jueves 14 agosto 2025
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Los menhires que señalan que Los Dólmenes de Antequera pudieron ser como Stonehenge

En verano es común hacer hoy el Camino de Santiago. Pero ¿desde cuándo surge esta iniciativa? ¿Y cuáles fueron las peregrinaciones previas? Pues atentos: Los Dólmenes de Antequera fueron en su milenio lo que hoy puede ser el Camino de Santiago. ¿Y esto cómo es posible? Pues así se puede establecer, gracias a una reciente investigación en la que se vislumbran caminos ancestrales marcados con menhires. En ella ha participado nuestra paisana Lidia Cabello Ligero, doctora en Prehistoria y Arqueología.

Es fascinante escucharla. ¡Vean el vídeo en nuestro canal de YouTube!
Parte de la importancia de la tradición oral con los menhires como testigo del cruce de caminos de personas que venían de la costa o de la península para reunirse en los Dólmenes. Lidia ha ido al campo a preguntar a personas mayores por los antiguos caminos cuando no existía tren ni autovía ni carreteras. Y en el flujo de los mismos han aparecido menhires de hace tres o cuatro mil años.

Por otra parte, al no encontrar un gran poblado próximo, respalda la teoría que los Dólmenes eran como un santuario al que peregrinaban de cualquier parte para ver el fenómeno de la Peña de los Enamorados o los equinoccios y solsticios al estilo de lo que pudo ser Stonehenge. “Tenemos un vacío de información que debemos ir completando con futuras investigaciones, no contamos con restos humanos en los dólmenes para saber con certeza el origen de los constructores de Menga, Viera y el Romeral”.

¿Eran grupos locales o de entornos cercanos? “Quizá en un futuro veamos si, tal y como ocurre en el mítico Stonehenge, los Dólmenes de Antequera atraían a grupos neolíticos desde cientos de kilómetros a una escala no vista anteriormente y demostrando una amplia red de desplazamientos y de complejidad social”.

La investigación
de Lidia Cabello
Con el Paleolítico en la Cueva de las Suertes nos creíamos que ya estaba todo descubierto y ahora, el equipo que dirige la arqueóloga antequerana Lidia Cabello, nos desvela un red de menhires que sacan un nuevo exponente de los Dólmenes. “Siempre hay algo que seguir descubriendo porque gracias a la ciencia, los avances científicos permiten vislumbrar nuevos datos que se pensaban que no existían”.

¿Qué queda por descubrir: un dinosaurio? “Antequera tiene mucho por descubrir porque estamos en el centro de muchas vías de comunicación. Lo atestiguan los numerosos restos que tenemos como las ballenas en el Chorro. Nuestros ancestros durante miles de años han dejado sus huellas en esas piedras, en esas pinturas, en esos grabados”.

Quizá hay que mirar de otra forma a la Prehistoria, dejando atrás la mentalidad actual de las provincias o las actuales redes de comunicación. Las Pedrizas, la Peña o El Torcal serían entonces los referentes. “No existían obviamente los límites administrativos que tenemos hoy en día, pero sí las vías de paso, las montañas, los referentes territoriales, marcados por el río Guadalhorce, con esos elementos montañosos como Las Pedrizas o la Boca del Asno”.

¿Y qué tienen que ver los menhires? “Hemos podido comprobar que existían evidencias con estos marcadores territoriales que marcan esas vías de paso y posiblemente conexiones entre el interior y la costa”. Recordamos que un menhir es… “Una piedra hincada con una determinada altura que muchas veces esta trabajada incluso con tallas de una figura humana con espada con un cinturón. Por ejemplo, la Estela de Almargen con ese guerrero. Todos tienen una larga trayectoria histórica porque podríamos tener desde el Neolítico hasta prácticamente la Edad del Hierro y reutilizaciones en época moderna”.

¿Y qué indicaban? “Además de marcar espacios territoriales, algunos pueden estar vinculados a alguna tumba o a algún espacio de círculo de piedras”. ¿Tiene que ver con lo que hemos escuchado que los Dólmenes fueron como hoy el Camino de Santiago, un lugar de peregrinación? “Sí, puede ser perfectamente. Y luego, además, con el paso del tiempo, los menhires más antiguos, como una especie de memoria ancestral, se incorporan a los grandes monumentos megalíticos, como ocurre en Menga, Viera y El Romeral con menhires más antiguos que el propio dolmen”.

¿Cuántos menhires han estudiado? “Diez en el entorno de los Dólmenes de Antequera y documentar otros tres más lejanos, algunos están custodiados en el Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera”.

¿Qué antigüedad pueden tener? “Ésa es la segunda parte del proyecto: datarlos.
Hemos hecho ya varias prospecciones, tenemos varias tomas de muestras de sedimento que lo van a datar en el CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana) en la Universidad de Burgos. Por tipología algunos de ellos podrían coincidir dentro del Neolítico, un cuarto, un tercer milenio…”.

¿Y qué aportan estos menhires? “Un conocimiento de esas vías de acceso a esos grandes espacios megalíticos y una conexión entre la costa y el área del interior”. Insiste en que “son unos marcadores de acceso a gente que está o que viene de algún sitio de la costa para que pueda llegar en momentos puntuales como pueden ser los equinoccios o los solsticios a estos grandes monumentos. Primero, para esas celebraciones, vamos a decirlas genéricas, pero igual también para contribuir a la construcción de Menga Viera y el Romeral”.

Te quedas de piedra con los nuevos descubrimientos que están surgiendo. Hoy, es Lidia Cabello la que nos abre la visión de los Dólmenes más allá del Patrimonio Mundial. Alza un nuevo menhir que nos amplía la visión del Sitio de los Dólmenes de Antequera.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
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