Cuando el talento se tiene en casa, no es necesario mirar a otros lados para planear conciertos, festivales y actuaciones. Por ello, el Ayuntamiento de Antequera ha apostado por el pianista Isaac Pascual para retomar la senda inicial del Nájera Jazz.
Su presencia está más que justificada con el largo recorrido que posee en el mundo de la música y del jazz. Por ello, en dos días se ha podido disfrutar de su música a través de dos formaciones distintas, por un lado junto a Masha Ocean Quartet en la noche del jueves 18 y el viernes 19, con su cuarteto, Isaac Pascual Quartet. Entre una y otra cita, hablamos con él, con lo que supone volver a tocar en Antequera y su camino hasta este instante.
Cuando conoces a la persona que vas a entrevistar se tienen ciertas ventajas a la hora de lanzar las preguntas, pero también cierto inconveniente, quieres hacerlo bien y que sea distinto, y eso, ocurre en esta ocasión con Isaac Pascual Godoy (Antequera, 14 de mayo de 1979).
No es la primera vez que hablamos con él y su ser artista, y probablemente no será la última porque Isaac Pascual vive unido a la música, al piano, y como me señala, aunque el camino es sacrificado en muchas ocasiones, no se ha visto nunca haciendo otra cosa que no sea eso: ser músico.
Esperando nuevo destino para seguir dando clases de piano en los distintos conservatorios y centros de Andalucía, nos atiende siempre con su sencillez y humildad características, donde todo lo que tiene que ver con la música forma parte de su normalidad, de su día a día.
Primero hablamos de esta cita en el Nájera Jazz en la que ha estado presente durante dos días: “Se han acordado de mí y estoy bastante agradecido por estar ahí los dos días, es un gustazo”, lo hizo primero con Masha Ocean Quintet. Y tras su primera actuación que “estuvo muy bien, entradas agotadas, a la gente le gustó mucho, nosotros nos lo pasamos increíble, todo muy bien”; volvió anoche con su cuarteto Isaac Pascual Quartet con un repertorio más fresco, haciendo un repaso por distintas composiciones del Jazz desde los 40 a los 90.
Sus trabajos como compositor
Su labor como músico tiene un punto esencial en la parte de compositor, algo con lo que siempre tuvo una conexión especial y que tras lanzar su trabajo, “Tras el alba” en 2020, se ha intensificado más.
“Es algo que siempre he hecho, simplemente ahora estoy grabando cosas. Con el cuarteto hice ese trabajo hace algunos años, pero desde entonces no había vuelto a grabar nada. De hecho hace tiempo que no tocábamos juntos. Hemos estado cada uno en otras formaciones”. Su rama como compositor ha seguido con Masha Ocean “muchas composiciones están hechas por mí y la cantante; así como arreglos que he realizado; y también para el grupo Welcome Lemi, con composiciones mías y de Edu Soto, el cantante. Y también, ahora, estoy escribiendo para un cuarteto de cuerda, más clásico. No paro de inventar”.
Este último trabajo “se va a publicar en breve, en un mes, es con el Cuarteto Chagall de mi hermana Cristina junto a tres músicos más”.
Y además sigue trabajando con la formación Welcome Lemi, junto a sus hermanas y Edu Soto: “Fue un proyecto ambicioso, de muchos músicos. Estamos preparando una especie de musical que parece que va adelante, hay un productor que va a apoyar el proyecto, y parece ser que el año que viene vamos a empezar a hacer una especie de musical. Vamos a intentar enfocar el proyecto por ahí, con muchos menos músicos, un proyecto más pequeño”. Mientras siguen componiendo y creando más música. Ya ven, continuamente creando, dejándose indagar en nuevos sonidos y apuestas musicales.
Inicios en el mundo de la música
Esta inquietud como músico, como artista siempre la ha tenido: “Desde casi que empecé a tocar el piano tenía esa inquietud. A raíz de estudiar el jazz, la improvisación, me han abierto un poco, me han dado herramientas para poder escribir, poder componer”.
Repasamos con él aquellos inicios: “Empecé a tocar aquí en el Conservatorio de Antequera con 10 años”. De aquel niño, aquel Isaac pequeño al de ahora, hay muchas diferencias personales, y también, en la música: “Básicamente, ahora toco la música que me apetece tocar. Cuando estaba en el conservatorio, tocaba la música clásica que me ponían que era algo que no me convencía mucho. Mi padre nos quiso dar una base de educación musical, de alguna manera nos metió a todos. Ahora toco la música que me gusta y que me apetece tocar”.
Y ese caminar por las partituras iniciales en la infancia y la adolescencia, le llevaron a la juventud y tomar la decisión de dedicarse a ello: “Yo parece que estaba predestinado, desde chiquititos los tres en la música. Estuvo tan desde el principio en nuestras vidas, no me he planteado hacer otra cosa. Aunque he tenido muchas veces ganas de dejar el piano, momentos de crisis, pero luego recapitulas y ves que lo que sabes hacer bien es esto, y sigues”.
En ese punto, hablamos de la complejidad de la vida del músico: “Es un camino bastante agridulce, no se ve tanto lo complejo, lo duro. No se para nunca de estudiar nuevos repertorios. Y a veces no es muy gratificante, la evolución se ve poco a poco. Y luego es gratificante por otro lado, te lo pasas bien, haces disfrutar a la gente”.
En este momento en el que se encuentra sin parar de componer, de tocar no sólo con estos grupos, sino con otros músicos con los que colabora y con actuaciones prácticamente todas las semanas; le preguntamos qué cosas le quedan por hacer: “Muchas cosas, seguir componiendo, no sé por donde, seguiré explorando, buscando una música que realmente me pueda representar. A medida que vas creciendo, vas evolucionando, seguiré buscando mi sello más personal, según vaya sintiéndolo”.
Estamos seguros de que seguirá, continuará con el teclado como gran acompañante transformando los múltiples colores de la música en el blanco y negro de las partituras de su piano.
