A dos semanas de volver a abrir el templo tras cinco de mejora del interior, la iglesia de La Trinidad va a ganar en luminosidad y recuperará la capilla perdida en un incendio, así como las pinturas de los escudos heráldicos de las pechinas de la cúpula central.
La Parroquia está ejecutando este proyecto por medio de la empresa Chapitel con una subvención municipal del Ayuntamiento de 40.000 euros. Para la festividad de San Juan de Mata, el sábado 17, se prevé reabrir las puertas del templo cuyo culto se ha trasladado al interior del convento tras la fiesta de los Santos.
El resultado va a ser espectacular como se puede apreciar en este reportaje. La iglesia de La Trinidad es uno de los templos más desconocidos artísticamente en la ciudad. Una iglesia con estilo barroco de fray Pedro del Espíritu Santo, que dirigiera la obra entre 1672 y 1683, siguiendo el modelo madrileño de la época de los Austrias.
Este fraile fue arquitecto de la orden trinitaria, dejando su sello en Castilla, quien trajo a nuestra ciudad este edificio cuya fachada sigue los trazas de la Encarnación de Madrid, de Juan Gómez de Mora, según destaca Jesús Romero en su libro ‘Antequera, Ciudad Monumental’, quien además ha asesorado a los trinitarios sobre la reforma.
Una iglesia con varios deterioros en el último siglo como fue el desplome de parte de la cúpula original en 1908, el incendio de 1935 por una mala conexión eléctrica que destrozó los retablos del crucero y del altar mayor o el producido en una capilla en el año 2000.
Así, con esta reforma, la empresa local Chapitel está limpiando retablos, cuadros e imágenes y pintando en blanco el interior, recuperando las directrices del estilo original. Se consigue darle mayor luz al interior, reemplazando a los beige ennegrecidos por el humo del último incendio.
Además del color, destaca la recuperación de los escudos de los Pareja-Obregón y de los Pacheco-Rojas. En las pechinas de la cúpula central se intuía que estarían bajo las diferentes capas, apareciendo y siendo restaurados.
En ellos se recuperan los que mandó pintar Francisco Félix Pareja Obregón, patrono de las obras de la capilla del crucero y presbiterio. Así, los dos más próximos al altar mayor son de izquierda a derecha, los de Pareja y los Obregón, alusivos a sus padres; mientras que mirando hacia la entrada, están los de Pacheco y de Rojas, de la familia de su mujer.
Por otro lado, se está renovando la entrada al templo, colocando mármol en el interior del cancel con el propósito de reutilizar las baldosas para las zonas más deterioradas de la solería del templo. Y en cuanto a la capilla, recordar que se quemó el 16 de julio 2000 por una vela, desapareciendo una imagen del Corazón de Jesús del siglo XX con su retablo del siglo XVIII y resultaron dañadas un San José de Andrés de Carvajal y un San Juan Bautista de la Concepción de Miguel Márquez, que fueron restauradas por el Taller Municipal de Restauración por Marisa Olmedo.
Ahora, con motivo de la reforma, se habilitará un altar con un lienzo de gran formato de Santa Inés, de comienzos del siglo XVII de Antonio Mohedano, que hasta ahora estaba colocado en la entrada de las dependencias conventuales.
También junto a la pintura y limpieza, se va a proceder a una mejora de la iluminación para hacer más cómodo y vistoso el uso del templo parroquial que dejará de tener los tonos oscuros pasando al blanco que primará en el templo trinitario.
