El Convento de Capuchinos ha abierto oficialmente el edificio de acogida para personas en rehabilitación en Proyecto Hombre y con la coordinación de Casa Menga, que puede acoger hasta veinticinco personas a la vez. Se trata de un proyecto de la orden capuchina cuya delegación española ha costeado la construcción del complejo, cediendo la tutela de la estancia de las personas a Casa Menga, así como confiando en su rehabilitación a Proyecto Hombre.
En un año se ha construido esta iniciativa en dependencias de parte del antiguo colegio seráfico, que ha sido inaugurado para su nuevo uso en la tarde del miércoles 15 de octubre, tras una misa y posterior visita por parte de las autoridades y representantes de los organismos participantes.
El padre Juan Jesús Linares, superior del Convento de Capuchinos de Antequera, destaca los objetivos de la labor social franciscana: “Apoyar especialmente a Casa Menga que pertenece al grupo de Proyecto Hombre, siendo una casa de rehabilitación para hombres y mujeres que necesitan rehabilitación por alguna dependencia. Es un trabajo que llevamos haciendo en Antequera en unos espacios que teníamos disponibles y pedíamos que tuviesen una dimensión social ya que es un sector muy necesitado”.
Son dos pisos, uno para mujeres con capacidad para 12 personas y otro para hombres con otras 12 ó 14 personas. Se han invertido unos 600.000 euros que han sido ejecutados por Cubecons2010 S.L., contando con la dirección de obra de la arquitecto Inmaculada Pacheco.
Marisa Martín, directora de la Asociación Resurgir Proyecto Hombre en la Comarca de Antequera destaca: «Éste es el punto final a algo que se empezó hace algunos años que en principio fue una solicitud para ver si se podía hacer y al final ha resultado. Yo trabajo en lo que es el centro terapéutico de Proyecto Hombre aquí en Antequera que mantiene la Asociación Resurgir y a la vez soy voluntaria y miembro fundador de Casa Menga, que se creó como una necesidad que hace unos años surgió y había que darle respuesta. Como Proyecto Hombre no tenía presupuesto económico, creamos la asociación Casa Menga que trató de dar la solución a personas que no tenían hogar y que tenían problemas de adicciones o de conductas de riesgo».
«En principio trabajamos para dar solución sólo a hombres y a partir del 2010 decidimos que había que dar solución también a la demanda que hacían las mujeres con edades entre 18 y 35 años que además de poder tener algún tipo de adicción tenían un problema grave de conducta y relacionada con otras adicciones que no eran las drogodependencias. Como Casa Menga era una asociación pequeña decidimos elaborar un proyecto y presentarlo en montones de sitios y uno de esos sitios fue la Comunidad de los Padres Capuchinos. En aquel tiempo en 2010 nos dijeron que no tenían alternativas y que de momento no podía ser, pero a medida que fue pasando el tiempo se presentó la idea por su parte de atender a algún proyecto social debido a su aniversario aquí en Antequera se acordaron de nosotros. A partir de ahí en junio de 2012 nos reunimos planteándoles que queríamos hacer como Casa Menga y la presencia de Proyecto Hombre dentro de esta reunión es para garantizar el convenio entre Casa Menga y Proyecto Hombre».
Sobre el funcionamiento de la casa a partir de ahora: «Proyecto Hombre se encarga de tres cosas: la formación de los profesionales que van a atender esa vivienda de apoyo en tratamiento y además de la formación, nosotros somos el centro donde atendemos la terapia que van a tener estas personas que van a ir a vivir a Casa Menga y que tienen que reunir unas condiciones: una de ellas que no tengan familia, otra que sean personas que puedan tener alguna resolución judicial y en otros casos ocurre que son personas que les pilla muy lejos y no pueden estar yendo y viniendo en régimen ambulatorio a la terapia y entonces solicitan estar en una vivienda de apoyo».
En el día a día, el conjunto asistencial de Capuchinos, obtendrán: “En la casa van a tener la cobertura de sus necesidades básicas: la alimentación, estancia, el apoyo de los educadores y las actividades de ocio y tiempo libre y el trabajo de red que van a asistir como a cualquier otra familia que lleva Casa Menga. Nuestra participación como Proyecto Hombre es que aquí van a venir a recibir la terapia relacionada con su proceso de rehabilitación todas las mañanas desde las 10 a las 13 horas”.
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