cariño para que ese niño pueda crecer y pueda crecerse».

Compartió que «muchas veces nosotros buscamos a Dios en cosas súper extraordinarias, que a veces le pedimos a Dios señales, vamos que más o menos nos llame por teléfono y nos diga: «Estoy aquí, esto es lo que quiero». Y no somos capaces de descubrir a Dios en los pequeños detalles de mi cabeza, en las pequeñas cosas, en lo insignificante, en los insignificantes de nuestro mundo, en aquellos que no cuentan, Dios se hace presente en la vida».

Y en la vida, en esas cosas que cada día, «muchas veces por vivir como vivimos, ni nos damos cuenta, pedimos a Dios que nos dé señales y no nos damos cuenta de que Él está ahí, en un recién nacido, en lo sencillo, en lo insignificante. Dios da vida, y dar vida donde menos podemos esperar y de las maneras que menos podemos imaginar».

Y Dios está dando vida en el corazón de cada uno de nosotros, «más allá de nuestros problemas, de nuestras preocupaciones, a veces bien por favor, pero hay una luz dentro de nosotros, una luz por la que vale la pena seguir confiando y seguir creyéndote posible. Y esa pequeña luz, está en el corazón de cada uno, es ese niño Dios que viene a hablar por ello».

Se refirió a un día en el que «vamos a echar de menos a mucha gente, pero este Niño a Dios es capaz de hacernos sentir unidos a pesar de los miles de kilómetros que pueda haber de aquellas personas. Esta noche el Niño a Dios quiere decirnos que sepamos esperar y que sepamos confiar. Sepamos cuidar esa pequeña luz que todo el mundo tenemos en el corazón, y que sepamos cuidar a nosotros para que esa luz se haga más grande, para que esa luz pueda brillar con más fuerza cuando nos dormimos y nos cuidamos».

Así que pidió «por nuestra familia, los que están y los que ya no están, los que tenemos cerca. Pedir al Señor por tantas personas que en esta noche están solas, por las personas que están haciendo más grande en el Hospital, o en la prisión, o en la calle. Pedir al Señor por tantos lugares donde esta noche seguirán oyéndose bombas. Donde esta noche muchas personas tendrán que pasarla de escondida, evitar la bomba al empate».

Pedir al Señor la paz, pedir al Señor la luz, pedir al Señor que sea posible la justicia y la paz en el mundo, «y pedirle sobre todo que esa pequeña luz de cada uno la sepamos cuidar, pero sepamos cuidar nosotros, que sepamos trabajar por un mundo en el que seamos capaces de entendernos». Hoy en día parece que si no pensamos igual somos enemigos y este Niño Dios «viene a decirnos que no, que podemos pensar distinto porque somos hermanos, porque hay mucho más gente que nosotros y tenemos que aprender a entender».

Deseó que «esta noche el Niño Dios nos ayude a creer en la vida, a seguir apostando cada día por la vida, especialmente ahí en lo sencillo, en lo insignificante, en lo que él cuenta, en aquello que muchas veces nos hizo vivir, porque vivimos demasiado rápido. Feliz Navidad para todos, que hagamos que este Niño recién nacido nace en el corazón de cada hombre y de cada mujer y nace en el corazón nuestro, para que la paz, para que la justicia sea posible para todos. Feliz Navidad».

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
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