Las palabras se las lleva el viento y permanece lo escrito, lo impreso… como se trata de los carteles de feria. La obra de Alejandro Naranjo quedará para siempre, pero… ¿y la presentación de Ignacio Arcos?
Fue el viernes 25 de julio cuando Nacho Arcos presentó el Cartel, fusionando aires de juglar con amante de la barroca Antequera. El patio del antiguo Hospital de San Juan de Dios acogió la presentación del Cartel de la Real Feria de Agosto.
En ella lo dio todo. Se mostró como un antequerano de corazón y sentimiento, sacando las devociones de su interior y vistiéndose de fiesta para la Real Feria de Agosto de Antequera. Recogemos cómo fue aquella noche para que quede en el recuerdo del papel.
El Ayuntamiento designó este año a Juan Ignacio Arcos González (Nacho Arcos para los amigos) para que desvelara la obra de Alejandro Naranjo Campos. Y lo hizo como buen antequerano que es: vestido con el traje típico, viajando entre trovador y juglar, fusionando verso y prosa y mostrando su amor a su tierra: Antequera, la ciudad de sus dos pasiones: las “hermanas” Remedios y Rocío.
Para empezar, una introducción musical a cargo del antequerano David Cebrián ‘El Cebri’ y Fernando Blanca, interpretando: “Coge Camino”, “Camino de Rosas” y “Hay que Ser Feliz”, ofreciendo una muestra de su estilo “mestizaje andaluz”, que fusiona flamenco, rock y funk.
Luego, tras ser presentado por el conductor del acto, Pablo Javier Guerrero, responsable de Prensa del Ayuntamiento, le tocó el turno a Ignacio Arcos quien no paró de sorprender con sus detalles al milímetro: piedra pintada para la teniente de alcalde Elena Melero, verso, prosa, la sorpresa de las sevillanas y el final pregonando “por orden del señor alcalde” que empiece la feria, acompañado de su grupo folclórico Azucena, al que pertenece.
Un embajador
de Antequera
Ignacio Arcos hizo un cántico a Antequera, empezando con versos rimados: “Dos hermanas bien flamencas, van bajando pal Real, con sus trajes de volantes, sus peinas bien colocás, los tacones de lunares, las pulseras y el collar”. “Siendo las dos de Antequera, de esta ciudad señorial. No me conformo con una, no me puedo decantar. Que si yo quiero a Rocío, a Remedios quiero más, ¡y hasta pierdo la cabeza al tenerlas que nombrar! Antequera, mi Antequera, ¿qué más os puedo contar?”. Hizo enloquecer al público que recibía a un rapsoda con traje de antequerano.
Luego saludó a las autoridades y a los presentes y desde el primer momento lo tuvo claro: “No es mío el mérito, sino de nuestro cartelista de la Real”. Pero Nacho Arcos dio un recital barroco de los que es la ciudad y sus tradiciones. Hiló hablando de carteles que “como la sociedad, han ido evolucionando, adaptándose al correr de los tiempos, pero como característica común de todos ellos ha sido su confección por los artistas más destacados en cada época; desde José María Fernández”.
El cartel “pasó de ser un instrumento informativo a una obra de arte”. Y pasó a hablar de “Alejandro Naranjo Campos, un joven entusiasta que apuesta por el diseño e involucrado en todo lo concerniente a promocionar el nombre de nuestra ciudad”.
Su pasión por la fotografía, “unida a su destreza con el diseño gráfico, y el obtener matrícula de honor en la asignatura de dibujo en la carrera de magisterio, han formado la simbiosis perfecta para que Álex haya sido elegido para confeccionar obras como el cartel de la feria de primavera”. Y de ahí varios encargos hasta el de la feria. Y pidió al Alcalde, la teniente de alcalde Elena Melero y al autor a que desvelaran la obra, en otra ovación de la noche.
Un cartel que fusiona el arte de los toros con el coso taurino y los “cacharritos” de la Feria con la torre de San Sebastián como nexo de unión de toda Antequera. Arcos lo definió como “el alma de Antequera plasmada en un cartel, un anuncio, un grito en la pared: tauromaquia, monumentalidad, sus colores y esa chispa que hace que esta fiesta sea singular y única”.
Combinación de los tres colores básicos (amarillo, azul y rojo) evocando alegría, diversión y sensaciones positivas. Y lo remató con: “Si me permiten la osadía comparo el cartel a una buena porra antequerana: refrescante, cargada del sabor de los tomates y del aceite del olivar de nuestra vega y con ese toque especial que solo aquí se le sabe dar. Veámoslo como una invitación a saborear unos días de esparcimiento, alegría y convivencia”.
Luego, el propio Alejandro Naranjo, autor del Cartel, lo definió como: “Tres halos geométricos se elevan uno sobre otro en un juego de colores primarios, donde el equilibrio nace de la división. El amarillo, el azul y el rojo se entrelazan suavemente en un ritmo visual que evoca transformación, celebración y encuentro. Cada forma parece contener un instante de movimiento, una escena detenida, como si el color fluyera y se mezclara en una danza silenciosa.
La obra toma como referencia la cartelería popular regionalista de los años veinte, filtrada a través de una mirada decididamente contemporánea que alude a la revolucionaria técnica de diseño de Herbert Bayer, figura clave en la historia del cartel moderno.
Una paleta de recuerdos oníricos cargados de emoción pone a la ciudad en el centro, valiéndose de la geometría y la simplicidad en un cartel que se nos presenta con fuerza, sin pedir permiso”.
Más arte con ¡la Rubia
de Antequera!
Y en ese momento que sorprende y pide que salgan “el arte de Francisco Ramírez, mi amigo Panchi, con el talento y buen hacer de Verónica Cuesta y el de mi sobrina-nieta y ahijada, Victoria Amador, la Rubia de Antequera, y disfrutemos de estas sevillanas”. Sin palabras dejó al lugar con su arte de baile y flamenco. ¡Cómo crece la figura!
Y remató su faena, como si fuera un pregonero, haciendo saber: “Que suenen los abanicos, que da comienzo el pregón. El alcalde presidiendo, porta de mando el bastón, mi Remedios con los años lo tendrá en su colección. La regidora a su lado, luciendo como ella sabe, un precioso pericón, manolas bien ataviadas, con jazmines, con mantón”.
Y para rematar: “¡Que arte tiene este pueblo, que arte, que tradición! ¡Solo nombrarte, Antequera, y sepa la tierra entera, que vibra mi corazón! ¡Viva Antequera y viva nuestra feria!”. Rematando bailando el fandango de Antequera. ¡Lo bordó!
Fue una noche que no olvidará Ignacio Arcos, donde dio voz al impulso de muchos vecinos que aman a su tierra, a sus fiestas, a sus costumbres, a cada uno de los días del calendario, dignos para vestirse con honor y orgullo, como se trata de la Real Feria de Agosto.
Y todo en un cartel que traza el diseñador Alejandro Naranjo donde la torre de San Sebastián une a todos los barrios, rematada por los fuegos artificiales. Abajo, el redondel taurino y arriba, el barco pirata que representa los recuerdos de Naranjo.
Y ¿qué haríamos sin la palabra, sin la intervención de Nacho Arcos? Simplemente se recordaría al cartel, pero los presentes, los que pueden verlo en nuestro canal de youtube y quienes lean estas páginas, podrán recordar aquel antequerano que se puso su traje de luces para pregonar lo que la ciudad está a punto de vivir estos días en su Real Feria de Agosto de Antequera de 2025.