María Francisca Sánchez Jiménez, Paqui, ha terminado el curso como el resto de profesores, pero ella concluye además su ciclo activo en la Enseñanza. Nacida el 9 de enero de 1964 en Antequera, hija de Rafael Sánchez, trabajador que fue del Ayuntamiento, y de María Jiménez. Junto a su hermana Elena crecieron en un ambiente donde la docencia era el eje de sus vidas.
Casada con Javier Gómez Casero, tienen dos hijas: María, de 29 años, profesora de Economía; y Marta, con 27, sanitaria. Tras el paso inicial por San Luis, cursó todos sus estudios en el Colegio María Inmaculada: EGB, BUP, COU y Magisterio. Ha ejercido 39 años como maestra.
Al terminar sus estudios, se preparó las oposiciones, aunque mientras tanto empezó como profesora de Religión en Bobadilla y de Educación Física en Archidona. Comenzó dando clases en Málaga, para seguir como profesora en Radio Ecca, desde donde pasó por Teba, Cartaojal y Antequera.
Quedamos con ella su último día de clase en el Colegio Público Romero Robledo, donde ha venido siendo su maestra desde el año 2010 y directora desde el 2017. Allí empezamos preguntándole por este último curso, a lo que ella, con toda transparencia y sinceridad, empieza a respondernos. “Sí, es el momento, es el momento; toca disfrutar a partir de ahora”. Una jubilación que “es voluntaria desde los 60 años”. Algo que “me ha costado mucho”.
Lo hace con esa fortaleza tan característica de los profesores. “Fuerza, nunca te falta, puede que termines el día agotada, pero siempre te quedan ganas de más”. Ahora “mi idea es hacer algún curso de informática, ampliar el ocio en otros deportes”.
Cuando vuelva septiembre, “echaré en falta a los niños, que cada mañana te muestran un cariño especial”. Han sido muchos años como maestra y el Romero Robledo ha sido su gran casa, en una zona con muchos centros. “Yo siempre he tenido una magnífica relación con los directores de la concertada. Cuando he tenido alguna carencia, algún colegio me ha dicho que vaya al suyo”.
Han pasado los años, han expuesto sus necesidades, han venido a prometerlas, pero tardan en llegar. “Nosotros protestamos donde tenemos que hacerlo, en delegación, no en la calle con los niños”. Considera que “el problema es que hay unos presupuestos fijos y hay unos criterios establecidos. Siempre nos quedamos en la lista de espera para el comedor, para la ampliación…”. Se va y ahora le deja el legado de la paciencia presupuestaria a quien la releva. “Ya le he dicho que tiene que insistir e insistir”.
Tiene claro lo que quería haber conseguido, pero que habrá que seguir esperando. “Me hubiera gustado tener un comedor. Estamos en una sociedad donde las familias lo necesitan. Sé que alrededor hay muchos comedores privados, pero es un recurso que necesitan muchas familias de nuestro centro”.
¿Por qué cree que no viene esa inversión? “El primer paso lo da el colegio al pedirlo, pero esperamos respuestas. Nos dicen que hay centros peores que nosotros en cuanto a necesidades”.
Vocación de ser maestra y de escuchar
Volvamos al día a día. ¿Cómo la llaman: maestra, señor, profesora? “Hay de todo, hay quienes te dicen profe, señorita, directora… Yo soy la señorita Paqui”.
Todo comenzó al llegar la edad de pensar más allá de COU. “Mi padre me dijo al terminar COU, que Magisterio para no irme de Antequera. Algo que yo ya quería ser maestra porque era mi vocación desde COU”.
Magisterio es la única opción universitaria, ¿cree que los jóvenes antequeranos precisarían de más estudios? “Claro que sí. Enfermería, recuperarla. Hace falta porque hay muchas personas que quieren realizarla como de Educación Física. También Informática o ahora con el centro logístico, cualquier ingeniería”.
Toda una vida en la Enseñanza. ¿Recuerda el primer día? “Claro que sí. Empecé en Málaga, en el Miguel de Cervantes, un centro de compensatoria con un alumnado muy peculiar”. Era “una niña” y nos comparte una anécdota. “Entré con 23 años y el conserje me dijo que para entrar fuera a la fila de los alumnos y le dije que no, que era maestra”.
Sus inicios estuvieron ligados a la radio. “Estuve en Radio Ecca, para grabar España como cultura” y contribuir a la formación de las personas con más dificultades. Desde el 2010, ha estado destinada en el Romero Robledo.
