No hay conversación entre amigos que no haya llegado al… “¿a dónde vamos a tomarnos unas tapas?” “¡Al Juanchi!”. Es el nombre popular de una de las personas que atienden en el bar-restaurante familiar de las Cuatro Esquinas. Toda una vida dedicada al negocio de oír, ofrecer la carta y atender como el cliente quiere.
Se trata de Juan Vidal Calatayud, conocido por ‘Juanchi’ por ser “nieto de Juan chico”. Nació en el número 2 de la calle Cristobalina Fernández de Alarcón. Hijo de Cándido Vidal Gómez y Julia Calatayud Ruiz. Son seis hermanos, cuatro hombres y dos mujeres. Junto a ellos son las tercera generación del centenario negocio familiar. “Mi abuelo y el tío de mi abuelo, tenían la esquina hace cien años y mi tío abuelo, Pepe Vidal, un ambigú. Mi padre estaba en Alemania y se vino a trabajar con mi abuelo”.
Un accidente de tráfico marcó sus vidas. “Mi padre falleció con 45 años. Manolo, mi hermano, se hizo al frente del negocio con mi madre, que es lo mejor que hemos tenido, que se partió cinco costillas en el accidente. Cándido estuvo 18 meses en Carlos Haya y dejó Medicina para ayudarnos a todos”. Tuvieron que arrimar el hombro al negocio.
Una infancia que la pasó estudiando “en el Infante don Fernando y además a mí me encantaba el fútbol. Teníamos un equipo que se llamaba “La Selección”. Luego jugué en los Juveniles, pero lo dejé por el bar. Aunque seguí jugando al fútbol sala, fui máximo goleador en Segunda y jugué en Primera. ¡Como soy zurdo, no había quien me parara!”.
Recuerda que de pequeño, “íbamos mucho al campo, por la ‘Malena’, donde cogía cangrejos y alcaparras. Eran tiempos donde nos atrevíamos a jugar hasta con zorros que había por allí”. Más tarde fue “entrenador de fútbol de la base donde tuve a Antonio Aguilera, con mucho toque, para mí de lo mejor que he visto en Antequera jugando al fútbol”.
https://youtu.be/G-ul25rUL80
Toda una vida tras la barra de un bar
Lleva ya ¡44 años! en el bar. “De niño cuando empecé venía por las tardes con Pachín. El negocio iba mal tras lo de mi padre y tuvimos que buscar cómo remontar y lo conseguimos entre todos, gracias a nuestra clientela que nunca nos ha faltado”. “Empecé a lo que hiciera falta. A mí siempre me ha gustado el bar. La barra tiene mucha cantidad de personas que pasan por aquí. Desde primera hora tenemos una clientela fantástica con las que aprendes de todo”.
La fidelidad de ellos se muestra porque “tenemos abuelos, padres y nietos a la vez. Unos niños de 15 años nos han reservado para un cumpleaños porque aquí venían con sus padres y recuerdan a sus abuelos”.
Entre la multitud de anécdotas. “El primer nombre que se me viene a la cabeza es el de Manolo Borrajo, que era practicante, daba unas charlas increíbles. Con él, te podría decir muchos nombres”.
Se muestra encantado de su trabajo. “No son clientes, son amigos. Es como cuando te vas de vacaciones y por muy lejos que estés, te encuentras con alguien que va y te dice sin esperarlo: “¡Juanchi!”… y conversas con ellos un rato”.
Un negocio por el que pasan muchas personas conocidas. “Pues mira, las lentejas y los riñones les encantan tanto a Moreno Bonilla como a Bendodo. O qué decirte de los pintores Antonio Montiel y Cristóbal Toral que suelen pasar por aquí”.
La afición al Balonmano
Tras practicar el fútbol, su pasión por el Balonmano. “Cuando ascendimos la primera vez a Asobal, preparamos una buena afición”. Incluso prepararon el sueño del ‘Air Force Juanchi’, “proyecto de avión para acompañar al equipo de mi amigo Ortega que estuvo a punto de clasificarse para Europa”.
Todo comprobando cómo la ciudad se ha transformado. “Hemos cambiado a mejor en un millón de veces. En lo que es el bar, antes tenías un Carta Blanca y un Pepe Martín, ahora hay muchos más productos, siete clases de vinos, de tintos… Hay que adaptarse a lo que te piden”.
Una jornada que empieza a las seis de la mañana con los desayunos. “El mollete con zurrapa de lomo es uno de los más pedidos. Manolo es un fenómeno por cómo los prepara, él sabe cómo le gusta a cada cliente”. De los molletes a las tapas. “Te las digo de carrerilla: ¡Callos, riñones al jerez, lomo al coñac, las albóndigas con tomate, los filetillos rusos en salsa, las costillas en adobo, las croquetas, los huevos alfombrados, los flamenquines de queso azul, las bombas…!”.
Agradece la Navidad que han pasado: “La calle Estepa ha quedado fantástica, tenemos hasta aceras más anchas donde la gente ha podido disfrutar del buen tiempo”. Y en el Turismo: “El Caminito del Rey atrae a muchos turistas que vienen aquí y aprovechan para subir al Torcal y conocer los Dólmenes”.
Trabajo y su familia. “Todo el tiempo que puedo se lo dedico a mi mujer y estar con mis hijas, una es maestra de Educación Infantil y la otra está haciendo un Máster de profesora de Arte en Madrid. Son todo para mí junto a mi madre”.
Tiene 57 años “y lo que me queda”, se despide sonriendo con su buen humor, un personaje de nuestra ciudad que con su forma de ser se alza como referente a la hora de ir de bares por la ciudad.
Juan Vidal Calatayud “Juanchi”
Puesto: Currante y propietario con sus hermanos del Hotel-Bar Castilla conocido popularmente como “El Juanchi”.
Nacimiento: 30 de noviembre de 1965 en Antequera.
Infancia: A los 12 años empezó a trabajar en el negocio familiar y el fútbol y el campo marcaron su juventud.
Familia: Casado con Adela Ortiz García con quien tiene dos hijas: Cristina y Paula.
Participó en: Promocionar el Deporte y pilar de la afición del Balonmano.