Antequera es grande, importante y universal por su historia, sus monumentos y sus vecinos. En el Día de Santa Eufemia y Antequera, el Ayuntamiento reconoce la labor y trayectoria de antequeranos e instituciones. Entre ellas este año, el alergólogo de prestigio internacional, Miguel Hinojosa Macías.
Recientemente le entrevistamos por las alergias y en esta ocasión nos centramos en su vida más personal y su relación con Antequera. Nos comparte curiosidades como su lectura en las bibliotecas, ser hermanaco de Los Estudiantes o que su pediatra fue Don Diego Aragón. Recuerdos de ese niño que nació en la calle del Río del Barrio del Carmen.
Cuenta los días que restan para volver a Antequera. Lo hace siempre que puede, pero sin hacer ruido, aunque esta vez su tierra lo percibirá porque lo hará para ser nombrado Hijo Predilecto. Un reconocimiento que le ha marcado. “Después del shock inicial poco a poco lo vas asumiendo. Para mí supone un orgullo y un agradecimiento que mi ciudad natal me haga este regalo”.
¿Cómo se lo propuso el alcalde Manuel Barón? “Me llamó y me dijo: ‘Es para decirte que has sido nombrado hijo predilecto de Antequera’… y me quedé sin palabras. Que te hagan hijo predilecto es algo increíble…”.
Un reconocimiento que se une a la amplia relación de distinciones que ostenta. “He viajado por el mundo y he recibido muchas distinciones de hospitales, de universidades y de localidades, la mayoría de Estados Unidos, pero que te lo hagan de Antequera no me lo creo aún. Yo siempre llevo a Antequera como antorcha. Para mí es mucho más importante que me lo den, por ejemplo, en Nueva York. Y lo digo sinceramente”.
Una tierra natal que la tiene muy presente en su clínica a la que acuden muchos paisanos. “En la sala de espera de la clínica de Madrid siempre se encuentra un periódico que se llama ‘El Sol de Antequera’ junto al Especial de la Semana Santa del año correspondiente. Muchos me preguntan por qué de Antequera, y les digo porque soy de aquí y me gusta compartir todo lo que está creciendo la ciudad”.
¿Llegó a participar de joven en las cofradías? “Sí, sí, desde luego. Fui hermanaco el Lunes Santo en la Cofradía de los Estudiantes, y lo fui de las tres imágenes: del Nazareno de la Sangre, de la Virgen de la Vera Cruz, pero sobre todo recuerdo del Cristo Verde, porque era muy difícil llevarlo al ser la imagen que queríamos llevar todos porque era la enseña de la cofradía”.
¿Por qué es tan complicado unir fe y ciencia? Parece que las personas de ciencia no pueden creer. “La ciencia se basa en lo evidente, en lo que se puede demostrar, pero ¿cómo demostrarlo? Por el razonamiento. Tenemos un cosmos donde el conocimiento nos permite saber que hay estrellas a miles de años luz. ¿Pero quién ha creado todo esto? ¿De dónde venimos? ¿Cómo es posible que estemos aquí rodeados de ese inmenso cosmos? Esto no se demuestra con el razonamiento. Siendo una persona evidentemente científica y con un aprendizaje y un bagaje evidentemente científico, creo que en esas cosas y que la razón no llega ahí, hay algo más…”. Más claro…
Sus recuerdos de la infancia en Antequera
Antequera, ¿qué recuerda de ella? “Yo nací muy cerca de la Plaza del Carmen, de su iglesia que es una maravilla, hoy día un monumento nacional que se lo merece, por supuesto. Fui bautizado en esa iglesia y siempre que puedo, procuro ir y me encanta porque es algo especial, con este artesonado, el increíble altar… Luego también es una auténtica maravilla la iglesia de Belén que es una de las más bonitas y así podría enumerarte todas ellas”. “Qué te digo de mis paseos por el entorno de calle Merecillas, por el Paseo, el Corazón de Jesús, la Plaza de Toros, la Alameda, la zona del Arco de los Gigantes, Santa María, sus restaurantes… ¡Me encanta todo lo que tiene Antequera!”.
¿Dónde nació exactamente? “En la calle del Río, en el número 30, por la que paso siempre que puedo y se conserva reformada. Me encanta subir por la Cuesta de Zapateros desde la Plaza de San Sebastián y después tirar hacia la izquierda y coger la calle del Río con tranquilidad. Luego al llegar a la esquina con la Cuesta de Barbacanas, poco más adelante en dirección a la plaza del Carmen, ahí está ahí está mi casa”. Casualidad que en esa calle nacieron Miguel Hinojosa y Antonio Alcaide.
Sabemos que se ha jubilado profesionalmente al frente del Servicio de Alergología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, pero vocacionalmente sigue con su clínica. “No sería capaz de dejarlo todo de un día para otro. Siempre he dicho que soy un médico muy vocacional. Lo paso bien atendiendo a mis pacientes, investigando, asistiendo a cursos, congresos, reuniones. Cuando me jubilé del Ramón y Cajal, me dio mucha pena y me pregunté: ¿y ahora dejo todo? Pues no, como tenía mi propia clínica, me propuse seguir con ella porque me encuentro perfectamente a nivel físico, a nivel mental y voy a seguir con ella, atendiendo enfermos el tiempo que haga falta porque siempre me ha gustado ayudar a las personas y más en temas sanitarios que domino como son las alergias”.
