El mes de marzo terminó como el mes esperado por el campo y por la población tras meses de sequía: 277 litros se registraron en el Nacimiento de la Villa, según datos de Aguas del Torcal.
Hay que remontarse a marzo de 2018 para un mes tan copioso, siendo aquella vez 322 los litros registrados. Todo tras un comienzo de año 2022 con tan sólo 8 litros en enero y 2 de febrero, lo que hace ya un acumulado de 307 litros en lo que va de año con el primer día de abril.
Comparando con el pasado año 2021, se registraron 355 litros: 84 en enero, 52 en febrero, 36 en marzo, 30 en abril, 8 en mayo y ya hubo que esperar a septiembre con 34. Terminó el año con 7 en octubre, 34 en noviembre y 70 en diciembre, algo que hizo saltar las alarmas en el campo.
Todo tras un buen 2020 donde llovió por 761 litros; tras los 433 de 2019 o los 772 de 2018. El 2010 fue uno de los mejores años con registro de precipitaciones en el que cayeron 1.064 litros que había que trasladarse a 1996 para un mes con tanta agua como cuando se registraron 1.583,5 litros.
Por contra el año más seco fue el 2005 con tan sólo 344 litros, que se asemejó a los 355 del 2021. Por lo que este 2022 promete si siguen meses como el de marzo. Tras comenzar las lluvias el día 4, se han tenido semanas de 4 a 5 días seguidos con lluvia. Ahora los cofrades esperan que el mes de abril no traiga la lluvia tras el buen marzo y la espera de dos años para volver a procesionar.
Si sigue este ritmo de lluvia es de esperar que en los próximos días el acuífero de la Villa esté completo y salga por su fuerza el agua al río, para ser utilizada por regantes y llegar hasta el Pantano del Guadalhorce para contribuir con pueblos de la costa y de la propia capital tras el excedente en la ciudad. Algo que se sólo se produce tras meses de continuas lluvias como el que ha sido el mes de marzo.
El barro como manifestación de la lluvia
La calima ha estado presente dos de las semanas de marzo, lo que ha provocado barro en calles y fachadas. De la sequía a la lluvia, pasando por la calima y el fuerte viento. El mes de marzo ha sido muy variado. El jueves 24 de marzo regresó la calima que trajo lluvia con tierra lo que hizo crear una atmósfera anaranjada y dejó barro en el suelo.
Se trata de la calima con polvo sahariano como ya pasara la semana anterior. Las imágenes a mediodía del jueves 24 fueron de nuevo inauditas en la ciudad. Todo tras un fin de semana donde el domingo 20 se registró en la ciudad fuertes rachas de viento provocando la intervención de bomberos y policía por la caída de ramas, árboles, tejas, propiedades particulares y mobiliario urbano.
Operarios de Aguas del Torcal, empresa municipal encargada de la limpieza y abastecimiento de agua, despliega un servicio extraordinario de limpieza de barro, que tuvo la ayuda de la granizada de la tarde del miércoles 30 y la lluvia del jueves 31, pero esta vez sin barro. Pero aún permanece, poca, la tierra en esquinas, rincones y zonas de la ciudad.
Se prevé que en esta semana se intensifiquen las labores de limpieza por los vecinos y ante la Semana Santa por el desfile de las procesiones y la llegada de visitantes. Todo con permiso que no regrese la calima que se ha hecho presente en marzo.