Los valores de hoy en las aulas y en casa
Nos toca hablar de la realidad en el día a día. ¿Tanto ha cambiado el día a día en las aulas? “La sociedad tiene unos valores distintos”. El respeto ha cambiado, “el que entre el alumno y diga buenos días, que diga adiós… es algo que es muy raro hoy”. “Yo les he enseñado canciones para que digan buenos días”.
¿Cómo es el alumno de hoy? “Tiene unas grandes habilidades con las tablets, los ordenadores… pero cuando le toca la conversación, no saben desarrollar el lenguaje verbal”. Les ha tocado un alumnado que domina mejor las nuevas tecnologías. “El profesorado tiene que formarse porque hay alumnos que saben más que nosotros. A veces les dices que salgan ellos a la pizarra para explicarlo, aunque luego se dan cuenta que no saben desenvolverse”.
¿Qué le dice a ese alumno que no sabe qué estudiar? “Mi hija, me decía que no sabía qué hacer. Yo le decía que tenía vocación para enseñar, que es junto a la sanitaria, la que más vocaciones tiene. Si te gusta enseñar, escuchar y hablar con la gente, nunca querer estar por encima del otro, la enseñanza es ideal”.
¿Qué le aconseja a esos padres que no saben a qué colegio llevar a sus hijos? “Que vayan primero y vean el centro. Si les gusta, que busquen la cercanía con el domicilio”. En Antequera hay muy buen armonía y el nivel está garantizado en todos, ya sean públicos o concertados.
¿Y cómo es hoy la relación padres-colegio? “En general, hay ciertos padres que no comparten la visión del maestro. Y esto es como los matrimonios cuando no están bien, cuando los padres no comparten la misma visión que nosotros, surge un conflicto”.
¿Cómo es hoy esa reunión entre familias y el centro? “Si se les llama es por un problema, ante una actuación de un maestro, lo hago por un motivo. Ven al colegio y te lo explico”.
El niño como centro de la educación
Vamos terminando la entrevista y recordamos el éxito de esa canción que el curso pasado puso en primera línea al Romero Robledo. “Ellos tienen que ser protagonistas para que el niño responda y se sientan felices”.
Las canciones y el idioma, hoy tan presente en las aulas. “El bilingüismo lleva en el Romero Robledo desde el 2010, lo tenemos en Sociales, Naturales, en conocimiento del medio”. Hay niños que lo tienen incluso como primer idioma. El inglés como eje en las aulas españolas.
Una nueva directora que se jubila y este país sigue sin ponerse de acuerdo en una ley educativa. “Qué pena”. “Siempre lo digo: el que hace la ley, no está en la escuela”. Considera que se “necesita una base sólida”. Hay materias, procedimientos que se han dejado atrás. “Yo he sido maestra de dictado y cálculo. Creo que la enseñanza debe de volver a primera hora al dictado y el cálculo. El cálculo hay que ejercitarlo”.
Las maquinitas antes que le libro. ¿Por qué cree que ocurre? “Porque juegan a las máquinas, porque es más divertido saltar que sentarte a leer. Y si encima, si juegas en paralelo con un amigo, pues mejor para ellos”.
Por ello, no hay que olvidar que “los primeros maestros, son los padres en casa”. Algo que “aquí se nota cuando no están de acuerdo con el colegio. Ellos son bastante astutos”.
Las últimas preguntas sobre su despedida. ¿Algo que le haya marcado? “Me ha llegado al corazón que un chico autista –que durante mucho tiempo al tener una crisis, venía conmigo– me ha mandado una carta diciéndome que me considera una maestra especial. Y el AMPA, el año que viene, en su agenda, va a ir una foto mía despidiéndome del centro”.
Si le preguntamos por su colegio en un frase… “el Romero Robledo es el mejor colegio de Antequera”. Su directora ha aportado: “un ambiente familiar y tranquilo, creo que lo he conseguido”.
El último consejo… “Más leer y más calle como hábitos saludables”. Unos tiempos donde es más importante lo que se dice que lo que se hace. “Nos fijamos mucho en niños y niñas, alumnos y alumnas, y son personas”.
¿Cómo le gustaría que la recuerden en el futuro o cuando llegue el 125, aniversario del centro? “Como una persona con la que se podría hablar y era cercana, soy feliz en la escuela. El éxito no es la clave de la felicidad, la felicidad es la clave del éxito. Seguro que si amas lo que haces, pues vas a tener éxito. No es mía la frase, pero la he puesto en mi vida”. No se puede resumir más y mejor. Otro ejemplo del nivel de los profesores en Antequera.