Apreciamos su pasión por su tierra, ¿le gustaría venir con más frecuencia? “Tengo una propiedad en Antequera cerca de la iglesia de Belén, próxima a la Puerta de Granada, con una vista totalmente exterior, desde donde perfectamente se ve la iglesia del Carmen, la zona monumental de Antequera… La tengo alquilada, pero no la pienso vender. Es posible que en un futuro, me pueda ubicar más tiempo ahí”.
Una distinción dedicada
a dos personas especiales
Regresamos a la inminente distinción que será dedicada a… “Especialmente a dos personas que no están aquí, pero para mí como si estuvieran, que se llaman Miguel y Carmen, que son mis padres, ellos fueron mis verdaderos maestros en la vida y yo desde luego se lo agradezco”. “Y cómo no a mi mujer Josefina, mi gran apoyo en mi vida donde lo es todo.
A mis tres hijos: Verónica, María José y Miguel, y que son nuestro referente y quienes nos han regalado nuestros seis nietos que son nuestra nueva vida”. Momento en el que presume de sus hijos: Verónica es abogado y economista, María José es médico, y Miguel odontólogo.
Es médico, pero ¿de dónde surge esa pasión? “Yo leía muchísimo cuando era jovencito y estaba en Antequera. Me encantaba y aprovechaba las dos bibliotecas que había: la Municipal en calle Tercia y la de la Caja de Ahorros en calle Cantareros, donde me atendían dos mujeres extraordinarias. Buscaba libros de Física, de Química, de Historia, de Medicina… dónde empecé a leer sobre quiénes eran Galeno, Hipócrates… y me fui metiendo en esta vocación que influyó en mi decisión”.
¿Recuerda algún médico que tuviera en Antequera? “¡Claro que sí. Don Diego Aragón fue mi pediatra y una gran persona y gran profesional. Creo que influyó en mi decisión para ser un profesional que tenía esa vocación de plena atención siempre que lo necesitara un paciente. Con él le tomé cariño a esta profesión, como con don Juan Herrera, quién no lo recuerda y qué familia no le está agradecida. Y entre otros, no puedo olvidar a un compañero de mi generación, José Ramón Carmona, que también es un referente de Antequera fuera de ella”.
Ha dado un consejo vital para los jóvenes: leer. “Siempre y que sean buenos libros que es la clave. Yo tuve esa suerte, aunque hoy se lee… el móvil. Siempre agradeceré a Antequera la oportunidad que me dio con esas dos grandes bibliotecas que me abrieron horizontes de conocimiento”.
Regresamos. La distinción que va a recibir. ¿Qué le dice a su tierra ante este título que le van a conceder? “Les doy las gracias por haberme criado, por ser parte de ellos y les agradezco mucho que me den la enhorabuena y que se sientan parte de mí por este nombramiento que la verdad es que me llena de orgullo a mí y a mi familia”.
¿A sus amigos? “Mis amigos son un ancla en mi vida, muchos son de Antequera y me llamaron inmediatamente y me quieren realizar un acto y la verdad es que tengo la enorme suerte de tener unos magníficos amigos en Antequera. Y entre ellos tengo que acordarme de Ángel Guerrero, periodista y director que fue de El Sol de Antequera e hijo predilecto de esta ciudad. Y no tendría espacio para enumerar a todos mis amigos, a los que les doy las gracias porque sigo conservando amistad con compañeros de pupitre como son Enrique Muñoz Argüelles o José Luis Moreno Muñoz, con quienes recordamos nuestros años en las aulas. O los José Lara Palomino y Manuel Rodríguez García de nuestra pandilla de juventud, o el pobre Paco Jiménez Ruiz que nos dejó antes de tiempo . Y qué decirte de Miguel Ángel Álvarez y José Ignacio Moreno, que junto a sus familias son parte más de la nuestra, a los que les agradezco tantos gestos de afinidad”.
¿Y la familia? “Mi mujer Josefina es mi eje en mi vida, con mis tres hijos y mis seis nietos que son todo en nuestra vida. En Antequera tengo además a mi hermano José Luis, que es abogado, y mi hermana Carmen, que es psicólogo, y los quiero mucho”.
¿Y al Alcalde y la Corporación Municipal? “Gracias, gracias, gracias… no sé cómo agradecerles lo que me han regalado. Creo que es lo más entrañable que se le puede hacer a un antequerano, y más si no resides aquí. Dicen que no hay profeta en su tierra, pero en Antequera eso no se cumple porque me siento profeta y eso es de agradecer. Tengo muchos pacientes de Antequera y siempre que van me cuentan cómo va creciendo y destacando y ésas son las noticias que más me agradan recibir”.
Así es Miguel Hinojosa, un antequeramo que recuerda sus raíces, sus años que le mostraron el camino a seguir y hoy, tras ser un referente internacional en Alergología, va a ser nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad.