La comunidad capuchina de Antequera se irá de la ciudad este verano, ante la falta de vocaciones y a la espera que el Obispado de Málaga busque el relevo en la Parroquia del Salvador y en las capellanías de las religiosas dominicas, del Loreto y de La Victoria.
En octubre de 1613 se establecieron en Antequera, siendo la primera ciudad donde llegaban de toda Andalucía, pero no fue en el actual emplazamiento, sino en la Ermita de la Virgen de la Cabeza, hoy desaparecida, cuyos restos permanecieron hasta el siglo pasado y donde la imagen mariana se venera hoy en San Juan y el estandarte de la hermandad en el Museo de la Ciudad.
De allí construyeron su actual emplazamiento entre 1656 y 1658. La historia les llevó a tener que salir del convento en el siglo XIX con la Desamortización de Mendizábal hasta que en 1887 regresaron a Antequera. Luego con la Guerra Civil en 1936, donde padecieron el martirio de siete beatos mártires capuchinos cuyos restos se veneran en la iglesia, tuvieron que ausentarse un tiempo del lugar.
Ahora, por motivos diferentes, lo tienen que hacer de nuevo, pero por falta de vocaciones. Por ello, los frailes Juan Jesús, Miguel y José Manuel serán trasladados a Córdoba, donde está el antequerano Fray Francisco Martínez Melero, y Laureano es destinado a Sanlúcar de Barrameda.
Cuatro siglo de historia, de conocidos religiosos, del recordado colegio seráfico que fue cuna de muchos religiosos y seglares que tuvieron en los Capuchinos se lugar de educación y encuentro de vocación religiosa.
Tras el cierre de otras comunidades anteriormente, esta vez le ha tocado a Antequera junto a otras cinco fraternidades en España. En Cartas al Director reproducimos su despedida donde expresan “los lazos afectivos son fuertes con esta Ciudad, y nunca olvidaremos la acogida que siempre nos dio y la ayuda y el calor humano que nos ofreció en los momentos más duros de nuestra historia”.
Su salida no impedirá que siga abierta la casa de acogida de Proyecto Hombre, así como esperan que el Obispado busque una fórmula para que la iglesia siga abierta y por su parte optan por mantener el interior del convento como está.
Además de los mártires, la iglesia tiene en la capilla del Señor del Perdón (obra de Francisco Palma Burgos de 1940 que reemplaza a la destruida en 1936 de Miguel María de Carvajal, hijo de Andrés de Carvajal) uno de los lugares más frecuentados por los devotos. Y en su interior, la imagen de la Divina Pastora, realizada por Sebastián Santos en 1940.
Además hay imágenes y retablos de Diego Márquez, Antonio Ribera, Antonio del Castillo, o Enrique Orce. Un nuevo ejemplo de la riqueza artística-religiosa de nuestra ciudad que estará en manos de las autoridades religiosas y civiles que puedan o no seguir conservándose y contemplándose o no en nuestra ciudad de Antequera.
