domingo 13 julio 2025
InicioAntequeraMercedes Pardo: “Ahora es más necesaria la escuela, más necesarios son los...

Mercedes Pardo: “Ahora es más necesaria la escuela, más necesarios son los libros”

Antequera posee una riqueza educativa que recibe de los profesores que en ella trabajan, de los que han nacido en esta tierra y de los que han venido desde otros lugares, dejando su huella en muchos de los centros educativos de la ciudad.

Una de esas estelas es de Mercedes Pardo Céspedes, que jubilada desde el finales de 2024 nos atiende antes de que finalice el curso en la biblioteca que lleva su nombre en el Instituto Los Colegiales al que llegó en 1991. Hablamos con ella de todo este tiempo, de su trabajo, del empeño por mantener la biblioteca, de la lectura, educación y ese amor por los libros que recibió de sus profesores y que ella ha intentado implantar en sus alumnos.

Mercedes Pardo Céspedes (Lleida, 24 de septiembre de 1964) llegó a Antequera en 1991, concretamente al Instituto Los Colegiales como su primer destino definitivo como funcionaria, y fue aquí, donde finalmente se quedaría, un lugar en el que señalaba su marido “es un buen sitio para criar a los hijos y es cierto, es un buen lugar para vivir Antequera y aquí seguimos”.

Y eso que nos confiesa que su primer año fue muy complicado, pero se quedó y damos las gracias, porque así nos ha permitido conocer a una gran profesional y persona que si tiene una placa con su nombre en el instituto en el que tanto trabajó, no será por casualidad. Quedamos con ella, allí precisamente, lejos ya de su jubilación, con el curso casi terminando y analizando lo que ha sido su labor educativa.

Licenciada en Filología Hispánica en la rama de Literatura en la facultad de Lleida, dependiendo de la Universidad de Barcelona Central, llegó a Antequera para incorporarse a dicho centro que entonces era de Formación Profesional (FP) y se encontró “unos compañeros maravillosos, de hecho creo que es uno de los motivos por los que mi vida profesional, la mayor parte del tiempo, ha transcurrido aquí, me sentí muy acogida y me he llevado siempre muy bien con los compañeros”.

En todos estos años su labor en el centro ha sido distinta “he ido combinando la tutoría, que es una de las funciones más importantes que se realizan en el centro y está muy poco valorada y reconocida, la jefatura de departamento, vicedirectora y directora desde 2004 a 2013, y responsable de la biblioteca algunos años”.

Tiempo en el que mantuvo un contacto directo con este espacio dedicado a los libros que es uno de sus mayores empeños: “Cuando llegué, éramos cuatro en el departamento y los cuatro estábamos implicados en la gestión de la biblioteca, especialmente Francisco García Pozo y Mari Ángeles Benítez, nos gustaba y creemos que era necesario y era útil”; de hecho se conservan las miles de tarjetas que entre los tres realizaron con la información de los libros y de clasificados tres formas distintas.

Ahora esa labor la realizan “los compañeros que se han ido incorporando, porque no sólo es la gestión y el mantenimiento, es también la animación, la promoción a la lectura, la celebración de efemérides; y eso sin el apoyo del departamento de lengua y de otros departamentos, como el de orientación, filosofía, historia, cultura clásica… no se podría, es el trabajo de un equipo”.

Nos confiesa que no es fácil mantenerla con cuidado y actualizándose, “hay que renovarlo y para eso se necesita dinero”, y a veces no llega, pero siempre se ha ido gestionado, ahora “con el programa que facilita la Junta y siguiendo el sistema de clasificación universal, servicio de préstamo que funciona, la orientación, consulta bibliográfica, el club de lectura con los alumnos y club de lectura de los profes” todo suma.

El 16 de diciembre, en el almuerzo de jubilación junto a otros compañeros le dieron la sorpresa de que dicha biblioteca lleva su nombre “no me lo esperaba para nada, es más desconocía que hay muchas bibliotecas que llevan el nombre del responsable de la biblioteca, fue muy emocionante, muy bonito no me lo hubiera imaginado nunca”.

Y si esto llega es porque algo queda y quieren hacérselo llegar “lo primero que me han hecho llegar es el cariño y que me quieren,y luego tener muchos años”, nos dice entre sonrisas “me han hecho sentir y reconocer el trabajo que se ha hecho. Esto, la biblioteca ahora, era la vivienda de nuestro antiguo conserje y decidimos convertir esa vivienda en la Biblioteca; aposté claramente por la biblioteca porque creo que es fundamental y muy necesario”.

La Educación en todos estos años

Nos toca hablar de todos estos años en la Educación, en el Instituto donde nos confiesa que durante su carrera profesional “he estado trabajando con cuatro leyes educativas y en mi época de dirección con tres, y de hecho decidí dejarla porque no quería aprenderme más normas, no da tiempo siquiera a una generación de años para ver si es válida o no esa ley”.

Le preguntamos por esa evolución vivida desde la docencia: “Recién llegada trabajábamos con mucha más libertad y había menos burocracia y creo que se aprendía de otra manera e incluso mejor; y ahora muchas veces la energía que tendrías que emplear en preparar tus clases, tus materiales, en leer, en reflexionar; lo empleamos en rellenar papeles, en la burocracia, el control… No me parece mal, pero muchas veces las familias no dan ese apoyo detrás a los alumnos y es ahí donde debemos estar nosotros, y es donde hacemos más falta; y no podemos”.

Hablando de profesores, es esencial conocer de dónde procede esa semilla y amor a los libros: “De mis profesores que tuve, en Primaria, pero especialmente en Secundaria, recuerdo muchos de sus nombres. He formado parte de una generación en la que se le daba mucha importancia a los libros, se compraban enciclopedias a plazos para que tuviéramos acceso a la Cultura, los libros, las revistas, los periódicos”.

Esa semilla que recibió, es la que intenta inculcar ella “cuando me encuentro con algún antiguo alumno y me recuerda, yo leo o yo escribo gracias a ti; fui capaz de sembrarles esa semilla. También habrá otros, en los que no he sido capaz”, pero siempre buscando ese amor a los libros.

Es inevitable preguntarle por el momento actual, ese que reconoce que ha perdido pasión, esa ilusión por aprender y conocer debido a tenerlo todo en la mano, en nuestro móvil, por eso ve con buenos ojos que se limite su uso en los centros y se vuelva “a escribir a mano, y volver a leer en voz alta, muchas cosas que hemos dejado de hacer y eso son fundamentales para el cerebro y para todo, para evitar, las copias y plagios, y es complicado como no vayamos todos a una. En un momento de crisis de las humanidades, falta de principios sólidos, vivimos un momento de incertidumbre, ahora es más necesaria la escuela, más necesarios los libros, pero los buenos libros”. Reafirmamos lo que dice y nos alegramos de que los libros de Los Colegiales lleven la impronta de su experiencia.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).
 
NOTICIAS RELACIONADAS
FincaEslava

Más recientes