Según la asociación profesional de agricultores y ganaderos ASAJA, los ganaderos de Málaga las están pasando mal para alimentar a sus animales durante el verano. Arrastran las secuelas del temporal de lluvias del pasado invierno con pérdidas que se estimaron en más de seis millones de kilos.
Esa merma de la producción no sólo ha menguado la rentabilidad de los cerealistas, que atraviesan un momento delicado, sino que además complica la alimentación de los animales, por la falta de paja empacada. Algunos animales podrían sustituir la paja por otros alimentos, como el pienso compuesto, aunque el precio de la alimentación se dispararía en exceso. Esta nueva dificultad se suma a los numerosos obstáculos que han de sortear los ganaderos malagueños para hacer frente a una crisis que les ahoga ya desde hace demasiado tiempo.